Los océanos van acidificándose lenta pero progresivamente, causando así un potencial problema para muchos animales marinos que desarrollan conchas (compuestas de carbonato cálcico) para su protección, como almejas, crustáceos, mejillones y erizos de mar. El aumento de la concentración atmosférica de dióxido de carbono (CO2) produce la acidificación del océano y, si tenemos en cuenta los pronósticos climáticos, el pH del océano se reducirá desde los valores actuales de 8.15 a aproximadamente de 7.8 a finales de este siglo.

Un nuevo estudio publicado en Scientific Reports, desarrollado por un equipo científico internacional con participación de varias investigadoras del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (CSIC-UIB), arroja esperanza a esta problemática ya que sus resultados concluyen que los organismos calcificadores presentan a menudo mecanismos biológicos que aseguran la calcificación a pesar de la acidificación.

La Dra. Iris Hendriks, investigadora del IMEDEA y co-autora del estudio señala que «bajo una alta o intermedia concentración de alimento, los organismos son capaces de crecer y formar esqueletos de carbonato incluso a valores de pH relativamente bajos. Por lo tanto, aquellos organismos calcificadores que reciben suficiente alimento parecen tolerar la acidificación mucho mejor que los que no están siendo alimentados».

Gracias al análisis comparativo que ha combinado los resultados de varios estudios científicos publicados hasta la fecha, los investigadores ponen de manifiesto que los efectos de la acidificación no deben considerarse de manera aislada, enfatizando sobre la importante relación existente con la disponibilidad de alimento. El equipo investigador constata que sólo bajo valores muy bajos de pH (< 0.6 unidades de pH respecto a los valores actuales) se han dado ejemplos de tasas de calcificación reducida, a pesar de un amplio suministro de alimento.

Hendriks precisa que «hasta la fecha, la gran mayoría de los estudios publicados, así como los pronósticos sobre los efectos de la acidificación del océano, ignoran el efecto de la disponibilidad del alimento, lo que podría implicar que los efectos de la acidificación podrían estar siendo sobrestimados».

Fuente: IMEDEA (CSIC-UIB)

Ref. Bibliográfica:

Laura Ramajo, Elia Pérez-León, Iris E. Hendriks, Núria Marbà, Dorte Krause-Jensen, Mikael K. Sejr, Martin E. Blicher, Nelson A. Lagos, Ylva S. Olsen, and Carlos M. Duarte. «Food supply confers calcifiers resistance to ocean acidification». Scientific Reports 6: 19374. DOI: 10.1038/srep19374.

Subscribirse al Directorio
Escribir un Artículo

Últimas Noticias

Uso de RNA móviles para mejorar la asim...

El gen AtCDF3 promueve una mayor producción de az...

El diagnóstico genético neonatal mejor...

Un estudio con datos de los últimos 35 años, ind...

Más de 1.500 cambios epigenéticos en e...

Un equipo de investigadores de la Universidad Juli...

Destacadas

Eosinófilos. ¿Qué significa tener val...

by Labo'Life

En nuestro post hablamos sobre este interesante tipo de célula del si...

Nace Remedi, tras la fusión de Regenera...

by Regenera Activa Worldwide

Regenera Activa Worldwide y Rigenera HBW, empresas biotecnológicas es...

Diapositiva de Fotos