La Unidad de Endocrinología y Nutrición del Hospital Regional Universitario de Málaga ha analizado a 282 pacientes ingresados en la planta de Oncología durante dos años con el objetivo de conocer su grado de desnutrición -a consecuencia de los trata-mientos y la propia enfermedad- para tratarlos precozmente y, de este modo, mejorar su pronóstico.

Denominado 'ONCO-NUT' este estudio comenzó a finales del 2017 y se completó la muestra en 2018 con un seguimiento posterior hasta 2019. Actualmente se encuentra en fase de evaluación y publicación de resultados. El director de la unidad asistencial de Endocrinología y Nutrición del Hospital Regional Universitario de Málaga, Gabriel Olveira, explica que la desnutrición en estos pacientes la ocasiona el propio tumor "ya que muchas veces están en zonas que impiden una adecuada ingesta o absorción de nutrientes y se genera un estado inflamatorio que afecta a la función muscular y al apetito".

Además de la enfermedad, los tratamientos pueden afectar al estado de salud nutricional por sus posibles efectos secundarios. "La quimioterapia, la radioterapia y la cirugía pueden afectar generando náuseas, vómitos, diarreas o dolor en mucosas", señala el también investigador responsable del grupo 'Endocrinología y Nutrición. Diabetes y Obesidad' del Instituto Biomédico de Málaga (Ibima).

Precisamente y, para prevenir el deterioro del estado nutricional, los profesionales hacen un cribado y una valoración nutricional desde el diagnóstico y durante el trata-miento y hasta el alta. "Nuestra intención es revertir el proceso de desnutrición mediante intervenciones tempranas, como consejos dietéticos, nutrición con suplementos, nutrición enteral por sonda o nutrición parenteral", agrega Olveira.

La puesta en marcha del estudio surgió por la falta de respuesta de determinados tratamientos en pacientes con sospecha de desnutrición. "Las personas desnutridas responden peor a los tratamientos, tienen más riesgo de toxicidades y de interrupción de los tratamientos oncológicos, tienen menos defensas por lo que tienen más riesgo de complicaciones, por ejemplo, infecciosas y, al tener menos masa muscular, también tienen menor funcionalidad -se recuperan peor de la cirugía- además de tener más riesgo de sufrir problemas psicológicos como depresión y ansiedad, lo que afecta a la ingesta. Todo ello en su conjunto es lo que ensombrece el pronóstico", alerta el endocrinólogo, que añade que los pacientes oncológicos con desnutrición tienen más complicaciones, lo que alarga la estancia hospitalaria, y provoca una mayor mortalidad, al margen de la edad y del estadio tumoral.

Una vez seleccionada la muestra de pacientes, los investigadores detectaron a través de diferentes análisis una prevalencia del 80% de desnutrición. "La primera conclu-sión es que el dato era muy alto por lo que era indispensable hacer un cribado en todos los pacientes oncológicos y actualizar durante todo el proceso de la enfermedad por si necesitaban un soporte nutricional, a través de recomendaciones dietéticas individualiza-das, de suplementos nutricionales, de nutrición por sonda o nutrición por vena", alerta.

Una de las herramientas empleadas para la detección de la desnutrición ha sido la dinamometría de mano que, junto a un análisis exhaustivo de la historia clínica, ha permitido valorar el estado del paciente. Esta técnica, que emplea un dinamómetro de mano, evalúa la fuerza muscular, asociada a su vez con la masa muscular esquelética. En pacientes con enfermedades agudas o crónicas existen numerosos factores asociados al descenso de la fuerza muscular ¬como la inmovilización, la disminución de la ingesta de alimentos, la inflamación, el estrés oxidativo, o empleo de fármacos¬. "La técnica que mejor predice las posibles complicaciones es la combinación de una historia clínica con la dinamometría de mano, por lo que esta herramienta debe incorporarse a la valoración nutricional de los pacientes de riesgo, como así hemos hecho tras el estudio", explica el director de la unidad de Endocrinología y Nutrición del Hospital Regional de Málaga.

En este sentido, el director de la unidad intercentros de Oncología médica, Emilio Alba, señala que la falta de ingesta por alteraciones o falta de apetito, así como el síndrome de anorexia caquexia, son los principales causantes de la desnutrición en pacientes con cáncer. "Por eso el soporte de los profesionales de Endocrinología y Nutrición es fundamental, porque ayudan a la evolución de los pacientes desde el punto de vista nutricional, ayudan a mejorar los tratamientos y a disminuir el número de complicaciones. Muchos de ellos se tratan de forma exitosa haciendo que o mejore o se controle del todo", agrega Alba, que sostiene que "un paciente bien nutrido es un paciente que evoluciona siempre mucho mejor en su enfermedad".

Los tumores que con más frecuencia causan desnutrición al diagnóstico y también durante el tratamiento son los de cabeza y cuello, esófago, estómago y páncreas porque influyen en la ingesta o en el paso de los nutrientes por el tubo digestivo. El Hospital Regional de Málaga atiende cada año a más de 800 ingresos de pacientes oncológicos.

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