Investigadores del IRTA han encontrado una nueva población de nacra cerca de la punta de la Banya de la bahía del Fangar, en el Delta del Ebro. Se trata de varios centenares de individuos sanos, agrupados en densidades localmente altas, de hasta 44 individuos/100m2. Los ejemplares encontrados son pequeños, de una edad máxima de tres o cuatro años, y en muchas zonas son difíciles de observar ya que están situados bajo la pradera de Cymodocea nodosa, lo que explica el por qué no se tenía constancia de ellos.

La nacra (Pinna nobilis) se encuentra en peligro de extinción en las costas del Mediterráneo occidental. Un protozoo parásito, Haplosporidium pinnae, posiblemente con la ayuda de una Mycobacteria, está afectando de forma generalizada a las poblaciones, provocando tasas de mortalidad de hasta el 100%. Las costas de Andalucía, Región de Murcia, Comunidad Valenciana, Islas Baleares y Cataluña se han visto gravemente afectadas, y la enfermedad comienza a notarse también en las costas de otros países tales como Túnez, Francia, Turquía y Grecia. Durante el pasado verano se ha detectado también la presencia del parásito en la parte más externa de la Bahía de los Alfacs, en el Delta del Ebro, que contaba con más de 90.000 individuos y densidades máximas de 20 individuos/100 m2, y que estaba considerada una de las mayores poblaciones del Mediterráneo. No obstante, la mayor parte de la Bahía no está afectada y aún quedan miles de individuos sanos, así como numerosos individuos supervivientes dentro de la zona afectada. El tiempo dirá si la enfermedad evoluciona hacia el resto de la bahía, lo que hace de la nueva población de la bahía del Fangar, hasta el momento sana, un verdadero santuario para la especie. Por el momento, sólo esta población, conjuntamente con la del Mar Menor (estimada en varios miles, según Francisca Giménez de la Universidad de Alicante) está totalmente libre de los microorganismos.

El Ministerio de Agricultura asignó 495.000€ para un plan de rescate de 215 individuos y su estabulación en cinco instituciones españolas (IFAPA, IMEDMAR, IEO, L’Oceangràfic de Valencia y el IRTA). En concreto, en el IRTA, y en su centro de Sant Carles de la Ràpita, acogió un total de 100 individuos, siendo la investigadora Patricia Prado quien coordina el estudio en la zona del Delta del Ebro. Nunca antes se habían mantenido individuos de esta especie durante tanto tiempo en cautividad, por lo que la experiencia supone también un reto para determinar las condiciones idóneas de estabulación y evitar la aparición de brotes infecciosos. En particular, la nacra ha demostrado ser vulnerable a una especie bacteriana (Vibrio mediterranei) que también ha causado bajas de hasta el 66% de los individuos en condiciones de estabulación.

La nacra es una especie endémica del Mediterráneo cuya concha puede superar el metro de longitud. Es uno de los bivalvos más grandes del mundo. Se desconocen los efectos que puede provocar su desaparición, pero se trata de una especie que filtra el agua, mejora su calidad y su concha proporciona un sustrato duro donde proliferan una gran diversidad de invertebrados y algas. La recuperación de sus poblaciones depende en gran medida de la posibilidad de la cría de la especie en cautividad.

Fuente: IRTA

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