En nuestra boca hay más de 700 especies de microorganismos. No todos ellos son malos y el equilibrio en este ecosistema, conocido como flora oral, es fundamental para la salud bucal y también general. No obstante, algunos de estos pequeños seres (bacterias, virus y hongos) por sí solos o, en ocasiones, junto con ciertas deficiencias del sistema inmunitario, determinadas alergias, algunas carencias nutricionales o una mala higiene bucal también pueden ser la causa de las inflamaciones y otras afecciones en la cavidad bucal, especialmente en los niños.
En los primeros años de nuestra vida, la boca es una ventana a través de la cual descubrimos el mundo. Es durante las primeras etapas de nuestra infancia cuando nos llevamos a la boca todo lo que no esté pegado o atornillado. Aunque el sistema inmunitario está armado contra muchos agentes patógenos, a veces pueden aparecer infecciones u otras afecciones en la boca (dientes, lengua y mucosa). La poca afición de los más pequeños por cepillo y pasta de dientes tampoco ayuda…
Las inflamaciones de la cavidad oral engloban una variedad de enfermedades diferentes, frecuentes, generalmente inofensivas, pero a menudo molestas y dolorosas. A continuación describimos cuáles son las enfermedades bucales más comunes en niños, sus causas, cómo distinguirlas, cómo prevenirlas y cómo tratarlas, para poder reaccionar correctamente ante su aparición.
La parte exterior de la cavidad oral la forman los labios y en la parte interior encontramos los dientes, la lengua y la mucosa. Todas estas regiones pueden sufrir inflamaciones u otras afecciones, si bien la mucosa, al ocupar un mayor espacio, es la zona principalmente afectada.
Al ser necesaria para hablar, tragar, comer o beber, la boca está constantemente expuesta a diversos estímulos y apenas tiene momentos de tregua. Es por ello que las inflamaciones de la cavidad bucal son especialmente molestas y dolorosas.
Como hemos mencionado en la introducción, las inflamaciones de la cavidad bucal se producen por bacterias, virus, hongos y ciertas enfermedades o carencias independientes de gérmenes patógenos.
Causa | Ejemplos |
Bacterias | Inflamaciones inespecíficas en la boca debido a una mala higiene dental y/o a una superficie bucal ya dañada |
Virus |
Enfermedad de manos, pies y boca (virus Coxsackie)
Estomatitis herpética (virus del herpes simple) |
Hongos | Candidiasis oral (hongo Candida albicans) |
Otros |
Enfermedades inmunológicas
Deficiencia de vitaminas o de hierro Alergias alimentarias Intolerancias a los materiales Irritaciones mecánicas |
Las bacterias son la causa más común de inflamación en la boca. Suelen estar detrás de todas las inflamaciones inespecíficas que tienen su origen en daños en la mucosa (mordeduras en lengua o mejilla, consumo de alimentos puntiagudos, roce de aparatos de ortodoncia, prótesis dentales o coronas dentales mal ajustadas).
Estas pequeñas heridas en la mucosa permiten que las bacterias de la flora oral penetren en ella y desencadenen una reacción inflamatoria.
No obstante, las bacterias también pueden causar inflamación si no hay daños en la cavidad oral. Una higiene bucal deficiente contribuye a la multiplicación de los patógenos en los restos de comida que permanecen entre los dientes. Estas bacterias, en ocasiones en combinación con otros factores (mala alimentación, cambios hormonales, genética, sistema inmunitario debilitado, etc.), pueden ser responsables de determinadas inflamaciones específicas (gingivitis, periodontitis…) y de caries.
Este tipo de afecciones bucales son especialmente comunes en los niños pequeños, pues su sistema inmunitario todavía está en desarrollo. Se caracterizan por presentar un cuadro más característico y definido que las infecciones bacterianas. Como hemos citado anteriormente en la tabla, algunos ejemplos de infecciones víricas que se observan sobre todo en la infancia son la estomatitis herpética (virus del herpes simple) o la enfermedad de manos, pies y boca (virus Coxsackie).
Los datos sugieren que el 80% de los niños de dos años ya tienen anticuerpos contra el virus del herpes simple en su sangre. Es decir, ya han sido infectados por el virus. En muchos de los casos no presentan síntomas, en otros aparecen las típicas ampollas labiales y, en raras ocasiones, la primera (y solo la primera) infección lleva a un cuadro clínico con ampollas en toda la cavidad oral y fiebre, se trata de la estomatitis herpética. En el caso especial de los recién nacidos, un contacto con el virus del herpes puede desencadenar infecciones graves y potencialmente mortales.
La enfermedad de manos, pies y boca es una infección vírica frecuente en los niños. Suele empezar manifestándose con ampollas en la boca y, uno o dos días después, también con alteraciones como manchas rojizas y nódulos en manos y pies. A veces también pueden aparecer en las nalgas, las rodillas o los codos. En muchos niños, la infección es inofensiva y desaparece al cabo de una semana. No obstante, las úlceras bucales pueden provocar que los niños tengan dificultades para comer y beber.
Al igual que las enfermedades bucales de origen vírico, son más frecuentes en niños y también suelen presentar un cuadro muy característico:
Los bebés, en particular, suelen padecer infecciones fúngicas porque su sistema inmunitario aún no está completamente desarrollado.
La infección por hongos más común en la cavidad oral es la candidiasis oral, causada por Candida albicans. Si bien todos nosotros estamos en contacto con este tipo de hongos en algún momento de nuestra vida, solo en personas con un sistema inmunitario en desarrollo (infancia) o debilitado (enfermedades inmunológicas, edad avanzada) se produce una infección visible.
Existen también enfermedades inmunes o sistémicas y alergias que afectan a la boca, además de otras partes del cuerpo. No obstante, por norma general su incidencia en la población infantil no es muy elevada. Entre ellas encontramos: enfermedad celíaca, enfermedad de Crohn, diabetes, lupus eritematoso, enfermedad de Behçet, síndrome de Stevens-Johnson y liquen plano.
Otro de los factores relacionados con inflamaciones bucales son determinadas carencias nutricionales, especialmente la deficiencia de vitamina B12 (cobalamina), vitamina C, ácido fólico (vitamina B9) y hierro.1
Las aftas son pequeñas úlceras, llagas o lesiones de color blanquecino-amarillento sobre un fondo rojo. Suelen encontrarse en la mucosa de la mejilla, pero también en la lengua, el paladar o las encías. Si bien en algunos casos cursan como síntomas de determinadas enfermedades de la cavidad bucal, en la mayoría de ocasiones las causas no están claras. Entre los factores desencadenantes se barajan: estrés, ingesta de ciertos alimentos como cítricos, lesiones…
Se observa a menudo que suelen afectar a los niños cuyos padres también las padecen.
La gran mayoría de las inflamaciones de la cavidad presentan una sintomatología y un curso similar.
Como hemos indicado al principio, las inflamaciones de la cavidad oral engloban gran variedad de enfermedades.
Por norma general, un especialista puede distinguir en base a los síntomas y la información obtenida durante la consulta el tipo de enfermedad del cual se trata. Si el médico sospecha que la causa no es infecciosa puede recomendar realizar un análisis de sangre para descartar cualquier enfermedad subyacente o carencia nutricional.
Junto con la causa desencadenante, las inflamaciones bucales también se clasifican en base a su localización y extensión:
Localización y extensión | Nombre |
Inflamación extensa de la mucosa oral | Estomatitis |
Inflamación limitada de la mucosa oral | Aftas |
Inflamación de las encías | Gingivitis |
Inflamación del periodonto | Periodontitis |
Por norma general, la mayoría de las inflamaciones bucales son inofensivas y desaparecen al cabo de pocos días. No obstante, es recomendable ir al médico cuando:
Por norma general, y a pesar de la diversidad de factores desencadenantes, los tratamientos de las inflamaciones en la cavidad oral están enfocados en reducir el dolor y reforzar el proceso de curación. Es así debido a que muchas de estas inflamaciones se curan por sí solas al cabo de una o dos semanas. En la mayoría de los casos, para aliviar las molestias que causa la inflamación es recomendable que los niños eviten alimentos y sustancias irritantes e ingieran principalmente alimentos frescos y suaves. Sobre todo, hay que asegurarse que beban suficiente líquido, por ejemplo en forma de leche fría.
Como hemos visto, la mayoría de las patologías bucodentales, infecciosas o no, desencadenan una respuesta inflamatoria. Por ello, para tratar estas afecciones es fundamental restablecer el buen funcionamiento del sistema inmune. Para ello los medicamentos de microinmunoterapia contienen citoquinas que regulan el equilibrio del sistema inmunitario del organismo y de esta forma ayudan a controlar las infecciones. Además, el apoyo inmunitario que proporcionan permiten al organismo hacer frente a los patógenos y otros invasores no deseados de forma más eficaz. Podrás consultar más ejemplos de utilización de la microinmunoterapia en posts como: patologías bucodentales y microinmunoterapia.
Sin lugar a duda una higiene bucal exhaustiva es el método preventivo más importante frente a los agentes más comunes de la inflamación de la cavidad oral, las bacterias. La higiene bucal incluye:
Aparte de la higiene bucal correcta, es también importante (y no solo para la salud bucal) una alimentación sana, que incluya todos los micronutrientes necesarios, y baja en azúcares.
La salud bucal es muy importante e influye sobre la salud general y la calidad de vida. La boca nos sirve para masticar, deglutir, hablar y sonreír. Una boca sana repercute sobre nuestra autoestima y nuestra capacidad de comunicarnos y, en consecuencia, sobre nuestro desenvolvimiento a nivel social.
En la mayoría de los casos, las afecciones bucodentales se deben a una mala higiene bucal. Por ello, debemos ser capaces de hacer entender a los niños la relevancia de limpiarse bien los dientes.
Aparte de la higiene bucal, son también determinantes la buena alimentación y las visitas regulares al odontopediatra.