Es indiscutible la influencia que tiene el sol sobre la vida en la superficie de nuestro planeta. Sus efectos sobre la biología son claros además de diversos, siendo absolutamente necesario para la sostenibilidad de los ecosistemas terrestres. Nosotros los humanos como habitantes de este mundo estamos expuestos a su influencia y efectos de sus radiaciones, y de ello obtenemos claros beneficios para nuestra salud.
Pero esta exposición no está exenta de riesgos y existe claramente definida una serie de problemas y enfermedades que se derivan directamente de la exposición solar. Para evitar estos efectos que nos resultan nocivos hemos de desarrollar comportamientos con los que evitar largas exposiciones al sol o utilizar sistemas de protección con los que protegernos cuando vamos a estar expuestos.

La radiación solar

Revisemos a continuación el espectro de radiaciones que llega a la superficie terrestre:
La radiación ultravioleta (UV) comprende el rango entre 100 y 400 nm, la luz visible cubre el rango entre los 400 y 760 nm (violeta, azul, verde, amarilla, naranja, roja), la radiación infrarroja va desde los 760 nm hasta los 4000 nm. Esta última es la responsable de la aportación térmica a nuestro entorno.

Nos detendremos un poco más en describir la radiación ultravioleta, ya que es la responsable de los principales efectos biológicos que después describiremos. La radiación ultravioleta la podemos separar en tipos o gamas de espectros:

  • Ultravioleta C o UVC, que corresponden entre los 100 y los 290 nm, no llegan a la superficie terrestre pues son absorbidos por la capa de ozono. Tienen propiedades germicidas y son eritematógenos y mutágenos. Se utilizan para esterilizar el aire en salas. Las personas que tienen contacto con esta radiación deben usar protección para evitar el riesgo de conjuntivitis e irritación de la cornea.
  • Ultravioleta B o UVB, comprende entre los 290 y los 320 nm, es la radiación responsable de a la quemadura solar y del cáncer de piel, también produce irritación en la conjuntiva y en la cornea y del verdadero bronceado.
  • Ultravioleta A o UVA, esta que comprende entre los 320 y los 400 nm la podemos separar a su vez en dos bandas, UVA I (340 – 400 nm) y los UVA II (320 – 340 nm). Los UVA son los causantes del bronceado inmediato y del fotoenvejecimiento, la banda UVA II es la mayor efecto bronceador y también la que más eritematógena.

Hay otros factores que afectan a la radiación UV que llega a la tierra como :

  • El Ozono atmosférico
  • Elevación solar
  • Altitud
  • Dispersión atmosférica
  • Nubes y Polvo

Algunas reflexiones sobre la radiación solar

Deberías ser consciente de que:

  • Parte de la radiación solar que llega a la superficie terrestre es absorbida y parte es reflejada.
  • El porcentaje de esta reflexión depende de las propiedades de la superficie en la que incide.
  • Elementos como la hierba y el agua sólo reflejan un 10%, sin embargo otros elementos como la nieve fresca son capaces de reflejar hasta el 80% de la radiación incidente.
  • Durante la primavera y en condiciones de cielo despejado la reflexión por nieve puede elevar los valores de radiación hasta niveles veraniegos.
  • Aproximadamente un 95% de la radiación UV penetra en el agua y hasta un 50% alcanza una profundidad de 3 m.

La piel ¿Cómo le afecta la radiación solar?

La piel es uno de nuestros órganos más extensos, con una superficie de 1.8 m2, y nuestra principal protección frente al medio exterior. Sus importantes funciones son: la protección frente a agresiones externas, frente a la radiación solar, funciones metabólicas, termorreguladoras, inmunológicas y de relación con el medio externo gracias a su sensibilidad.

Repasemos la estructura y las funciones de la piel.

La piel está formada por tres capas: epidermis, dermis e hipodermis.

  • La epidermis se origina en una capa basal germinativa formada por queratinocitos, que al dividirse generan las capas superiores. A medida que los queratinocitos se acercan a la superficie, estos envejecen y van cambiando de aspecto mientras sufren cambios metabólicos, acumulan la proteína queratina, se deshidratan y originan las capas espinosas y granular. Finalmente, los queratinocitos pierden su núcleo, se aplanan completamente pasando a denominarse corneocitos, formando el estrato córneo superficial que continuamente se va desprendiendo en forma de escamas. Además de los queratinocitos y corneocitos, la epidermis contiene melanocitos y células de Langerhans, ambas células tienen un aspecto dendrítico. Los melanocitos son las células que sintetizan la melanina, que posteriormente será transportada a los queratinocitos vecinos. Las células de Langerhans tienen un importante papel en la defensa inmunitaria. Las quemaduras que lesionan solo esta capa se catalogan de primer grado.
  • Situada debajo de la epidermis, la dermis está formada por fibroblastos que sintetizan el tejido conectivo extracelular. Este tejido consiste básicamente en un gel de glicosaminoglicanos y proteínas. El colágeno es la principal proteína estructural de la dermis, mientras que la elastina forma una red de fibras interconectadas que proporciona elasticidad y flexibilidad a la piel. Los glicosaminoglicanos son macromoléculas con importantes funciones hidratantes. El tejido conectivo sostiene en su seno a las glándulas sebáceas y sudoríparas, los folículos pilosos, las terminaciones nerviosas, los ganglios linfáticos, y una red de capilares que suministra nutrientes a la capa epidérmica. Las células de Langerhans también se pueden encontrar en la dermis. Si la quemadura alcanza esta capa es de segundo grado.
  • La hipodermis es la capa más profunda, que conecta la piel con los tejidos musculares. Está formada principalmente por tejido conectivo y adiposo, con funciones de aislamiento térmico y protección mecánica, cuando la quemadura alcanza y supera esta capa se trata de tercer grado, es la más grave y posiblemente dejará cicatrices.

Mecanismos de defensa de la piel

Es obvio que vivimos expuestos al sol, por tanto nuestra piel dispone de una serie de mecanismo de defensa frente a los efectos nocivos de las radiaciones UV. Estos mecanismos tienen componentes enzimáticos y no enzimáticos. Entre los primeros contamos con las principales enzimas antioxidantes: la superoxido dismutasa, catalasa, tioredeoxin reductasa y glutation peroxidasa y reductasa; el cometido de todas ellas es eliminar los radicales libres producidos tanto por la radiación como por el metabolismo celular.

Los componentes no enzimáticos lo forman una serie de moléculas con actividad antioxidante, estas reaccionan con los radicales libres deteniendo la reacción en cadena oxidativa. Lo constituyen principalmente la vitamina C (ácido ascórbico), la vitamina E (a-tocoferol), b-caroteno y ubiquinona (coenzima Q), y el ácido lipoico presente en las mitocondrias.

Otros compuestos con capacidad antioxidante son: la vitamina A, carotenoides (a-caroteno, licopeno y luteina), oligoelementos (Se, Cu, Mn), polifenoles (antocianos, xantinas, flavonoides), ácidos grasos omega-3 (ácido eicosapentanoico, aceite de pescado, aceite de borraja) y extractos diversos (polipodio, picnogenol, té).

Efectos beneficiosos y nocivos de las radiaciones UV

Efectos beneficiosos de las radiaciones UV

Estar al sol nos atrae, y es lógico. La radiación solar es en buena medida saludable, nos da optimismo y tiene sobre nuestro organismo una serie de efectos beneficiosos. El optimismo se atribuye a efectos de la luz sobre la melatonina, una acción calórica causada por la radiación infrarroja, y problemas como el acné y la psoriasis mejoran gracias a la radiación UV. Los principales beneficios de la exposición de la piel a la radiación UV son: la síntesis de la vitamina D y la melanogenesis.

Efectos nocivos de la radiaciones UV

La exposición solar no está exenta de riesgos, en función de nuestras características dermatológicas y de nuestras costumbres tanto laborales como de ocio, tenemos un riesgo diferente de sufrir problemas dermatológicos a causa de las radiaciones UV. En función a la forma de reaccionar de la piel a la radiación solar esta se ha clasificado en 6 tipos, estos tipos contemplan la reacción eritematógena o a la quemadura solar y la propensión a desarrollar fotoenvejecimiento, a base a su color y capacidad de bronceado.

Los Fototipos de piel y sus características

La clasificación de la piel de las personas en fototipos resulta de gran ayuda para el profesional, puesto que de esa forma se puede estimar el riesgo relativo que tiene un paciente de desarrollar alteraciones agudas y crónicas por efecto de la exposición a la radiación UV.

Los principales problemas que podemos encontrarnos cuando nos exponemos a la radiación solar sin la debida protección son básicamente: el eritema solar o quemadura, el fotoenvejecimiento o dermatoheliosis y el cáncer de piel como los más importantes.

Podemos distinguir, según la escala Fitzpatrick, entre los siguientes fototipos:

  • Fototipo I, tienen la piel blanca pálida, cabellos rubios , ojos de color azul o avellana, con pecas (efélides) o sin ellas. Son muy sensibles a la radiación UV, se queman con facilidad y difícilmente se broncean, sufren fotoenvejecimiento intenso y prematuro, tienen un alto riesgo de desarrollar cáncer de piel.
  • Fototipo II, tienen la piel blanca, muy parecidos al tipo anterior cabello muy rubio o pelirijo pero con mayor resistencia a la quemadura solar, se llegan a broncear ligeramente y también sufren un fotoenvejecimiento prematuro y tienen alto riesgo de desarrollar cáncer de piel. Este tipo y el anterior se consideran melanocitocomprometidos.
  • Fototipo III, También de piel blanca, son resistentes a la quemadura solar y se broncean moderadamente, sufren un fotoenvejecimiento intenso pero no prematuro y el riesgo de desarrollar cáncer de piel es moderado.
  • Fototipo IV, Su piel tiene un color tostado, con leve pigmentación, son moderadamente sensibles a la radiación UV, junto con el tipo anterior son melanocitocompetentes, su capacidad de bronceado les otorga una cierta protección a los efectos de la exposición solar. Se queman minimamente, su riesgo de desarrollar cáncer de piel es bajo y el fotoenvejecimiento es moderado.
  • Fototipo V, piel morena, rara vez se queman por exposición al sol y tienen un bronceado marrón oscuro, su riesgo de cáncer de piel es mínimo y el fotoenvejecimiento que padecen es lento y aparece a partir de los 40 ó 50 años.
  • Fototipo VI, piel de color moreno oscuro o negra, nunca se queman y su riesgo de cáncer de piel es prácticamente nulo, el fotoenvejecimiento es lento, tardío y mínimo.

Fuente: Gabinete Técnico Farmacéutico M Camps

https://mcamps.com/monografico-sobre-proteccion-solar/
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