Trabajadores al aire libre y niños, especialmente vulnerables
A pesar de que todo el mundo tiene que tomar el sol con cuidado, con los niños se tienen que tomar precauciones especiales: más del 80% de los casos de cáncer de piel se podrían prevenir si se evitaran la exposición intensa al sol y las quemaduras solares, sobre todo durante la infancia y la adolescencia. Hay que aplicarles la protección solar adecuada por la edad y evitar exponerlos directamente en el sol durante los primeros meses de vida. A partir del año, siempre tienen que estar cubiertos con ropa cuando están al sol y llevar la cabeza preferiblemente tapada.
Los trabajadores que desarrollan su trabajo al aire libre o hacen tareas pesadas tienen que adaptar la organización del trabajo en periodos de fuerte calor. Especialmente entre las 11 horas y las 16 horas, hay que reducir el esfuerzo físico e intentar hacer uso de ayudas mecánicas. Mientras se hacen trabajos en el exterior, conviene buscar las zonas de sombra y vestirse con ropa clara, ancha y fresca que cubra la mayor parte de la superficie del cuerpo, así como proteger la cabeza. Además, es muy importante beber, cada 15-20 minutos, un vaso de agua fresca aunque no se tenga sed, y descansar en lugares sombríos. Hacer comidas ligeras, dormir bien y ponerse crema solar 20 minutos antes de empezar la jornada y regularmente a lo largo del día son otros consejos para estos trabajadores.
Saber cómo actuar en caso de incidente
La campaña Un verano sin UFF no solo aboga por la prevención, sino por saber cómo actuar en caso de que se produzca un incidente. Reconocer los síntomas y saber que hay que hacer ante un golpe de calor o deshidratación es, por ejemplo, fundamental. El golpe de calor se puede manifestar con malestar, dolor de cabeza, mareo, piel caliente, y no sudada, respiración y frecuencia cardíaca aceleradas, y alteraciones del estado mental o el comportamiento, como por ejemplo confusión, irritabilidad o delirio. Ante estos signos de alerta, hay que alejar la persona de la fuente de calor, bajar la temperatura, sacar el exceso de ropa, mojar la persona con agua, y trucar al 112.
Del mismo modo, hay que saber cómo proceder ante un caso de ahogamiento. La supervivencia depende del tiempo que se tarde a restablecer la respiración y, en muchos casos, esperar a la llegada de ayuda profesional puede hacer que sea demasiada tarde. La prioridad es sacar la persona del agua, manteniendo la boca y la nariz fuera del agua. A continuación, hay que avisar los servicios de vigilancia y salvamento de la zona, si hay, o trucar al 112. Conviene no mover la persona de manera brusca y valorar la respiración. Si respira, hay que colocarla en posición lateral de seguridad y, si no lo hace, conviene iniciar las maniobras de reanimación cardiopulmonar.
Disfrutar del sol y del agua es divertido y saludable. Solo se tiene que tener en cuenta algunas medidas para que lo del 2019 sea Un verano sin UFF.