El Hospital Sant Joan de Déu Barcelona, en el marco del estudio Kids Corona organizado en los casales de verano, ha recogido más de 2.000 muestras semanales en un total de 24 campus escolares y deportivos de verano de Barcelona y el área metropolitana. El objetivo de este estudio, que ha requerido un despliegue de recursos sin precedentes por parte del Hospital, es analizar cómo se transmite la COVID-19 entre los grupos de niños de entre 3 y 15 años y los monitores.

Durante las semanas que se ha llevado a cabo el estudio de campo, diversos niños y monitores han dado positivo en las pruebas de detección del virus y se han puesto en cuarentena los grupos de convivencia estables correspondientes en los que se habían producido contactos con casos positivos o sospechosos. El objetivo de las muestras recogidas es analizar la transmisión entre niños y también en relación con los adultos a cargo (monitores o profesorado) en un entorno similar al escolar.

En el marco de la plataforma Kids Corona, el estudio realizado en los domicilios en los que había habido un adulto COVID-19 positivo, demostró que los niños se infectan en un porcentaje similar a los adultos convivientes pero con una manifestación de la enfermedad generalmente asintomática o leve. En aquel caso no se pudo analizar cómo se transmitía el virus entre la población infantil que, hasta aquel momento, había estado confinada.

Por este motivo el hospital decidió poner en marcha una nueva línea de investigación que pretende arrojar luz sobre uno de los grandes interrogantes para las familias y la comunidad educativa. “La plataforma Kids Corona nace de una demanda social” recalca el Jefe de Pediatría y coordinador del proyecto, Juan José García. “En este caso queríamos ver qué ocurre con los niños cuando están en un ambiente en el que circula la COVID-19 y que reproduce unas condiciones parecidas a las que encontraremos en la escuela en septiembre”, explica García.

Recogida de muestras biológicas e información cualitativa

“El volumen de participantes tenía que ser amplio porque, en el momento que se inició el estudio, no se habían detectado rebrotes”, explica la responsable de la Unidad de Investigación Clínica, Joana Claverol. Otro criterio de inclusión ha sido que cada participante asistiese al menos dos semanas al casal para que tuviese un contacto relativamente prolongado con el resto de niños y niñas del grupo de convivencia estable. De forma semanal se ha realizado una PCR en saliva a todos los niños y adultos que han participado en los casales y, en uno de los centros (en la escuela Thau), se han realizado PCRs nasofaríngeas. En todos los casos se ha llevado a cabo un seguimiento de los casos que han dado positivo.

“Las muestras de frotis nasofaríngeo se han tomado porque siguen siendo el criterio de referencia para el diagnóstico de la COVID-19. Las de saliva, además de usarse para detectar la enfermedad, se analizarán para estudiar si en el fluido se pueden detectar anticuerpos que ayuden a ver si cuando sale una PCR positiva el niño tiene la infección activa o pasada, esto es algo novedoso”, añade Iolanda Jordan, coordinadora de investigación pediátrica de la plataforma Kids Corona. El estudio también ha realizado encuestas a los casales para analizar aspectos epidemiológicos: número de niños que participaban, organización de los grupos, actividades al aire libre o en interior, etc.; una información cualitativa que contribuirá a conocer si la enfermedad impacta más en unos casos u otros.

El primer estudio de este tipo a nivel internacional

“Hemos hecho una amplia revisión de la literatura y no hemos encontrado nada similar. También hemos contactado con expertos internacionales que nos han confirmado que no existe todavía ningún estudio como este”, explica el Jefe de Pediatría del Hospital Sant Joan de Déu. “Todo ello se ha realizado en un tiempo récord y ha requerido un gran esfuerzo por parte de muchos departamentos, particularmente Enfermería e Investigación Clínica, que ha tenido que posponer otros proyectos para dar respuesta a esta necesidad”, apunta García.

La Unidad de Investigación Clínica del Hospital Sant Joan de Déu, liderada por Joana Claverol, ha destinado tres personas en exclusiva al diseño y seguimiento de la investigación en los casales, que han trabajado estrechamente con los 30 miembros del equipo de enfermería que se han movilizado para la recogida de muestras en todos los casales, haciendo igualmente un gran esfuerzo logístico.

El estudio de campo ha recibido además el soporte de cinco investigadores epidemiólogos del ISGlobal que trabajan estrechamente con el Hospital. “A esta estructura hay que sumarle el apoyo de la dirección, el Institut de Recerca Sant Joan de Déu, los equipos de laboratorio que han procesado y validado a diario las muestras, informática e ingeniería, el equipo administrativo, las personas que se encargan de realizar las estadísticas, etc.”, añade Claverol, que concluye: “Nunca en mi vida había puesto en marcha un estudio con tan poco tiempo y con esta magnitud, este esfuerzo ha sido posible gracias a la implicación de un gran grupo de personas”.

Además del estudio realizado en los casales, la plataforma Kids Corona ha seguido realizando otros estudios en paralelo para dilucidar cómo se manifiesta la COVID-19 en los niños y niñas y cómo afecta la infección a las embarazadas y los recién nacidos.

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