El número de mujeres embarazadas en riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares se ha incrementado en los últimos años en los países occidentales debido al aumento en la edad a la que se tiene el primer embarazo y la creciente prevalencia de los factores de riesgo cardiovascular: diabetes mellitus, hipertensión, hipercolesterolemia, obesidad, sedentarismo y tabaquismo. Además, aunque la mujer no haya presentado previamente factores de riesgo cardiovascular, algunos de ellos pueden desarrollarse durante el embarazo y mantenerse incluso una vez finalizado el mismo, con importantes repercusiones en su salud cardiovascular durante la vida adulta posterior.

Con motivo del Día Internacional de la Mujer, que se conmemora el próximo viernes 8 de marzo, el grupo de trabajo de diabetes y obesidad de la Sección de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), ha presentado en rueda de prensa el proyecto “Riesgo vascular a partir del 4º trimestre”, cuyo objetivo es formar y concienciar a todos los profesionales implicados en estas patologías producidas durante el embarazo y que conllevan un riesgo vascular que perdura después del parto. En este proyecto participa la Dra. María Goya, del Servicio de Ginecología de Vall d’Hebron y investigadora principal del grupo de investigación en Medicina Materna y Fetal del Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR).

Durante el embarazo se producen una serie de cambios en la función cardiovascular que son necesarios para la gestación, pero que pueden resultar en problemas incluso después del parto. Por ejemplo, diabetes gestacional, hipertensión durante el embarazo, preeclampsia, eclampsia y parto pretérmino. Como explica la Dra. María Goya, “las pacientes con pérdida gestacional precoz tienen un mayor riesgo cardiovascular tras el parto, especialmente aquellas que han tenido abortos recurrentes (3 o más abortos). Según un estudio reciente que incluye cerca de 1 millón de mujeres seguidas durante 35 años, el parto pretérmino espontáneo es un factor independiente de riesgo cardiovascular (incremento de riesgo de enfermedad isquémica, de infarto y de ictus)”.

Sin embargo, los problemas que ocasionan estas patologías no terminan con el parto, sino que tienen importantes repercusiones en la salud cardiovascular de la mujer durante su vida adulta posterior. Así, las mujeres que sufren hipertensión durante el embarazo o preeclampsia tienen mayor riesgo de hipertensión y de cardiopatía isquémica. El riesgo relativo de cardiopatía isquémica después de la preeclampsia es más de dos veces superior al de mujeres con embarazos normales, y el riesgo de hipertensión es casi el cuádruple.

A pesar de estos datos, muchas mujeres, de forma equivocada, dejan de controlar su tensión arterial o sus niveles de glucosa en sangre después del embarazo”, remarca la Dra. Goya.

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