Los Reyes Magos de Oriente llegaron a Jerusalén preguntando por el nacimiento del niño Jesús. Como ofrenda, le llevaron a Jesús; Oro, Incienso y Mirra. Estos tres obsequios representaban el poder de Jesús como rey y como dios, pero también su mortalidad.

A día de hoy, podemos encontrar estas ofrendas dentro del mundo de la cosmética gracias a estudios que demuestran sus beneficios para la piel y la salud. ¿Quieres saber más? Sigue leyendo.

Oro

Desde tiempos remotos, el oro y la piel han mantenido vínculos privilegiados.

En la antigüedad, se dijo que Cleopatra mandó a fabricar una mascarilla de oro puro para ponérsela mientras dormía y conservarse joven.

También, se comentaba que Elizabeth Taylor usaba pomadas con oro puro de 24 quilates para eliminar las arrugas y embellecer su rostro; asimismo, los médicos en la corte imperial utilizaban la hoja de oro pulverizada y espolvoreada sobre la piel, para nutrirla y revitalizarla.

En la actualidad, la cosmetología se ha apropiado de este mineral puro debido a sus grandes virtudes.

Alguna de sus propiedades como cosmético:

- Activan la transferencia de los electrones.

- Ayuda a estimular la renovación celular para impulsar la energía de la piel.

- Induce la incorporación de nutrientes minerales, evitando la flacidez cutánea.

- Favorece la formación de colágeno y elastina.

- Efecto tensor inmediato que actúa como “lifting”.

- Su poder antioxidante forma una barrera contra las agresiones externas.

- Optimiza otros principios activos que se aplican con posterioridad sobre la piel.

Su función principal como cosmético teóricamente es estimular la transferencia de los electrones entre el oro y los iones que se encuentran naturalmente en la piel, así ayuda a estimular la renovación celular al activar la energía de la misma.

Así, el oro, actúa como si se tratara de un pequeño cargador, entre el metal y la electricidad que tenemos en nuestro cuerpo. Al entrar en contacto con nuestro cuerpo, este estimula la actividad eléctrica lo que ayuda a mejorar la elasticidad de los tejidos.

El oro coloidal o las soluciones micelares de oro en nanopartículas lo podemos encontrar en serum, cremas, exfoliantes y mascarillas.

Incienso

El incienso es las primeras de las sustancias odoríferas conocidas que se mencionan en los registros antiguos. Esta palabra proviene del latín incendere (quemar) y designa una sustancia aromática que se obtiene de ciertos árboles resinosos de la familia de las burseráceas cuyas exudaciones, al ser quemadas, despiden un agradable olor.

Para producir un aroma más intenso y pesado se agregan otras sustancias entre las que se encuentran sándalo, bálsamo, mirra, áloe, cedro, enebro, benjuí, almizcle, estoraque y ámbar.

El incienso ya se conocía desde la antigüedad y se usaba comúnmente para las ofrendas religiosas, ahuyentar a los espíritus malignos, alejar a las enfermedades y, naturalmente, como medio de comunicación de los hombres con sus Dioses, ya que los perfumes deliciosos agradaban y atraían a las divinidades y los predisponen a favorecer lo implorado en las plegarias. Colocado sobre rescoldos de carbón, el incienso se consumía lentamente, dejando escapar su fragancia exótica.

El uso que se le daba en el mundo antiguo era principalmente ritual. Egipcios, griegos, romanos, quemaban incienso en sus casas y en sus templos y también en sus ceremonias funerarias, con la creencia de que el alma ascendía junto con el humo.

El incienso también se usaba en cosméticos y medicinas. Los egipcios lo mascaban para combatir el mal aliento y también para aliviar lastimaduras en la boca. Griegos y romanos lo mezclaban con bálsamo y fabricaban ungüentos para las heridas y los chinos inhalaban el humo para curar los males respiratorios.

El aceite de incienso promueve la regeneración celular y mantiene sanos los tejidos y las células. Es útil para la salud de la piel y puede ayudar a tratar la piel seca, invertir los signos de envejecimiento y reducir la apariencia de las estrías.

Los beneficios del aceite de incienso se atribuyen principalmente a sus propiedades antiinflamatorias, astringentes, antisépticas, desinfectantes, digestivas, diuréticas y expectorantes.

Ha resultado útil para mejorar la salud en:

La artritis y la artritis reumatoide: según una investigación realizada por científicos de la Universidad de Cardiff el incienso puede inhibir la producción de moléculas inflamatorias claves, ayudando a prevenir la descomposición del tejido de cartílago.

Catarros y trastornos respiratorios: el aceite puede despejar las vías respiratorias y pulmones y puede aliviar la congestión.

Problemas de salud oral: las cualidades antisépticas de este aceite pueden ayudar a prevenir el mal aliento, caries, dolores de muelas, llagas en la boca y otras infecciones.

Trastornos digestivos: el aceite acelera la secreción de jugos gástricos, bilis y ácidos y estimula el movimiento peristáltico para que la comida se mueva correctamente a través de nuestro intestino.

Salud uterina: el aceite regula la producción de estrógeno en las mujeres y reduce el riesgo de tumor después de la menopausia o la formación del quiste en el útero. También regula el ciclo menstrual de las mujeres pre menopáusicas.

Mirra

Junto al sándalo y el incienso, probablemente la mirra sea uno de los sahumerios más utilizados en la historia del hombre. En la antigüedad, era uno de los ingredientes para la elaboración de perfumes y también se usaba para embalsamar a los muertos. Además, la mirra tiene beneficios para la salud, por lo que no es raro que la aromaterapia se haya incorporado como tratamiento en forma de aceite esencial de mirra.

Este aceite esencial se produce a partir de la resina de mirra, una planta originaria de Egipto muy difundida durante la antigüedad por sus propiedades aromáticas y para la salud, utilizándose tanto para la producción de perfumes, como medicamento para tratar las heridas, desde la Grecia Clásica a la actualidad.

Algunas de las propiedades medicinales de la mirra son:

- Detener las hemorragias.

- Ayuda a la desinfección de heridas.

- Acelera la cicatrización.

- Antiinflamatoria, antiséptica y antioxidante.

Además, la mirra ayuda al sistema inmunológico. Mejora la producción y la función de las células blancas de la sangre, lucha contra las infecciones en el cuerpo y disminuye la fiebre.

Algunas de las propiedades cosméticas de la mirra son:

- La resina y la tintura de la mirra en polvo son potentes agentes anti-envejecimiento, por lo que es un producto natural perfecto para ayudar a prevenir el envejecimiento prematuro.

- Combate el acné gracias a las propiedades bactericidas y cicatrizantes.

- Repara la piel dañada, agrietada o con heridas, ya que tiene propiedades perfectas para desinfectar y ayudar en la recuperación de tejidos dañados.

- Limpia y nutre el cuero cabelludo. Sus nutrientes y la humedad que la componen penetran profundamente en el cabello y ayudan a darle brillo. Además, sus propiedades ayudan a combatir los problemas de caspa y la caída del cabello.

Además, la mirra es equilibrante por naturaleza, por lo que es uno de los mejores aceites esenciales para encontrar la relajación.

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