Un equipo del Departamento de Genética de la UB y del Instituto de Biomedicina de la UB (IBUB) –con sede en el Parc Científic de Barcelona– ha descrito una relación clave para comprender el control del tamaño de los órganos de la mosca del vinagre (Drosophila melanogaster). Según la investigación, la colaboración entre el factor de transcripción Cabut y la proteína Yorkie (YAP/TAZ en humanos) es necesaria para la regeneración y el crecimiento de los tejidos y órganos. Este nuevo trabajo podría tener implicaciones biomédicas; ya que la proteína Yorkie está relacionada con diferentes tipos de cáncer y, por tanto, bloquear la unión entre Cabido y Yorkie podría ser una diana terapéutica potencial.

Cabut es un factor de transcripción, un tipo de proteína pegada, directa o indirectamente, al ADN que participa en la transmisión de la información genética regulando la expresión de los genes. «Cabut está relacionado con la regulación del crecimiento y la proliferación celular, pero hasta ahora no se conocían ni los genes que regulaba ni su mecanismo de acción», explica Marina Ruiz Romero, primera autora del artículo. publicado en la revista EMBO Reports (doi:10.15252/embr.201439193) y que también firman los investigadores Florenci Serras y Montserrat Corominas.

Para averiguar el mecanismo de funcionamiento, los investigadores usaron una técnica de secuenciación de alto rendimiento llamada Chip-seq. Con esta tecnología determinaron los lugares del genoma donde se encuentra el factor de transcripción Cabut. Después, el equipo de la UB comparó los resultados con diferentes bases de datos hasta que encontraron otra proteína que aparecía en los mismos lugares del genoma: Yorkie. El paso siguiente fue comprobar experimentalmente que las dos proteínas (Cabut y Yorkie) se encontraban juntas y dependían la una de la otra para controlar el crecimiento.

La investigación futura de los investigadores de la UB continuará profundizando en los mecanismos de la regeneración de tejidos. En los próximos estudios, el equipo de la UB continuará utilizando la mosca del vinagre como organismo modelo para identificar nuevos genes implicados en estos procesos. «La investigación básica es crucial para encontrar algún día aplicaciones biomédicas, y en este sentido, muchas de las cosas que sabemos ahora sobre el desarrollo, el cáncer o la regeneración no las sabríamos sin la Drosophila», concluye Montserrat Corominas.

Imagen: La colaboración entre el factor de transcripción Cabut y la proteína Yorkie (YAP/TAZ en humanos) es necesaria para la regeneración y el crecimiento de los tejidos y órganos. Fuente: UB.

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