Jaume Giró, director general de la Fundación Bancaria ”la Caixa”; Josep Maria Gili, investigador del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC; y los doctores Santiago Nogué, de la Unidad de Toxicología Clínica, y Jose-Manuel Mascaró, del Servicio de Dermatología, ambos del Hospital Clínic, han presentado hoy en el Palau Macaya de la Obra Social ”la Caixa” un estudio pionero en el Estado español sobre la prevención y minimización de los efectos del aumento de las medusas en el Mediterráneo.

El director general de la Fundación Bancaria “la Caixa”, Jaume Giró, ha manifestado: “El proyecto que hoy presentamos es una iniciativa pionera para dar respuesta a una problemática generada por la proliferación de medusas, lo que repercute tanto en el deterioro del medio ambiente marino como en la salud de las personas”.

En los últimos años, la presencia de bancos de medusas en las costas mediterráneas se ha convertido en un fenómeno habitual en el que intervienen múltiples factores, tales como las condiciones climáticas globales, el aumento de la temperatura del agua o el descenso del número de depredadores. Según Josep M. Gili, “la llegada masiva de medusas a nuestras playas es consecuencia directa de la acción nada afortunada de los humanos sobre los océanos. Es un fenómeno que no puede solucionarse a corto plazo, pero sí pueden reducirse sus consecuencias mediante la información y planes de prevención y actuación basados en el conocimiento científico”.

Una de las especies más frecuentes y que causan mayores problemas, por su urticante picada, es la medusa Pelagia noctiluca, que procede de mar abierto gracias al desplazamiento de masas de agua impulsadas por la fuerza del viento, lo que dificulta su posible control a corto plazo. Así, la implementación de medidas y protocolos de actuación permitiría minimizar las consecuencias de la presencia de medusas en las playas, muy especialmente su impacto sobre las personas, así como reducir el posible colapso sanitario que supone el incremento de personas afectadas por el veneno de estos organismos, de los seres vivos más primitivos conocidos. “No obstante, la urgencia más importante se centra en estudiar a fondo la problemática sanitaria y en investigar las propuestas médicas más adecuadas para el amplio espectro de casos que generan los venenos de las medusas en las personas”, explica el Dr. Nogué.

Medidas de prevención y protocolos de actuación

Durante tres años, expertos de distintos campos trabajarán conjuntamente para dar respuesta al aumento del número de medusas y sus repercusiones. Dentro de las acciones que se llevarán a cabo, se encuentra el desarrollo de modelos predictivos para determinar qué zonas pueden ser las más afectadas.

Mantener y mejorar la red de observadores de medusas en las playas permitirá recabar información diaria a tiempo real sobre la presencia de medusas y sus consecuencias.

Todo ello hará posible, según comenta el Dr. Mascaró, “desarrollar medidas eficientes de prevención a partir del conocimiento riguroso de las especies y su peligrosidad, determinando al mismo tiempo las zonas más habituales y los momentos más destacados de su presencia, para elaborar protocolos de actuación que faciliten la reducción del riesgo frente a las incidencias de picadas”.

También podrán establecerse, en base a las investigaciones previas, recomendaciones a la población general en cuanto a prevención de picadas de medusas y primeros auxilios por parte de personal sanitario y no sanitario.

La primera unidad funcional hospitalaria en el Estado español

El proyecto RECLAIMED permitirá crear una unidad funcional hospitalaria para poder aplicar un tratamiento personalizado a los pacientes afectados gravemente por picadas de medusas en las costas. Será la primera unidad funcional de expertos en el Estado español para atender picadas de medusas, y estará integrada por especialistas de la Sección de Toxicología y del Servicio de Dermatología del Hospital Clínic de Barcelona.

Con los datos aportados por la investigación sobre especies de medusas que habitan las costas y su toxicidad y reacción, los investigadores del Clínic diseñarán terapias para aplicar en caso de picada.

La unidad definirá las características epidemiológicas de los pacientes y estudiará el mecanismo fisiopatológico inducido por el veneno de las medusas en el ser humano, a fin de poder desarrollar una terapia eficiente para la mayoría de las personas afectadas por una picada. Investigar el sustrato inmunológico, hormonal o de otro tipo que comparten los pacientes con una reacción adversa grave o persistente al veneno de las medusas con el objetivo de aplicar un tratamiento personalizado es lo que convertirá a esta unidad en un centro de referencia en el Estado español.

A partir de esta información se podrá formar a los socorristas para que apliquen el protocolo de actuación adecuado en caso de picada en la misma playa. Gracias a estas medidas podría revertirse la situación actual en que se ven inmersas muchas de las personas que se bañan en el Mediterráneo.

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