Tras casi diez años de profunda crisis, por fin comienza a vivirse una época de bonanza con las tasas de paro cada ejercicio siendo más bajas. De igual manera el crecimiento ha recuperado el ritmo vivido hasta 2008 y los pequeños inversores se atreven de nuevo a apalancar su dinero en inversiones fuera de la oferta bancaria.

En este tiempo de crisis muchas cosas han cambiado. Por desgracia muchos proyectos y empresas, a nivel nacional e internacional, se han quedado por el camino. También en el ámbito bancario, en el que hemos visto desaparecer entidades centenarias. Y al mismo tiempo hemos visto aparecer nuevos modelos que, gracias a los avances en la tecnología y los servicios de información, pueden hacer la competencia a los bancos con mucha menos infraestructura.

Y además ofreciendo soluciones más atractivas para los pequeños inversores. Estos también han visto cambiar su situación en la última década. Con la desaparición de cajas de ahorro y bancos, han puesto sus ojos en esos nuevos modelos y han cambiado su manera de invertir. Ahora, desde el salón de casa, conexión a internet y un bróker como 1000Extra, se pueden aprovechar oportunidades de negocio en mercados internacionales, como el asiático, el norteamericano, o en los países emergentes.

Esto hace una década era prácticamente imposible.

Desde este punto de vista de facilidad de acceso a los nuevos mercados secundarios, la gran decisión es cuándo invertir y en qué condiciones. Con el avance tecnológico, la información también es mucho más accesible, y eso se nota a la hora de tomar las decisiones.

¿Ahorrar o invertir?

Son dos opciones igual de válidas siempre teniendo en cuenta que la intención es maximizar la rentabilidad, minimizando el riesgo. Dependiendo de en qué tendencia nos encontremos en cada producto, la opción más válida será tener el dinero a buen recaudo o tenerlo invertido en productos.

En tendencia alcista, y con las garantías de saber que se va a extender en el tiempo –como puede ser la actual, lo más lógico es depositar nuestro dinero en productos financieros. Tenemos la ventaja de que la oferta, como comentábamos, es muy amplia. Si se quiere tener la tranquilidad de que no dependemos de volatilidades, podemos optar por invertir en bolsa pero en acciones de empresas contrastadas que sepamos que han salido reforzadas de la crisis y cuyo horizonte es positivo.

Estas compañías suelen dar de manera anual interesantes dividendos, incluso cercanos al seis por ciento. Si comparamos con la rentabilidad que nos puede dar la cuenta corriente en estos momentos, no hay color.

Siempre teniendo en cuenta que el mercado secundario bursátil, como cualquier otro sujeto a ofertas de compra y venta, puede sufrir variaciones –tanto positivas como negativas.

Además de la bolsa, hay otros mercados que, aunque con volatilidad, nos ofrecen herramientas para mitigar el riesgo, como pueden ser el mercado de capitales –conocido como Forex-, las tan de moda criptomonedas o las opciones y futuros.

Todo es cuestión de ir analizando los pros de cada una de ellas y atrevernos a abrir nuevas herramientas financieras.

Fuente: Professional Newco

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