Por Josep Corbella / La Vanguardia

Nuevos fármacos de inmunoterapia, que permiten que el sistema inmunitario del cuerpo humano ataque las células cancerosas, van a cambiar en los próximos meses el tratamiento del melanoma y de algunos cánceres de pulmón después de que tres estudios presentados ayer hayan confirmado la eficacia y la seguridad de estos medicamentos.

Estos fármacos suponen una mejora significativa respecto a otro tratamiento de inmunoterapia que ya fue recibido con entusiasmo entre los oncólogos cuando se presentaron sus resultados hace dos años. Los nuevos medicamentos "actúan de manera más específica contra las células tumorales; conseguimos más eficacia con menos efectos secundarios", declara Antoni Ribas, de la Universidad de California en Los Ángeles, que ha dirigido el más amplio de los tres estudios.

Para comprender en qué consiste la mejora, conviene recordar cómo actúan las inmunoterapias contra el cáncer. Se puede resumir en cuatro frases: 1) el sistema inmunitario del cuerpo humano actúa como una policía antidisturbios que ataca a enemigos como virus, bacterias y células cancerosas; 2) las células de nuestro propio cuerpo se identifican ante la policía inmunitaria, mostrándoles unas moléculas a modo de DNI, para no ser atacadas; 3) las células cancerosas, que son malas personas, copian estas moléculas y se presentan como células legales, con lo cual la policía las deja tranquilas; 4) lo que hacen los nuevos fármacos es bloquear estas moléculas que las células cancerosas utilizan para escapar de la policía, de modo que el sistema inmunitario puede reconocer las células cancerosas y volver a atacarlas.

Los resultados del fármaco ipilimumab presentados hace dos años mostraron el potencial de esta estrategia. Personas con melanoma que estaban desahuciadas respondieron al tratamiento y sobrevivieron. Además, las respuestas a la inmunoterapia, a diferencia de lo que ocurre a veces en otros tratamientos contra el cáncer, resultaron ser duraderas en muchos casos: el sistema inmunitario mantenía la enfermedad a raya a largo plazo.

Ante estos resultados, la inmunoterapia fue reconocida en el 2013 como el avance científico más importante del año en el mundo. Sin embargo, sólo el 15% de los pacientes con melanoma respondían al ipilimumab, que además tiene efectos secundarios importantes en una de cada cinco personas.

En el nuevo estudio que ha dirigido Antoni Ribas, el porcentaje de pacientes con melanoma metastático que han respondido a la inmunoterapia ha subido al 47%. La clave ha sido sustituir el ipilimumab por otro fármaco que también actúa sobre el sistema inmunitario llamado pembrolizumab. La mejora ha sido posible porque los dos fármacos actúan de manera distinta. Mientras el ipi -como se le llama coloquialmente en el sector- actúa sobre una molécula llamada CTLA-4, el pembro actúa sobre otra molécula llamada PD-1.

Según los datos presentados ayer en el congreso de la Asociación Americana de Investigación del Cáncer que se celebra en Filadelfia (EE.UU.), el número de pacientes que sufren efectos secundarios graves ha bajado del 20% con el ipi al 10% con el pembro. Los resultados, publicados ayer on line por la revista The New England Journal of Medicine (NEJM), se desprenden de un estudio en el que han participado 834 pacientes de 16 países -entre ellos, algunos españoles-.

El pembro está aprobado en Estados Unidos -aún no en Europa- para pacientes que no responden al ipi. Con los nuevos resultados, "este fármaco pasará a ser el tratamiento de elección para pacientes con melanoma avanzado", sostiene Aleix Prat, jefe del servicio de oncología del hospital Clínic, uno de los centros que han participado en el estudio.

En un segundo estudio, también presentado ayer en la revista NEJM, la combinación de ipi y otro fármaco llamado nivolumab ha conseguido mejores resultados que el tratamiento sólo con ipi. El nivolumab, al igual que el pembro, bloquea la molécula PD-1 para que el sistema inmunitario pueda atacar las células tumorales.

El número de pacientes que han respondido al tratamiento combinado se ha elevado hasta el 61%, aunque más de la mitad de las personas tratadas con ambos fármacos sufrieron efectos secundarios importantes. "Tenemos varios fármacos nuevos contra el melanoma y ahora tenemos que aprender cuál es la mejor manera de utilizarlos", señala Antoni Ribas.

Más allá del melanoma, otros tipos de tumores en los que la inmunoterapia puede ser eficaz incluyen los de pulmón, de vejiga, de riñón, de cabeza y cuello, de ovario y algunos de los de mama -concretamente, los llamados triple negativos-, informa Aleix Prat.

En el tipo más frecuente de cáncer de pulmón, un tercer estudio presentado ayer on line en la revista NEJM ha detectado que el 19% de los pacientes responden al pembrolizumab. "Es un avance significativo y cambiará probablemente el tratamiento de un grupo de pacientes con cáncer de pulmón avanzado después del tratamiento inicial con quimioterapia", declara Enriqueta Felip, oncóloga del hospital Vall d'Hebron y coautora del estudio. Con estos resultados, el próximo reto será "definir con mayor precisión cuáles son los pacientes que se van a beneficiar de estos tratamientos".

En el caso del cáncer de pulmón, la inmunoterapia parece ser más eficaz en tumores provocados por el tabaquismo, ya que tienen un gran número de mutaciones y por lo tanto el sistema inmunitario los reconoce más fácilmente. Esta es también la razón por la que la inmunoterapia funciona en el melanoma, que suele ser un tipo de cáncer con muchas mutaciones causadas por la radiación ultravioleta del sol. Sin embargo, esto no significa necesariamente que la inmunoterapia no vaya a funcionar en personas no fumadoras con cáncer de pulmón.

En conjunto, las nuevas investigaciones dibujan un panorama esperanzador que confirma las grandes expectativas creadas por la inmunoterapia y que demuestra que hay un gran margen para seguir mejorando los tratamientos, señala Antoni Ribas.

Entre las líneas de investigación abiertas en estos momentos, destaca la combinación de las inmunoterapias con otros tratamientos para aumentar su eficacia. Se podrían combinar distintas inmunoterapias entre ellas (como en el estudio que combinó ipi y pembro); o con radioterapia (que también tiene un efecto inmunitario y podría ofrecer un efecto sinérgico); o con quimioterapia; o con las terapias moleculares que apuntan a dianas específicas de las células tumorales.

"Hasta ahora, con la inmunoterapia hemos tenido una alta eficacia en un porcentaje bajo de pacientes. En melanoma, con las terapias moleculares llegamos a un porcentaje mayor de pacientes, pero sin tanta eficacia", explica Antoni Ribas. "Combinando tratamientos esperamos llegar a un porcentaje alto de pacientes y mantener una eficacia alta a largo plazo". Si la estrategia funciona, tumores que hoy en día tienen mal pronóstico se convertirán en enfermedades crónicas que el sistema inmunitario mantendrá a raya durante años.

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