Desde el inicio de la pandemia de COVID-19 diferentes estudios han evaluado la posibilidad de que la composición genética de una persona influya en si será más o menos susceptible a la infección por el coronavirus SARS-CoV-2. Mientras este tema sigue en investigación, un reciente estudio de la Universidad de Minnesota acaba de abordar otra cuestión que podría ser también muy relevante para hacer frente a la infección del virus: ¿pueden influir los genes en la respuesta a las terapias farmacológicas que van surgiendo como candidatas para tratar la COVID-19?

Uno de los factores que pueden influir en la eficacia o toxicidad de un fármaco es la variación genética. Variantes en ciertos genes afectan a la velocidad con la que se metabolizan o actúan muchos de los fármacos utilizados en la actualidad. Este efecto podría ocurrir también en los tratamientos que se están evaluando en los pacientes con COVID-19. Sin embargo, hasta el momento no se había considerado.

“La aplicación de pruebas farmacogenómicas puede ayudar a eliminar la hipersensibilidad fatal que muestran algunos pacientes a ciertos fármacos”, destaca Pamala Jacobson, investigadora de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Minnesota y directora del trabajo. “Nosotros planteamos la cuestión de si seleccionar una medicación o una dosis para COVID-19, utilizando la información genética de una persona, podría mejorar su efectividad o su seguridad”.

Para determinar si la variación genética podría influir sobre los tratamientos en investigación para COVID-19 los investigadores de la Universidad de Minnesota han recopilado la información disponible en bases de datos bibliográficas y farmacogenéticas. Mediante esta aproximación, el equipo ha encontrado múltiples variantes genéticas que influyen en cómo se metabolizan o procesan algunos de los fármacos candidatos para COVID-19. Entre ellos se encuentran la cloroquina y la hidroxicloroquina, para las que no se han obtenido todavía pruebas sólidas de su eficacia. Estudios previos sugieren que variaciones en los genes CYP2C8, CYP2D6, SLCO1A2 y SLCO1B1podrían influir en la respuesta a ambos fármacos. Según la información obtenida, la respuesta a otras terapias candidatas para COVID-19, como la azitromicina, la ribavirina o el lopinavir, también podría estar influida por variaciones genéticas concretas.

Por otra parte, los investigadores también han encontrado referencias de variantes genéticas concretas relacionadas con efectos adversos a la cloroquina y la hidroxicloroquina, la ribavirina y el interferón β1.

Conocer cómo influye la variación genética de una persona en su respuesta a los fármacos puede ser determinante para establecer la dosis adecuada que proporcione un efecto beneficioso sin resultar tóxica. De momento, no se ha considerado este aspecto en las terapias frente a COVID-19. La urgencia de la situación no lo ha permitido. Otra dificultad añadida es que los pacientes suelen tomar otra medicación o presentan otras condiciones, lo que puede interferir también con la efectividad. Sin embargo, a partir de la información obtenida, que sugiere un efecto de los genes en la respuesta a diversos tratamientos para la COVID-19, los investigadores señalan que sería recomendable realizar estudios farmacogenéticos.

“Aunque no hemos encontrado evidencias directas para apoyar el uso de las pruebas farmacogenómicas en COVID-19, hemos identificado muchos marcadores genéticos sobre los que se puede actuar, que podrían ser prometedores para mejorar la eficacia y la seguridad”, destaca Jacobson. “Se necesitan estudios clínicos en pacientes con COVID-19 antes de que las pruebas rutinarias puedan ser recomendables”.

Los autores del trabajo reconocen que en pacientes que requieren un tratamiento inmediato, como ocurre con muchos casos de COVID-19, podría no haber tiempo suficiente para realizar pruebas genéticas de respuesta a fármacos. En estas circunstancias, los estudios farmacogenéticos no tendrían una aplicación clínica, a no ser que los pacientes dispusieran previamente de esa información en su historial.

Debido al reciente interés en la farmacogenética como aproximación para optimizar el tratamiento de los pacientes, algunas instituciones ya están implementando pruebas farmacogenómicas preventivas dirigidas a fármacos para los que se ha descrito una variación genética relacionada con su eficacia. En el caso de COVID-19, la utilidad de estas pruebas farmacogenéticas ya incorporadas a la práctica clínica dependerá de si incluyen variantes genéticas relevantes para los tratamientos en investigación.

Artículo original: Takahashi T, et al. Pharmacogenomics of COVID-19 therapies. Npj genomic medi. 2020.doi: https://doi.org/10.1038/s41525-020-00143-y

Fuente: Research Brief: How genetics could impact COVID-19 treatments. https://twin-cities.umn.edu/news-events/research-brief-how-genetics-could-impact-covid-19-treatments

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