Por Francesc Bracero / La Vanguardia

El cine nos ha mostrado visiones del futuro que muchas veces han resultado ser alejadas de la realidad, pero también nos ha enseñado lo que estaba por venir, aunque en muchas ocasiones no lo creyéramos. En un repaso a 2001: Una odisea del espacio, de Stanley Kubrik (1968), se descubren cosas como una tableta que se anticipaba al iPad de Apple y muchas otras maravillas que acabaríamos por ver en nuestra vida cotidiana. Pero uno de los mayores retos tecnológicos que expresa la película es el ordenador HAL, un ente con personalidad propia, capaz de analizar, tomar decisiones y hasta de tener sentimientos. En definitiva, una computadora con características humanas.

Kubrik bautizó el ordenador con siglas que se corresponden a una letra antes en el alfabeto que las de IBM, una de las compañías más emblemáticas de la computación y que podría ser la que más nos acercara a una máquina como la de la genial ficción espacial. IBM anunció hace unas semanas la creación de un procesador que imita algunas capacidades del cerebro humano: el chip sináptico.

La computación tradicional se ha enfocado hasta el momento en la forma de funcionar del lado izquierdo de nuestro cerebro, centrado en el lenguaje y en el pensamiento analítico. El nuevo chip de IBM, denominado TrueNorth (Norte Verdadero) tiene una forma de funcionar que imita el lado derecho del cerebro, más dedicado a los sentidos y al reconocimiento de patrones. Este procesador sináptico emula las neuronas cerebrales y las conexiones (sinapsis) entre ellas. Este concepto rompe con la arquitectura que tradicionalmente se ha utilizado para la creación de ordenadores.

De momento, pocas cosas se pueden hacer con el chip. Es sólo un paso importante en un camino de investigación. TrueNorth empezó a desarrollarse en el 2011 con un prototipo que tenía un solo núcleo. La nueva versión tiene 4.096 núcleos, un millón de neuronas y 256 millones de sinapsis. En una comparativa, cada núcleo funciona a una escala comparable al cerebro de un gusano. Y un chip entero, a la de una abeja. Como ocurre con un cerebro, este procesador emplea menos energía para funcionar que uno tradicional, ya que sólo utiliza energía cuando la necesita y no de forma constante.

Los creadores del chip aseguran que puede realizar 46.000 millones de operaciones sinápticas por segundo por vatio, lo que equivale a un supercomputador. Así lo afirma Dharmendra Modha, científico jefe de computación basada en el cerebro de IBM: "Es una supercomputadora del tamaño de un timbre postal, el peso de una pluma y sólo consume la energía de un audífono". En teoría, la creación de ordenadores a partir de este concepto de procesador puede llevar a las máquinas a realizar tareas complejas de una forma más parecida a como lo hacemos los humanos. Los procesadores tradicionales realizan cálculos a partir de los datos que reciben para llegar a unos resultados. El cerebro es capaz de asociar de una forma simbólica determinados estímulos para llegar a conclusiones.

Sus aplicaciones prácticas estarán en los campos de la seguridad pública, asistencia a personas ciegas, monitorización de la salud y transporte. Pero no todos los expertos creen que el chip de IBM tenga una aplicación práctica y ya han salido algunas opiniones escépticas sobre sus capacidades. Pese a las objeciones de algunos expertos, IBM parece tener claro sus objetivos. La siguiente meta es construir un sistema de chips neurosinápticos que equivalgan a 10.000 millones de neuronas (el cerebro humano tiene de 50.000 a 100.000 millones de neuronas) y 100 billones de sinapsis (hasta 1.000 billones en el hombre). La compañía dice que podrá hacer la máquina con un volumen de menos de dos litros y un consumo energético de un kilovatio.

Modha señala que diseñar este tipo de chip ha sido muy complicado y que "muchos pensaron que era imposible". "Lo imposible ahora -remarcó- se ha convertido en posible. Esperamos que algún día llegue a ser real". Llegar hasta aquí ha costado 10 años, 200 personas dedicadas y una financiación de 53 millones de dólares (40 millones de euros) de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa de Estados Unidos (Darpa), que estuvo en el origen de internet.

En cualquier caso, es de esperar que el sistema de chips sinápticos, no llegue a pensar como la máquina de Terminator, el famoso ordenador Skynet, que un día del futuro desataría una guerra de las máquinas contra la Humanidad.

Foto: Getty Images

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