La Asociación Española de Bioempresas (AseBio) ha celebrado ESTE JUEVES su tercera jornada del Green Innovation Forum, patrocinado por Algaenergy (Platinum), Bayer (Silver), Gomez-Acebo & Pombo (Bronze) y Biorizon (Bronze). Las sesiones se han enfocado en la bioeconomía, la agricultura innovadora y la estrategia Farm To Fork dónde la biotecnología jugará un papel central. Cada uno de los elencos ha indicado por tercer día consecutivo que es necesario poner el conocimiento científico al servicio de la innovación para la transformación del país.

La ciencia y la innovación son indispensables en un mundo que será superpoblado y enfrentará choques recientes y externo. Para atender los retos, no habrá espacio para el desperdicio de comida, para el uso de combustibles fósiles ni para el abuso del agua. Tendremos que hacer un esfuerzo global”, ha dicho René Castro, subdirector general de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), quien ha clausurado el evento.

Es probable que, en 2050, seamos más de 10 mil millones de personas en la tierra y que aún más gente sufra hambruna. ¿Cómo producir más alimento sin sobrepasar los límites del planeta con unas temperaturas elevadas que amenazan la agricultura y piden más agua? Esta jornada ha puesto aún más de manifiesto que la innovación y la ciencia son dos pilares que permitirán cumplir los objetivos sostenibles.

DE RESIDUOS A BIOPRODUCTOS

Una persona, por año, genera hasta 471 kilogramos de residuos, según las cifras de 2019 del Instituto Nacional de Estadística. ¿Cómo darles una segunda vida para que no contaminen más la tierra? Este jueves los ponentes han demostrado que los residuos tienen que verse como recursos e insistido en un punto crucial para la recuperación verde: la colaboración entre ciencia y empresas. “El mercado exige que las empresas investiguen y es importante tener colaboraciones para dar paso, poco a poco, a una investigación real. Debemos tener ese apoyo de la innovación y una estrategia financiada”, ha comentado Beatriz Molina del grupo La Caña. En definitiva, es importante fomentar el proceso para que estos bioproductos lleguen al mercado.

Pero nada avanza si la sociedad no se suma. Hay una demanda que cumplir y los consumidores piden más información. Beatriz Ruiz, del centro tecnológico experto en innovaciones en el sector agroalimentario, AINIA. ha dicho incluso que la falta de reconocimiento de la población puede ser una barrera. “Hay una deficiente comprensión de lo que son los bioproductos por falta de costumbre y puede crear confusión. Para aumentar el interés, hay que fomentar y fortalecer su papel, a través de mayor educación e información, para que hagan mejores elecciones”, ha propuesto Carmen Redondo de HISPACOOP.

AGRICULTURA INNOVADORA, BASE CIENTÍFICA Y REGULACIÓN EUROPEA

Los nuevos avances que aporta la biotecnología, como las nuevas técnicas de edición genómica, suponen un antes y un después no sólo en el sector de la agricultura, sino que también son una herramienta fundamental para la lucha contra el cambio climático, alcanzar una alimentación sostenible o mejorar el rendimiento de los cultivos. La estricta regulación, no siempre basada en criterios científicos, hace que su la implementación de estas innovaciones y su llegada al mercado sea difícil, al contrario de lo que sucede en Estados Unidos, Latinoamérica o Asia.

¿Qué pasa en Europa? ¿Supone el principio de precaución europeo una barrera a la innovación? “Ese principio va en línea con nuestro conocimiento. Cuando ignoramos las consecuencias de una tecnología, es prudente aplicarlo. Pero cuando lo abusamos de él al tener conocimiento y datos acumulados, como ocurrió con los OGM, se convierte en un bloqueo. Por ejemplo, ahora es un error no utilizar la edición genómica”, ha contestado Lluis Montoliu, Investigador en el Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC). Antonio Molina, director del Centro de Biotecnología y Genómica de Plantas (CBGP, UPM-INIA) está de acuerdo con Montoliu: “No debe ser una herramienta política, pero más bien científica”.

En este panel se ha hablado de la importancia de la investigación, de una regulación basada en criterios científicos. En 2018 las empresas agrarias han invertido 91,7 millones de euros en I+D y el próximo Horizonte Europa dedicará unos 9.000 millones a I+D en el sector agroalimentario. Pero pese a esto, ¿corren España y Europa el riesgo de perder el tren de la innovación en agricultura? “Si no tenemos en cuenta a la ciencia y la innovación, iremos por mal camino. Yo espero que esto sea primordial en el Green Deal”, ha afirmado Clara Aguilera, diputada y vicepresidenta de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural del Parlamento Europeo.

Todos los expertos estaban de acuerdo cuando ha tocado hablar de la comunicación. “Cada vez que hay una innovación científica y una oposición del mundo y de los ecologistas, deberíamos ser capaces de poner más objetividad en el debate. Hay que poner en valor la ciencia y la investigación y el tren que tenemos que coger es el de la narrativa”, ha concluido Diego Canga, consejero principal de la Dirección General de Agricultura y Medio Rural de la Comisión Europea.

ALIMENTACIÓN SOSTENIBLE Y FARM TO FORK

Las decisiones tienen que estar basadas en ciencia y ser coherentes con lo que pasa en el resto del mundo”, ha subrayado Carlos Vicente de Bayer Crop Science. El Pacto Verde Europeo y la estrategia Farm to Fork (de la granja a la mesa) impulsan al sector agroalimentario europeo como uno de los grandes protagonistas para alcanzar el objetivo de ser el primer continente climáticamente neutro en 2050. Para ello, la biotecnología será una de las herramientas indispensables, a través de diferentes vías, como las nuevas técnicas de edición genómica, el control de plagas y enfermedades o la salud animal. El agricultor necesita todas estas innovaciones, pero también un marco regulatorio que les permita utilizarlas como ya lo están haciendo sus competidores.

Esperanza Orellano, directora general de Producciones y Mercados Agrarios del Ministerio de Agricultura, tiene muy claras las cosas: “Es importante que los agricultores dispongan de asesoramiento, de herramientas y de una política de digitalización para poner en marcha esta agricultura, este cambio productivo al cual nos vamos a enfrentar en los próximos años”. Ese cambio tendrá muchos beneficios y Luis Felipe, director comercial de Alga Energy, ha ofrecido algunos: “Va a crear una mejor competitividad del agricultor y habrá menos desperdicios de alimentos por el aumento de la vida útil de los productos. También hablamos de la regeneración de los suelos y de mayor seguridad alimenticia. La innovación va de la mano con la rentabilidad”.

La conclusión es positiva: la crisis sanitaria ha cambiado las percepciones y ha estrechado el vínculo de la sociedad con el sector agroalimentario.

El Green Innovation Forum de AseBio ha sido organizado junto a ICEX y la Plataforma de Mercados Biotecnológicos en colaboración con la Sociedad de desarrollo de Navarra (SODENA)

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