Investigadores del CLÍNIC-IDIBAPS, del Hospital Universitario Vall de Hebrón y del Parque Taulí de Sabadell han demostrado el daño causado por la infección del SARS-CoV2 a las placentas de cerca de 200 mujeres embarazadas. Un estudio liderado por el Dr. Alfons Nadal, del Servicio de Anatomía Patológica del Hospital Clínic y miembro del grupo de Patología molecular inflamatoria y de tumores sólidos del IDIBAPS, ha demostrado la afectación mortal en los fetos que ha tenido la COVID-19 en un grupo de embarazadas de entre 24 y 39 años.

En el estudio han participado otros patólogos pediátricos catalanes (Dras. Marta Garrido, Jéssica Camacho y Alexandra Navarro, del Hospital Universitario Vall de Hebrón y Dr. Joan Carles Ferreres, del ParcTaulí Hospital Universitario) y profesionales de los servicios de obstetricia y microbiología de los tres centros y se ha publicado recientemente en la revista Modern Pathology.

El estudio analiza cerca de 200 casos de mujeres embarazadas y que se infectaron por la COVID-19 en el embarazo, aportados entre los tres hospitales. En total, se demostraron 9 casos de placenta infectada por SARS-CoV-2, y en 5 de los cuales hubo la muerte intrauterina del feto. Todos los casos analizados habían tenido un embarazo dentro de la normalidad y no se identificaron otras causas que pudieran acabar con la muerte del feto. Afortunadamente, la afectación de la placenta es muy infrecuente (4.5% de las mujeres embarazadas que han sufrido COVID-19, según esta serie), y las muertes fetales atribuibles a esta afectación es solo de alrededor el 2.5%. La participación del Hospital Universitario Vall de Hebrón en su papel de centro de referencia de COVID-19 gestacional ha sido clave en este trabajo para proporcionar potencia en esta investigación.

El estudio demuestra que la infección del tejido placentario se acompaña de una lesión característica que consiste en necrosis del trofoblast, una capa de células que provee nutrientes desde la madre al feto dentro del útero, y colapso del espacio intervelloso, es decir, cada uno de los espacios cavernosos de la placenta situados entre las vellosidades coriónicas y ocupadas por sangre materna. Este daño al trofoblast apunta a una nueva complicación de la COVID-19. Esta afectación explica que la placenta deje de ser esponjosa, sea mucho más dura y quede malograda hasta el punto de provocar, en algunos casos, la muerte del feto.

La placenta es el primer órgano que se forma en el desarrollo fetal. Actúa como los pulmones, intestinos, riñones e hígado del feto, obteniendo oxígeno y nutrientes de reguera sanguínea de la madre. Es también responsable de muchos de los cambios hormonales dentro del cuerpo de la madre.

Los patólogos del estudio sostienen que “el estudio evidencia el daño causado por la COVID-19 a la placenta. No habíamos visto nunca estas lesiones en unas placentas tan malogradas y es que no había referencias debido a que se trata de una enfermedad nueva”.

Referencia del artículo:

Diffuse trophoblast damage is the hallmark of SARS-CoV-2 associated fetal demise. (Modern Pathology)

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