Este documento analiza el motivo por el cual el término ultraprocesado genera confusión tanto en determinados grupos de consumidores como en el sector de producción de alimentos y alenta a establecer una serie de criterios que sirvan para explicar el concepto.

“A menudo se confunden con alimentos que tienen perfiles nutricionales no equilibrados o con una composición nutricional no adecuada para nuestra salud. Por ello es común encontrarse este término empleado de una forma confusa y equívoca”, añade la investigadora de la UMU Mª Jesús Periago.

Alimentos ultraprocesados

La definición de ultraprocesado no existe en el diccionario de la Real Academia Española (RAE) y tampoco aparece en la clasificación de alimentos que nos proporciona el Código Alimentario. La legislación europea tampoco incluye este término, y solo diferencia entre comida no procesada y procesada.

La clasificación del sistema NOVA, que se encarga de la organización de los productos alimentarios en función de su grado de procesado, los define como aquellos que han sido formulados con ingredientes obtenidos de procesos industriales y que son elaborados por diferentes técnicas o procesos. Esta definición resulta compleja y confusa, pues unos copos de maíz básicos de desayuno no serían comida ultraprocesada, pero si al fabricarlos se le añade azúcar, sí que se definirían como tal. Otro ejemplo es el caso del pan, que es un alimento procesado. Si se añade gluten a la harina para aumentar el contenido de proteína durante el proceso de panificación, pasa a ser un producto ultraprocesado, pese a que mantiene el mismo valor nutricional.

“De este modo, la definición no atiende solo a criterios tecnológicos, sino que también a criterios de composición, e incluso de valor nutricional, estando directamente relacionados con el contenido en azúcares y grasas saturadas” explica la investigadora.

Aunque en el mercado existen productos con composiciones nutricionales no adecuados, no todos se pueden considerar como alimentos ultraprocesados, por ello es importante formar a los consumidores y proporcionar una buena educación nutricional. Un claro ejemplo de ello es la mantequilla puesto que no se incluiría como ultraprocesado pero su composición nutricional es desequilibrada ya que tiene un alto contenido en grasa saturada.

Fundación Triptolemos

La Fundación Triptolemos, en la que participa la UMU como socia, tiene el reto de contribuir con sus acciones a optimizar un Sistema Alimentario Global sostenible y equilibrado. La fundación, con el apoyo de la red de CEIs (Red de Campus de Excelencia Internacional) en la que participa el Campus Mare Nostrum, realiza diferentes informes científicos de temas de interés para el sistema agroalimentario.

Autores del informe

Carmen Carretero, Ramón Clotet, Yvonne Colomer, Gonzalo García de Fernando, Juana Frías, Buenaventura Guamis, Luis Gonzalez Vaqué, Abel Mariné, Antonio Martínez, Rafael Moreno Rojas, Mª Jesús Periago, Dolores Rodrigo, Mª Ángeles Romero Rodríguez, Amparo Salvador, Pau Talens Oliag.

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