Moira Capital Partners, firma de inversión liderada por Javier Loizaga, se une al prestigioso entomólogo español e investigador de la Universidad Alicante, Santos Rojo, y compromete una inversión de 16 millones de euros en BioFlyTech. Esta empresa está especializada en la cría artificial controlada de insectos para su conversión en proteínas y grasas de alta calidad, y su objetivo es convertirla en una de las mayores compañías europeas de producción industrial de insectos. Se trata de la más potente apuesta llevada a cabo en este emergente sector en España.

BioFlyTech es una EBT (Empresa de Base Tecnológica), nacida en la Universidad de Alicante y situada en el Parque Científico de Alicante, cuenta con un conocimiento de cría artificial de insectos único adquirido tras más de 20 años de investigación. Fundada en 2012 por el profesor de la UA Santos Rojo y su equipo de investigación, la compañía recibe así el apoyo necesario para convertirse en el mayor productor español de proteínas de insecto, que, conforme a la normativa vigente, estarán dirigidas a convertirse en un ingrediente esencial (proteína animal) de los piensos para peces de piscifactorías, sustituyendo o complementando las, hasta ahora difícilmente sustituibles, harinas de pescado.

En concreto, BioFlyTech se ha especializado en la cría artificial de diferentes tipos de insectos dípteros y en particular con la mosca soldado negra (Black Soldier Fly). Se trata de uno de los insectos con mayor potencial para su producción industrial debido a su enorme capacidad de reproducción, la rapidez en su crecimiento, su capacidad para procesar una increíble gama de subproductos y el elevado porcentaje de proteína de alta calidad que produce. Esta especie no pica ni está involucrada en la transmisión de ningún tipo de enfermedad al ser humano, animales o plantas.

Fases inversión

Moira Capital aportará, en una primera fase, 6 millones de euros a BioFlyTech para construir y poner en marcha la mayor planta en España de producción industrial de insectos que tiene prevista una producción de casi mil toneladas anuales de proteína de insecto. Además, la planta tendrá una capacidad de procesamiento de unas 9.000 toneladas de residuos vegetales.

Tras esta primera fase, la firma realizará una segunda ampliación de capital de 10 millones de euros, con la que, en 2019, Moira alcanzará el 80% del capital de BioFlyTech, con el objetivo de invertir en la construcción de nuevas plantas industriales e instalaciones de cría de larvas. Esto permitirá, en un plazo de 6 años, la producción de más de 20.000 y 5.000 toneladas de proteína y grasa animal de alta calidad respectivamente. Su destino principal será su utilización en acuicultura, que contarán así con un nuevo ingrediente cuya trazabilidad, homogeneidad y alto contenido proteico son muy valorados. El mercado de las piscifactorías supone a día de hoy más del 50% del pescado consumido a nivel mundial y tiene en las harinas de pescado de sus dietas un factor limitativo por su creciente escasez, volatilidad, decreciente calidad y coste. De esta manera, BioFlyTech espera alcanzar unas ventas aproximadas de unos 40 millones de euros en 2024.

A este respecto, Javier Loizaga, presidente de Moira Capital Partners, comenta que “se trata de una oportunidad de inversión única en el emergente sector de las harinas proteicas y grasas a partir de insectos, llamado a ser clave en la alimentación animal del futuro”.

Según datos de la FAO, se prevé que en el año 2050 el planeta albergue al menos 9.500 millones de habitantes, una densidad poblacional desconocida que nos enfrentará a nuevos retos en nuestro sistema de alimentación basado en la agricultura, acuicultura y ganadería terrestre. Esto ha hecho que la producción masiva de insectos se plantee como una nueva forma de ganadería innovadora, con capacidad para proporcionar los ingredientes esenciales para la nutrición animal tradicional, y así hacer frente a las ingentes necesidades de proteína animal que harán falta en el planeta según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). De hecho, este organismo internacional lleva tiempo impulsando la introducción de los insectos en la alimentación animal para mejorar la seguridad alimentaria ante el previsible crecimiento demográfico, ya que aportan una solución sostenible y de alto impacto económico, social y ambiental.

“Entre las ventajas que tiene la tecnología que propone BioFlyTech está la transformación de residuos y subproductos de la industria agroalimentaria en una nueva fuente de proteínas y otros componentes de valor añadido. El objetivo es contribuir con enorme eficacia a la optimización de recursos y a la reducción o eliminación de la problemática asociada a la producción ganadera tradicional como el uso del espacio, gasto de agua, producción de gases invernadero, etc.”, explica el profesor de la Universidad de Alicante, Santos Rojo.

La compañía se encuentra en avanzadas negociaciones con productores de distintos tipos de subproductos y residuos agrícolas, tanto nacionales como internacionales, que provean del medio de desarrollo necesario para la alimentación de las larvas. De esta forma se potencia la economía circular y se contribuye a la valorización de los mismos.

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