Tener un gato o un perro está fuertemente asociado con los niveles de endotoxinas bacterianas en el interior de las casas, y esta asociación no se ve modificada por la cantidad de espacio verde residencial. Estos son los resultados de un estudio realizado por ISGlobal, una institución impulsada por la Fundación Bancaria “la Caixa”, en colaboración con el Helmholtz Zentrum München – Centro alemán de investigación sobre salud ambiental, y publicado en Science of the Total Environment.

Las endotoxinas son moléculas asociadas a la membrana celular de algunas bacterias. Están omnipresentes en ambientes interiores y la exposición temprana a las mismas puede jugar un papel en el desarrollo de alergias y trastornos respiratorios. Uno de los factores sistemáticamente asociados con niveles altos de endotoxinas en el interior de una casa es el hecho de tener una mascota. Sin embargo, esta asociación podría simplemente ser un reflejo de la cantidad de espacio verde que rodea el domicilio: las mascotas podrían servir como vectores del ambiente microbiano externo o ser simples indicadores de un ambiente suburbano o rural.

Los autores quisieron examinar si la asociación entre tener una mascota y los niveles altos de endotoxinas dentro de la casa es afectada por la vegetación circundante, a partir de datos de participantes de la cohorte alemana LISA viviendo en Munich. Los niveles de endotoxinas se midieron en el polvo obtenido de colchones de las madres y en el suelo del salón. La cantidad de vegetación se determinó usando dos indicadores: el nivel de vegetación alrededor del domicilio (basado en imágenes satélite de alta resolución) y la proximidad a espacios verdes (distancia más corta del domicilio al espacio verde más cercano). La asociación entre niveles de endotoxinas y presencia de mascotas se evaluó usando modelos matemáticos. Los resultados muestran que tener un gato o un perro se asocia con niveles más elevados de endotoxinas en el domicilio (ambos se asociaron con niveles más elevados en los colchones, mientras que sólo los perros se asociaron con niveles más elevados de endotoxinas en el suelo). Estas asociaciones fueron muy robustas y no se vieron modificadas tras considerar niveles de espacios verdes en los modelos matemáticos.

“Estos resultados confirman estudios previos que identifican a gatos y perros como buenos indicadores de niveles interiores de endotoxinas. También mostramos que esta asociación se observa solo con mascotas que salen al exterior, pero es independiente de la cantidad de espacio verde circundante” explica Elaine Fuertes, investigadora de ISGlobal y primera autora del estudio.

Los autores concluyen que ahora se necesitan más estudios para entender cómo las mascotas “de exteriores” pueden influir en los niveles interiores de endotoxinas, ya que las áreas verdes no parecen ser la clave.

Reference:

Fuertes E, Standl M, Markevych I, Bischof W, Heinrich J. Is the association between pet ownership and indoor endotoxin levels confounded or modified by outdoor residential greenspace? Sci Total Environ. 2018 Jan 3;625:716-721. doi: 10.1016/j.scitotenv.2017.12.333.

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