El Laboratorio de Inmuno-regulación, liderado por Rafael Correa Rocha, del Hospital General Universitario Gregorio Marañón participa en un consorcio europeo de hospitales coordinado por el Clínic-IDIBAPS con el apoyo de la empresa Cellnex Telecom que impulsa la investigación sobre inmunoterapias celulares para hacer frente a la COVID-19. El proyecto, que cuenta con una inversión de 5 millones de euros, tiene como objetivo comprender mejor el funcionamiento de la respuesta inmunitaria frente al SARS-CoV-2, para desarrollar terapias celulares con linfocitos T que actúen frente a la infección por SARS-CoV-2 y terapias con células T reguladoras (Treg) para neutralizar la hiper-activación inmune responsable del empeoramiento de los pacientes COVID-19.

En este proyecto europeo coordinado por el Dr. Manel Juan, Jefe del Servicio de Inmunología del Clínic y del grupo Inmunogenética e inmunoterapia de la respuesta inmune y autoinflamatoria del IDIBAPS, junto al Banc de Sang i Teixits (BST), también participarán junto al Hospital General Universitario Gregorio Marañón, el INSERM-U1183 asociado al Hospital Universitario de Montpellier (Francia), el Istituto Scientifico Romagnolo per lo Studio e la Cura dei Tumori (IRST) de Meldola (Italia) y el IRCCS del Hospital San Raffaele (HSR) de Milán (Italia).

“Hemos querido acompañar una acción decidida, y para nosotros sin precedentes, como la de destinar unos recursos importantes y extraordinarios a un esfuerzo cooperativo entre grandes hospitales europeos. El objetivo: contribuir a la investigación de alternativas de tratamiento para los enfermos de la COVID-19. Una investigación clínica que, por sus características, cuenta además con el potencial de extender sus conclusiones a otras enfermedades y patologías que tienen también un origen vírico”, afirma Tobías Martínez, CEO de Cellnex.

Para Rafael Correa Rocha, Jefe del Laboratorio de Inmuno-regulación del Hospital Gregorio Marañón, "las terapias celulares suponen una revolución médica que está dando resultados nunca vistos en el tratamiento del cáncer y diversas enfermedades en las que el sistema inmune juega un papel determinante. En el contexto de la enfermedad COVID-19, el sistema inmune es el único capaz de eliminar el virus y contener la infección, pero también una respuesta excesiva o incontrolada de este es la principal responsable del empeoramiento de los pacientes y del potencial desenlace fatal de los casos más graves. Por tanto, más que nunca se requieren tratamientos específicos y dirigidos para primero potenciar y fortalecer sólo los mecanismos de inmunidad frente al virus y después suprimir o modular sólo aquellos procesos inflamatorios indeseados que se han producido como consecuencia de la respuesta frente al virus”,

La importancia del estado inmunitario de la población

El coronavirus SARS-CoV-2 es un nuevo tipo de coronavirus que se detectó por primera vez en diciembre de 2019 en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, en China. En ocho de cada 10 personas la enfermedad, la COVID-19, provoca síntomas respiratorios leves, pero puede llegar a causar una enfermedad respiratoria severa como, por ejemplo, una neumonía, e incluso la muerte.

Para hacer frente a esta nueva enfermedad una de las claves es disponer de conocimiento profundo sobre el estado inmunitario de la población frente al virus SARS-CoV-2 y el papel concreto de esta inmunidad, es decir, el tipo de inmunidad y el tiempo que se mantiene. Actualmente se conoce que por encima de la respuesta humoral, es decir aquella definida por los anticuerpos frente a la infección, disponemos también de una respuesta celular inducida por los linfocitos T que controlan toda la inmunidad. Además, la batalla establecida entre el sistema inmune y el virus puede provocar que, en los casos más graves, se produzca una activación inmune exagerada y un proceso inflamatorio incontrolado, que conduce a un fallo multiorgánico que puede ser fatal.

Linfocitos T para frenar al coronavirus

Disponer de herramientas que permitan detectar y estimular la respuesta celular T es un aspecto clave para eliminar el virus, especialmente en aquellos casos en los que no hay anticuerpos frente a la infección. Pero a su vez, es fundamental controlar la respuesta celular T para disminuir la hiperactivación inmune responsable del empeoramiento clínico en la mayoría de pacientes críticos. Por todo ello, se tiene que mejorar la detección de linfocitos T con capacidad para atacar al coronavirus y, desarrollar técnicas que permitan manipularlos y orientar su respuesta frente a la infección.

Por tanto, se desarrollará un proyecto multicéntrico en el que participarán cinco equipos punteros de investigación en el campo de la inmunoterapia de Europa. Primero se identificarán diferentes perfiles inmunológicos asociados a los diferentes pronósticos clínicos en pacientes que hayan pasado la COVID-19, lo que permitirá detectar biomarcadores capaces de predecir la evolución de las personas con la infección.

Además, se desarrollarán diferentes propuestas para disponer de inmunoterapias celulares útiles en las distintas fases de la infección. Por un lado, se utilizarán células T naturales obtenidas a partir de muestras de pacientes que ya han pasado la COVID-19 para frenar la infección. A su vez, se desarrollarán propuestas de receptores antigénicos quiméricos (CAR) específicos anti-SARS-CoV-2 a través de la modificación en el laboratorio de los linfocitos del paciente para que sean capaces de reconocer y eliminar el virus. También se desarrollarán propuestas terapéuticas para el control de la hiperactivación inmune mediante el empleo de linfocitos T reguladores (Treg).

El Laboratorio de Inmuno-regulación del Hospital Gregorio Marañón, lleva varios años desarrollando de forma pionera terapias con células Treg para la prevención del rechazo inmunológico. Esta estrategia terapéutica creada por el equipo del Dr. Rafael Correa Rocha podría también bloquear el proceso inflamatorio responsable del empeoramiento clínico en pacientes COVID y restablecer el adecuado equilibrio inmunológico que permita la recuperación del paciente. Además, la Dra. Marjorie Pion, investigadora de este mismo grupo, estudiará la modificación genética de estas células Treg para hacerlas aún más específicas, conduciendo a una terapia altamente eficaz y dirigida para el control de la hiper-activación inmune producida por COVID-19, que también sería de gran utilidad en el tratamiento de otros procesos inflamatorios graves.

La colaboración de todos los centros implicados hará posible demostrar la relevancia de las células T en el estado inmunitario de los pacientes a lo largo de la enfermedad y disponer de nuevas herramientas terapéuticas ante la falta de tratamientos disponibles anti-SARS-Cov2, pudiendo aportar conocimiento y herramientas para otras inmunoterapias celulares más allá de la COVID-19.

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