La palabra 'regla' ya no es tabú. Las mujeres jóvenes hablan libremente de ella, no la esconden y la encaran de forma distinta. "Hasta hace relativamente poco no se hablaba de la regla en los medios de comunicación", señala Núria Parera, responsable del Servicio de Ginecología de la Infancia y la Adolescencia de la Clínica Dexeus Mujer. "Hoy, la actitud es abierta en las conversaciones o en las consultas".
Uno de los grandes cambios que se han dado tiene que ver con el dolor que tantas veces la acompaña. Las mujeres han pensado durante años que una regla dolorosa (dismenorrea) era algo normal y lo sobrellevaban como podían. Hoy no se resignan: el dolor es el segundo motivo de consulta entre los problemas ginecológicos, según la doctora Parera. "Que la regla moleste puede ser normal hasta cierto punto", explica. "Afecta a un 80% de las jóvenes y de forma severa a un 9%. Es preocupante cuando interfiere en las actividades diarias". En el caso de que esto ocurra, hay que estudiar si existe alguna patología. En las jóvenes, la mayoría de veces se trata de lo que se llama 'dolor de regla funcional', sin causa interna. En las mujeres adultas, puede deberse a una endometriosis, a quistes ováricos o a la utilización de un DIU de cobre. Pero, sea funcional o no, hoy el médico siempre escucha y busca el mejor medio para intentar paliar ese dolor. Pueden recetarse analgésicos (son muy útiles los antiinflamatorios no esteroideos si no hay contraindicaciones). Otro recurso son los tratamientos hormonales, anticonceptivos o no. En algunas mujeres resulta eficaz la acupuntura.
Hay otras muestras del cambio de actitud de las mujeres hacia su menstruación. Por ejemplo, empiezan a reivindicar que tener la regla no es un capricho y que, por tanto, a los métodos de higiene menstrual no debería seguir aplicándoseles el IVA del 21%, como si fueran objetos de lujo. La mirada está puesta en Escocia, el primer país del mundo (desde el pasado mes de noviembre) que financia compresas y tampones.
Y hablando de productos de higiene menstrual, buscando reducir costes pero también por su mayor conciencia medioambiental, otra tendencia hoy en auge respecto a la regla es que las mujeres quieren artículos respetuosos con el planeta. Uno de los más populares es la llamada copa menstrual, que emplean especialmente las jóvenes (todavía la mayoría de las féminas siguen prefiriendo compresas y tampones convencionales). Se trata de un dispositivo reutilizable de silicona o látex en forma de copa que se adapta al fondo de la vagina para recoger el flujo y que después hay que vaciar. La venta de algunas marcas ha aumentado hasta un 98% en los últimos seis años. También están muy en boga las compresas lavables y reutilizables de algodón, o las bragas absorbentes que no son desechables.
Otro gran avance es que la investigación ha facilitado, de un tiempo a esta parte, que muchas mujeres puedan vivir sin regla. Se consigue gracias a tratamientos hormonales anticonceptivos que pueden posibilitar que llegue solamente cada tres o cuatro meses, disminuyendo también la cantidad del sangrado. Estos tratamientos se administran en forma de implantes subcutáneos, píldoras anticonceptivas o DIU hormonales. Funcionan básicamente induciendo el sangrado a voluntad o suprimiéndolo, y ayudan asimismo a disminuir el dolor. Las mujeres españolas todavía los utilizan poco porque los ven con cierto recelo en comparación con las mujeres del norte de Europa o de EE. UU, entre las que están más extendidos.
Durante años, ni siquiera se consideraba un trastorno. Si es muy grave, se denomina Síndrome de Disforia Premenstrual. Tristeza, ansiedad, irritabilidad o desesperanza son algunos de sus síntomas. Aparecen días antes de la regla y se tratan con antidepresivos, anticonceptivos, cambios en la dieta o suplementos nutricionales.
se trata de lo que se llama 'dolor de regla funcional', sin causa interna. En las mujeres adultas, puede deberse a una endometriosis, a quistes ováricos o a la utilización de un DIU de cobre. Pero, sea funcional o no, hoy el médico siempre escucha y busca el mejor medio para intentar paliar ese dolor. Pueden recetarse analgésicos (son muy útiles los antiinflamatorios no esteroideos si no hay contraindicaciones). Otro recurso son los tratamientos hormonales, anticonceptivos o no. En algunas mujeres resulta eficaz la acupuntura.