Una de las principales claves para favorecer la salud cerebral es, sin duda, mantenerse cognitivamente activos a lo largo de toda la vida. El cerebro, como todos los órganos del cuerpo, también acusa el paso de los años y el envejecimiento repercute en las neuronas. Una alta reserva cognitiva puede ser un buen aliado para contrarrestar su efecto.
La acumulación de la experiencia y la estimulación de las capacidades mentales a lo largo de la vida se refleja en lo que se llama “reserva cognitiva”. Es como un capital mental que, cuanto mayor sea, más ayudará a compensar los efectos en la eficiencia de nuestras capacidades cognitivas, tanto del envejecimiento como de alteraciones cerebrales como las causadas por el Alzheimer.
Así pues, no podemos decir que la reserva cognitiva actúe como un antídoto para prevenir enfermedades cerebrales ni que evite el envejecimiento neuronal, pero sí que es un factor que contribuye a retrasar el posible deterioro cognitivo, promoviendo una red neuronal más resistente.
No existe ninguna actividad concreta ni ejercicios específicamente recomendados para evitar o reducir el riesgo de sufrir demencia, pero sí una serie de prácticas muy recomendables para mantener activo el cerebro y favorecer la reserva cognitiva. En general, debemos procurar abrirnos a actividades que sean nuevas para nosotros o plantearnos pequeños retos diarios que nos obliguen a realizar cierto esfuerzo mental.
Es aconsejable seleccionar actividades que nos resulten atractivas y evitar aquellas que no despierten nuestro interés o que nos parezcan aburridas. Si disfrutamos con ellas, les dedicaremos tiempo y será menos posible que las acabemos abandonando. Hemos de intentar que sean variadas, así estimularemos diferentes capacidades cognitivas. Hay que tener presente que el cerebro y las funciones cognitivas funcionan en red y, por eso, para mejorar en una función determinada, hay que trabajarlas todas en conjunto. Por ejemplo, para mejorar la memoria, también hay que estimular la atención o las capacidades perceptivas.
Estas cinco actividades diarias son excelentes combustibles para la reserva cognitiva:
Es importante recordar que, además de favorecer la reserva cognitiva, para mantener nuestro cerebro sano, hemos de controlar también los factores de riesgo cardiovascular, cuidar nuestra alimentación, hacer ejercicio físico y cultivar las relaciones sociales.