Contaminación, ruido de tráfico y la temperatura en episodios de olas de calor, podrían influir a corto plazo el adelanto de los nacimientos antes de término que se producen en Madrid, según un estudio publicado en la revista Enviromental Research por un equipo liderado por Cristina Linares, investigadora de la Escuela Nacional de Sanidad del Instituto de Salud Carlos III.

Según este estudio, de los cerca de 300.000 partos que se produjeron en Madrid en el periodo 2001-2009, más de 24.000 fueron de bebés que no llegaron a las 37 semanas de gestación (partos prematuros); más de 20.000 corresponden a bebés que nacieron entre las 30 y las 37 semanas de gestación (partos muy prematuros) y 4.270 corresponden a partos por debajo de las 30 semanas de embarazo (partos extremadamente prematuros) según datos del Instituto Nacional de Estadística.

La investigación establece que las partículas de diámetro inferior a 2,5 micras (PM2,5 ), emitidas fundamentalmente por los vehículos diésel, se relacionan con los partos que se producen antes de las 37 semanas de gestación, en el sentido de que un día después que se produce un pico de contaminación por PM2,5 aumenta el riesgo de partos prematuros en un 3,7% por cada 10 micg/m3 que aumente la concentración de PM2,5.

Por otro lado, la temperatura en olas de calor no sólo influye en el número de partos prematuros, sino que también se relaciona con los que denominados partos muy prematuros. Un día después de que se registre una temperatura máxima diaria superior a 34ºC aumenta el riesgo de que se produzcan partos prematuros en un 5,2% y partos muy prematuros en un 4,7% por cada grado en que la temperatura máxima diaria supere los 34ºC.

Por último el ruido, que en una gran ciudad se debe al tráfico rodado en más de un 70%, se relaciona no sólo con los partos prematuros y muy prematuros, sino que también existe una clara asociación estadística entre el ruido diurno y los partos que no llegan a las 30 semanas de gestación (extremadamente prematuros). Por cada dB(A) que aumente el ruido diurno en Madrid, ese mismo día, el riesgo de un parto prematuro se incrementa en un 15,4 %, en un 6,9 % el de un parto muy prematuro y el un 22,2 % el de un parto extremadamente prematuro.

Los investigadores apuntan que mecanismos fisiológicos asociados al estrés parecen ser la causa que relacionan el ruido y la temperatura con los partos prematuros, mientras que para el caso de las PM2,5 el mecanismo biológico capaz de producir un efecto sobre las mujeres embarazadas a corto plazo aún no está claramente establecido.

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