El Síndrome de Ovarios Poliquísticos (SOP) es un trastorno hormonal que afecta a un 6-20% de mujeres en edad reproductiva y puede generar problemas de fertilidad. Los problemas reproductivos suelen producirse porque existe una alteración del ciclo menstrual y de la ovulación. Además, existe un aumento de la producción de andrógenos (hormonas masculinas) y mayor número de folículos (estructuras del ovario que contienen los óvulos). Para reducir los síntomas y especialmente las complicaciones, tanto en la adolescencia como en la edad adulta, es recomendable realizar ejercicio físico, llevar una alimentación saludable y mantener una buena calidad del sueño, sobre todo las pacientes que tienen obesidad y resistencia a la insulina.

No existe un tratamiento específico para el SOP, pero los síntomas pueden controlarse mediante diferentes estrategias, que pueden variar en cada etapa de la vida en función de las necesidades de cada mujer. Por ello, el enfoque terapéutico de los diferentes síntomas contempla estrategias diversas. Existen fármacos para tratar las alteraciones menstruales, la resistencia a la insulina o el exceso de andrógenos, pero la recomendación básica para todas las pacientes con SOP es el ejercicio físico y la alimentación sana.

Ejercicio físico

La guía internacional basada en evidencia científica para la evaluación y tratamiento del SOP recomienda, en mujeres adultas de entre 18 a 64 años realizar actividad física de intensidad moderada 2 horas y 30 minutos por semana, 1 hora y 15 minutos de intensidad vigorosa por semana, o una combinación de ambas y asociar actividad de fortalecimiento muscular 2 días por semana no consecutivos. En adolescentes se aconseja 1 hora diaria de ejercicio físico de intensidad moderada a vigorosa y 3 veces semanales de actividad de fortalecimiento muscular.

Alimentación

La mejora de los patrones dietéticos, y en concreto la dieta Mediterránea, suplen las deficiencias en fibra, omega 3, calcio, magnesio, zinc y vitaminas (ácido fólico, vitamina C, vitamina B12 y vitamina D) que muchas de las pacientes de SOP presentan. Se recomienda mantener una dieta moderada en calorías, potenciar el consumo de alimentos de origen vegetal, e introducir cereales integrales como la quinoa, el trigo sarraceno o la espelta integral, que contienen un menor índice glucémico. Comer frutas a diario, que son ricas en antioxidantes, como los polifenoles presentes en la uva, fresas, frambuesas y moras, y verduras, especialmente de hoja verde como las espinacas, las acelgas, las alcachofas, los espárragos... Las legumbres también son muy beneficiosas porque tienen un índice glucémico bajo y son fuente de fibra y proteínas de excelente calidad.

Por último, se recomienda el consumo de grasas insaturadas ricas en omega-3 que mejoran el perfil cardiovascular, y la sensibilidad a la insulina, y reducen la inflamación crónica de bajo grado. Algunos ejemplos son el aceite de oliva, los frutos secos y el pescado azul. Por otro lado, es importante evitar aquellos alimentos que contienen azúcares refinados y grasas saturadas y trans, como las bebidas azucaradas, la bollería, las carnes rojas y todos los procesados.

La evidencia hasta ahora sugiere que vitaminas específicas (B-12, inositolos, folato, vitaminas D, E y K), nutrientes similares a vitaminas (bioflavonoides y ácido α-lipoico), minerales (calcio, zinc, selenio y picolinato de cromo) y otras formulaciones (melatonina, ácidos grasos ω-3, probióticos y canela) podrían ser beneficiosos para el SOP.

En este ámbito, la Sección de Reproducción Humana Asistida del Instituto Clínico de Ginecología, Obstetricia y Neonatología (ICGON), como centro de referencia en técnicas de reproducción asistida, está realizando un estudio para determinar el posible efecto positivo de un suplemento nutricional que contiene inositoles, antioxidantes y probióticos sobre los resultados de la Fecundación in Vitro (FIV) en pacientes con SOP que presentan sobrepeso u obesidad.

Información documentada por: la Dra. Gemma Casals, ginecóloga del Instituto Clínic de Ginecología, Obstetricia y Neonatología (ICGON) y miembro del grupo de investigación de endocrinología ginecológica y reproducción humana del IDIBAPS, y la Dra. Alba Andreu, dietista-nutricionista del Servicio de Endocrinología y Nutrición.

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