Según la Organización Mundial de la Salud, el paludismo, o malaria, es una enfermedad potencialmente mortal causada por parásitos que se transmiten al ser humano por la picadura de mosquitos hembra infectados del género Anopheles. Se trata de una enfermedad prevenible y curable.

Ahora, las profesoras e investigadoras del área de Inmunología de la URJC Patricia Marín e Isabel González Azcárate, junto con el profesor de la UCM J.M. Bautista, han publicado un artículo en la revista especializada 'Scientific Report' en el que explican su hallazgo: la identificación de dos inmunógenos, proteínas del parásito que estimulan la respuesta inmune, frente al mismo, en las personas infectadas.

Según señala la profesora Patricia Marín “representa un gran avance en el campo de esta enfermedad infecciosa”. Según explican en el artículo, el salto en el conocimiento de esta patología reside en el hecho de que la presencia de los anticuerpos frente a dichas proteínas, como START y PDI8, tanto en individuos adultos con malaria subclinica (esto es, con el parásito detectable en sangre sólo por técnicas moleculares, PCR, pero sin síntomas) como en individuos sin infección en el momento del análisis (no detección de parásitos por PCR ni otras técnicas y no síntomas, por tanto no infección) residentes de regiones endémicas puede ser indicativo de un papel relevante de estos antígenos en la inmunidad adquirida de forma natural, ya que tales anticuerpos persisten en los individuos expuestos incluso en ausencia de parásitos detectables en sangre.

Este nuevo avance cobra especial importancia a la hora de tratar la enfermedad en el grupo más afectado, los niños menores de 5 años, “que se detecte un mayor título de estos anticuerpos en niños con malaria subclinica respecto de los que no la tienen representa una gran oportunidad para desarrollar estrategias diagnósticas para identificar a estos individuos infectados asintomáticos que son un importante reservorio de infección. Por lo tanto, las regiones más inmunorreactivas dentro de la estructura molecular de estos inmunógenos (estas regiones se llaman epítopos ) podrían utilizarse en métodos de inmunodiagnóstico a gran escala en programas de eliminación de malaria”.

Diagnosticar a los asintomáticos es imprescindible

Los pacientes asintomáticos constituyen una de las principales vías de transmisión de la malaria o paludismo por eso es esencial esta identificación del funcionamiento de las proteínas a la hora de abordar este grupo de población, como explica la profesora Patricia Marín, “diagnosticar a los asintomáticos es imprescindible para controlar la trasmisión de la infección, y por tanto para la futura eliminación y erradicación de esta enfermedad, que hay que recordar es trasmitida por mosquitos. Cabe destacar que los niños, menores de 5 años, junto con las mujeres embarazadas son los grupos de población más vulnerables a padecer formas graves de malaria, como la malaria cerebral en niños”.

No se conoce aún la incidencia de la malaria subclínica en las regiones más afectadas, principalmente, los países africanos, pero, como explica la profesora Marín, “seguramente puede ser alta sobre todo en regiones hiperéndemicas”.

Marín añade, respecto a este tema, que “se ha descrito que durante la infancia puede adquirirse una inmunidad incompleta y no esterilizante tras exposiciones repetidas que puede proteger frente a la formas más graves de la enfermedad, por eso los menores de 5 años son los que a menudo padecen las formas mas graves, y no tanto los adultos residentes en regiones endémicas. Pero no es una inmunidad esterilizante por lo que los individuos a lo largo de los años pueden y suelen infectarse aunque a veces no manifiesten síntomas o estos no den cuadros graves de la enfermedad, siendo reservorios de infección. Ello va a depender también del estado inmunológico del individuo en un momento determinado”.

Tras el avance de relevancia ahora realizado, el equipo de investigación quiere “Terminar de validar el potencial de los epitopos identificados, y seguir identificando otros nuevos, en cohortes de población mas amplios, y a continuación desarrollar las técnicas de inmunodiagnóstico”, indica Marín.

Trabajo conjunto desde hace más de una década

Las profesoras Marín y González Azcárate llevan trabajando más de 10 años con el profesor J.M Bautista, de la UCM, que lidera la investigación en este campo y, como señala Patricia Marín, ha sido una década muy positiva, “el trabajo conjunto es muy bueno, hay buena sintonía y perfecta coordinación entre nosotros. Hacemos reuniones de equipo, nos asignamos las tareas para avanzar y nos comunicamos los avances y dificultades en su ejecución, con el Dr. Bautista es fácil, sinceramente es de esos investigadores por los que cuando estas estudiando en la universidad decides que quieres dedicarte a investigar, es una fuente de inspiración”.

Un trabajo conjunto entre dos universidades madrileñas que está permitiendo dar importantes pasos para avanzar hacia mejores y más baratos sistemas de diagnóstico que puedan ayudar a empezar a vislumbrar la erradicación de la malaria.

Raúl García Hémonnet
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