Investigaciones realizadas en personas centenarias han demostrado que el sistema inmunitario juega un papel fundamental en la salud y la longevidad de los seres humanos. Así pues, las personas de edad avanzada que habían conservado una función optima de su sistema inmunológico disponían, a la vez, de un mejor estado físico y mental (1).

Asociados al proceso de envejecimiento, se dan toda una serie de cambios naturales en el organismo que afectan, entre otros, al sistema inmunitario. Este proceso complejo en el que algunas funciones inmunitarias aumentan y otras se deterioran se conoce como la inmunosenescencia. Ejemplos de ello podrían ser alteraciones en la funcionalidad de algunas células inmunes, una mayor dificultad para reconocer nuevos antígenos así como un aumento o disminución en la producción de ciertas citoquinas. Por ejemplo, se observa un aumento de citoquinas proinflamatorias (2).

Factores que influyen en el envejecimiento

Al igual que los animales, la longevidad está influenciada por nuestros genes, el medio ambiente y factores aleatorios, muchos de los cuáles aún se desconocen. Uno de ellos es el estrés crónico. El estrés tiene un impacto directo sobre la función inmunitaria y por ende puede afectar al proceso de envejecimiento (3). Por ejemplo, puede reducir la actividad de una proteína llamada telomerasa, lo que se relaciona con el acortamiento de los telómeros. Se trata de unas regiones del material genético que al acortarse inducen el envejecimiento de la célula (4). Otros factores como la falta de ejercicio o la mala alimentación, también pueden acelerar el proceso de envejecimiento, alterando las funciones del sistema inmune.

En consecuencia de todo ello, aumenta la susceptibilidad de las personas mayores a padecer enfermedades infecciosas recurrentes, enfermedades relacionadas con procesos inflamatorios (por ejemplo artrosis, artritis, etc.), patologías autoinmunes, procesos oncológicos…

Micro-Inmunoterapia: una respuesta inmunitaria eficaz durante el envejecimiento

La Micro-Inmunoterapia puede utilizarse para tratar aquellas enfermedades que tienen asociadas disfunciones del sistema inmunitario, ayudando a regular y estabilizar los parámetros alterados por el estrés y el proceso de envejecimiento. De hecho, proporciona una acción a diferentes niveles, ya que tiene objetivos múltiples:

– Mejorar la respuesta inmunitaria

– Contrarrestar los efectos proinflamatorios

– Modular la actividad de la telomerasa

– Aumentar la capacidad antitumoral del organismo

Bibliografía

  1. De la Fuente M. The Immune System as a Marker of Health and Longevity. Antiaging Journal. 2005.
  2. Sansoni P et al. The immune system in extreme longevity. Exp Gerontol. 2008 Feb;43(2):61-5.
  3. Bauer ME. Chronic stress and immunosenescence: a review. Neuroimmunomodulation. 2008;15(4-6):241-50.
  4. Epel ES et. al. Accelerated telomere shortening in response to life stress. Proc Natl Acad Sci U S A. 2004 Dec 7;101(49):17312-5.
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