Investigadores de la Universidad del Estado de Michigan han identificado dos biomarcadores genéticos que podrían contribuir a identificar qué mujeres embarazadas están en riesgo a tener un parto prematuro. Los resultados del trabajo, publicados en Biology of Reproduction abren un camino hacia el desarrollo de pruebas genéticas dirigidas a estimar qué embarazos necesitan especial seguimiento por riesgo a un parto prematuro.

Cada año nacen en todo el mundo alrededor de 15 millones de bebés prematuros, aproximadamente uno de cada 10. El nacimiento prematuro, definido como aquel que ocurre antes de la semana 37 de embarazo puede tener problemas médicos asociados, especialmente en aquellos casos en los que se produce de forma muy temprana. Algunos factores de riesgo para el desarrollo de un parto prematuro son conocidos, como por ejemplo los embarazos múltiples, el tabaco o el consumo de ciertas drogas. No obstante, en la mayoría de los casos los partos prematuros se producen por causa desconocida y no existe ningún análisis que permita identificar de forma precisa a aquellas mujeres embarazadas que están en riesgo a tener un bebé prematuro.

Recientemente, algunos estudios han determinado que la alteración de los ritmos circadianos (ciclos de actividad/sueño que tenemos como adaptaciones a los periodos de día y noche) representa un riesgo adicional para el nacimiento prematuro. Numerosas especies, incluida la humana muestra patrones de tiempo de parto concretos. Además, los genes circadianos se expresan en numerosos tejidos reproductivos como la placenta, membrana fetal o útero y ciertas mutaciones en estos genes afectan a la gestación o momento del parto en ratón.

En esta línea de trabajo el equipo de investigadores dirigido por Hanne Hoffman, profesora en el Departamento de Zoología de la Facultad de Agricultura y Recursos Naturales de la Universidad del Estado de Michigan, se planteó si diferencias de expresión en los genes circadianos durante el embarazo podrían identificar qué mujeres tienen una mayor probabilidad a tener un parto prematuro.

Para resolver esta cuestión, los investigadores analizaron, entre el segundo y tercer trimestre, la expresión de 10 genes relacionados con el reloj circadiano en la sangre materna de 157 mujeres embarazadas, de las cuales 51 tuvieron un parto prematuro.

Al comparar la expresión de los genes entre ambos grupos de embarazadas, los investigadores encontraron una asociación entre una menor expresión de los genes CLOCK y CRY2 y la ocurrencia de un parto prematuro. Concretamente, la presencia de niveles de expresión de CLOCK y CRY2 más bajos en la sangre materna en el segundo trimestre de embarazo se asoció a un incremento en cinco veces del riesgo a tener un parto prematuro.

Los investigadores plantean que el análisis de expresión de CLOCK y CRY2 podría ser de ayuda para identificar a las mujeres que muestran un mayor riesgo a tener un bebé prematuro. Las diferencias de expresión se hacen patentes en el segundo trimestre, por lo que la consulta rutinaria de las 20 semanas podría aprovecharse para evaluar el riesgo a tener un embarazo prematuro. “Los nacimientos prematuros son comunes”, indica Hanne Hoffmann. “Si conocemos si una madre está en riesgo a tener un parto prematuro, su médico podría monitorizarla de forma más cercana”. La investigadora destaca también el efecto que la prueba genética podría tener en las madres que han tenido un bebé prematuro y están embarazadas de nuevo. “Si pudiéramos medir los niveles de ARN mensajero y decirles en su segundo o tercer embarazo que no están en riesgo a tener un parto prematuro porque sus niveles son elevados en un rango normal o sano, eso supondría una gran tranquilidad para las madres que tuvieron un parto prematuro”, señala Hoffman.

Los resultados del trabajo son preliminares y deberán confirmarse en estudios futuros. No obstante, representan un primer paso hacia el desarrollo de una prueba que permita identificar qué mujeres tienen un mayor riesgo a tener un parto prematuro.

El siguiente paso de los investigadores será determinar si los cambios de expresión de CRY2 y CLOCK proceden de la madre, la placenta o el feto. También profundizarán en si la combinación de CRY2 y CLOCK, con PER3, otro gen circadiano que muestra cambios de expresión asociados a los embarazos prematuros, puede contribuir a detectar otras complicaciones del embarazo.

Referencia: Zhou G, Duong TV, Kasten EP, Hoffmann HM. Low CLOCK and CRY2 in 2nd trimester human maternal blood and risk of preterm birth: A nested case-control study. Biol Reprod. 2021 Jun 18:ioab119. doi: http://dx.doi.org/10.1093/biolre/ioab119

Fuente: Identifying mothers at risk of preterm births. https://msutoday.msu.edu/news/2021/identifying-mothers-at-risk-of-preterm-births

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