Investigadores del Hospital Clínic-IDIBAPS y del CIBERSAM han estudiado las distintas trayectorias de ideación suicida que pueden experimentar los pacientes tras un primer episodio psicótico, y las variables sociodemográficas, clínicas y neurocognitivas asociadas con cada una de las distintas trayectorias. Los resultados, publicados en la revista Acta Psychiatrica Scandinavica, indican que la presencia de ideación suicida en pacientes con un episodio psicótico es un fenómeno heterogéneo y que cada una las distintas trayectorias de ideación suicida observadas parecen asociarse a factores clínicos y sociodemográficos distintos, lo que indicaría que requieren abordajes preventivos y terapéuticos distintos. Este estudio se realizó en el marco del proyecto PEPs (‘Interacción genotipo-fenotipo y ambiente. Aplicación a un modelo predictivo en primeros episodios psicóticos’), y examinó una cohorte de 334 pacientes con un primer episodio psicótico con seguimiento a dos años. En el estudio, liderado conjuntamente por el grupo de Eduard Vieta, jefe del Servicio de Psiquiatría y Psicología del Hospital Clínic y de la Unidad de Trastornos Bipolares y Depresivos del Hospital Clinic-IDIBAPS, y Director Científico del CIBERSAM, y por el grupo de Miquel Bernardo, coordinador del Proyecto PEPs y jefe de la Unidad de Esquizofrenia del Hospital Clínic-IDIBAPS de Barcelona, también han participado otros 14 grupos del CIBERSAM.

Grupo del CIBERSAM coordinado por Miquel Bernardo

“Se sabe que las personas que padecen un trastorno mental severo presentan un mayor riesgo de realizar una tentativa suicida o de morir por suicidio y que el período inmediatamente posterior a un debut psicótico puede ser un periodo de especial vulnerabilidad. Sin embargo, el riesgo de presentar ideación suicida no es el mismo para todos los pacientes con un primer episodio psicótico (PEP), como tampoco lo es la evolución de esta ideación suicida. Por ello, es importante identificar qué trayectorias de ideación suicida pueden presentar los pacientes tras un PEP y qué factores de riesgo se asocian con cada una de las trayectorias”, explica Estela Salagre, primera firmante del estudio. Mediante el uso de novedosas técnicas modelaje estadístico que permiten identificar subgrupos homogéneos -en este caso, en cuanto a la evolución de la ideación suicida- dentro de una población heterogénea más grande, el estudio identificó tres trayectorias distintas de ideación suicida. Se observó que la mayoría de pacientes no presentaron ideación suicida significativa durante los dos años de seguimiento, pero también se identificó un segundo grupo que presentó ideación suicida marcada en el debut del episodio psicótico, con mejoría durante el seguimiento, y un tercer grupo, minoritario, que presentó un discreto empeoramiento de la ideación suicida durante el seguimiento.

Miquel Bernardo, coordinador del proyecto PEPs, señala que “después de explorar predictores de trayectorias y comparar la evolución de las características clínicas y funcionales entre los individuos en cada una de las trayectorias identificadas, los hallazgos del estudio sugieren dos perfiles diferenciales de pacientes con PEP que presentan ideación suicida: un grupo donde la presencia y gravedad de la ideación suicida parece estar estrechamente relacionada con la gravedad de los síntomas depresivos, y otro grupo donde la aparición de pensamientos suicidas parece mediada por una multiplicidad de factores, como la persistencia de síntomas depresivos leves, las dificultades en el funcionamiento psicosocial, o una peor adaptación psicosocial premórbida.” Este último grupo, además, se caracterizaba por una mayor edad en el momento del debut psicótico y una duración de la psicosis no tratada más larga.

“Si bien nuestros resultados deben interpretarse teniendo en cuenta las limitaciones de un estudio de cohortes, de confirmarse en futuros estudios nuestros hallazgos tendrían importantes implicaciones para diseñar estrategias preventivas y terapéuticas más personalizadas, ya que estos dos perfiles de pacientes requerirían diferentes enfoques terapéuticos. El primer perfil podría beneficiarse de un tratamiento enfocado a resolver y prevenir los síntomas depresivos. El segundo grupo, en cambio, probablemente se beneficiaría de un enfoque más integrador, donde se incluyan terapias centradas en el manejo de la ideación suicida y de los síntomas depresivos leves y terapias de rehabilitación funcional. Además, este subgrupo también podría beneficiarse de terapias psicofarmacológicas con evidencia de efectos antisuicidas específicos, como el litio o la clozapina”, indica Eduard Vieta.

Referencia del studio:

Trajectories of suicidal ideation after first-episode psychosis: a growth mixture modeling approach.

Salagre E, Grande I, Jiménez E, Mezquida G, Cuesta MJ, Llorente C, Amoretti S, Lobo A, González-Pinto A, Carballo JJ, Corripio I, Verdolini N, Castro-Fornieles J, Legido T, Carvalho AF, Vieta E, Bernardo M; PEPs group. Acta Psychiatr Scand. 2021 Jan 27. doi: 10.1111/acps.13279. PMID: 33501646

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