La investigación, con la participación de Javier Belda y Rafael Badenes, investigadores de INCLIVA, destaca los costes humanos y económicos que genera el traumatismo craneoencefálico (TCE), y alerta sobre la necesidad de introducir la medicina de precisión en el tratamiento de estos. La investigación, con más de 4.500 pacientes de 20 países de la Unión Europea, se ha publicado en la prestigiosa revista 'The Lancet Neurology' y la ha promovido el CENTER-TBI, un proyecto internacional con más de 300 especialistas para mejorar las condiciones de vida de pacientes de TCE.

Investigadores internacionales han propuesto por primera vez en la Unión Europea centrar el foco en las consecuencias sociosanitarias del traumatismo craneoencefálico. “En la publicación destacamos que se reduciría sustancialmente la tasa global del traumatismo craneoencefálico (TCE) aplicando mejores políticas de prevención, directrices nuevas para la atención clínica y enfoques nuevos de investigación”, ha indicado Javier Belda, profesor titular de Cirugía de la Universitat de València y coordinador de este estudio por parte de INCLIVA.

En España son cuatro los centros que han colaborado en la redacción del artículo, entre los cuales destaca el INCLIVA, con la participación de miembros del Grupo de Investigación en Anestesia, Rafael Badenes como investigador principal, y los doctores, Javier Belda y Armando Maruenda, como coinvestigadores.

Proyecto europeo CENTER-TBI

CENTER-TBI es un proyecto europeo que forma parte de la iniciativa global INTER-TBI, dirigida a la investigación del traumatismo craneoencefálico. Fundado en el año 2011 con el objetivo de mejorar las condiciones de los pacientes con traumatismo craneoencefálico, cuenta en su investigación con la participación de más de 300 especialistas clínicos de varias instituciones y países.

La Comisión, dirigida por el profesor David Menon de la Unidad de Anestesia de la Universidad de Cambridge junto con el Profesor Andrew Maas de la Universidad de Amberes, ha sido recibida en el Parlamento Europeo y se ha informado a los responsables políticos, gestores y organizaciones de pacientes, así como a los profesionales de la salud de la creciente carga sanitaria y socioeconómica que plantea el TCE, y de la necesidad de una acción urgente por parte de los profesionales de la salud y los responsables políticos.

Estamos orgullosos de formar parte de la red internacional de investigación del traumatismo craneoencefálico, una unión que ha generado un consenso. La publicación en el Lancet Neurology ha permitido que el pasado mes de noviembre se presentara la problemática del manejo de estos pacientes en la Comisión Europea, lo cual facilitará que se incluya dentro de las líneas prioritarias de investigación biomédica”, afirma el doctor Belda.

La Comisión también promueve el uso de nuevas herramientas para la generación e implementación de evidencia clínica, de modo que los resultados de la investigación sean más generalizables y puedan integrarse más rápidamente en la atención clínica. Además, destacan la importancia de la colaboración internacional de los investigadores y las agencias de financiación para proporcionar una respuesta global.

Sobre el Traumatismo Cráneo-Encefálico (TCE)

Se estima que la mitad de la población mundial sufrirá una lesión cerebral traumática a lo largo de su vida. Las lesiones por TCE afectan a 50 millones de personas cada año. Es la principal causa de mortalidad en adultos jóvenes y una de las principales causas de discapacidad en todas las edades. También aumenta el riesgo de demencia tardía.

El cuidado y las consecuencias de TCE tiene un coste económico mundial cerca de los 400 mil millones de dólares anuales. Según el estudio publicado en Lancet Neurology, uno de cada 200 dólares o un 0.5 por ciento del PIB mundial se destina a cubrir gastos generados por las lesiones craneoencefálicas.

El aumento de la industrialización y el uso de vehículos de motor están causando un mayor número de traumatismos craneoencefálicos, debido a los accidentes de tráfico en países con ingresos medios y bajos, que afectan más a las personas jóvenes. En los países de altos ingresos, la incidencia de TCE es más alta y aumenta en los ancianos, debido a las caídas. El peor pronóstico en el anciano puede llevar a que los tratamientos no se instauren o sean retirados prematuramente, con resultados peores que refuercen el escepticismo terapéutico en el tratamiento de estos pacientes longevos. Sin embargo, con la atención adecuada se pueden obtener buenos resultados.

Más recientemente, el interés se ha centrado en el impacto en la salud de la conmoción cerebral relacionada con el deporte y sus efectos a largo plazo. Ahora se reconoce que las lesiones repetitivas conllevan un mayor riesgo y que las lesiones por traumatismos craneoencefálico no deben verse como un incidente, sino como un proceso, a menudo con consecuencias de por vida.

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