Suplementar con zinc a los pacientes con COVID-19 con niveles bajos de este elemento, puede ser una estrategia para reducir su mortalidad y el tiempo de recuperación. A la vez, podría servir para evitar los peores efectos de la enfermedad en los grupos de riesgo, como las personas de más edad. Lo revela un estudio de médicos y de investigadores del Hospital del Mar, del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) y de la Universitat Pompeu Fabra (UPF), liderado por el Dr. Robert Güerri, médico del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital del Mar, que acaba de publicar la revista Nutrients.

El trabajo ha analizado los niveles de zinc de 249 pacientes adultos tratados en el centro entre el 9 de marzo y el 1 de abril, con una edad media de 65 años. Los síntomas más habituales que presentaban en el momento del ingreso eran fiebre, tos y disnea. En todos los casos, se analizaron sus niveles de zinc en sangre, considerando niveles bajos aquellos situados por debajo de los 50 μ/dl. Como explica el Dr. Güerri, autor principal del estudio clínico, han analizado este parámetro, ya que "el zinc es un elemento esencial para el mantenimiento de una gran variedad de procesos biológicos, y la alteración de sus niveles provoca un incremento de la susceptibilidad a infecciones y un incremento de la respuesta inflamatoria". Por este motivo, "dadas las comorbilidades asociadas al déficit de zinc y a su acción inmunomoduladora y antiviral, los niveles de este elemento y su suplementación pueden ser herramientas útiles para afrontar la crisis de la COVID-19".

Más mortalidad en los pacientes con niveles más bajos de zinc

1 de cada 4 pacientes presentaban niveles bajos de zinc. Este grupo presentaba síntomas más graves, así como niveles más elevados de inflamación, medidos a partir de dos marcadores, tanto la proteína C reactiva (PCR) como la interleucina 6 (IL-6), que actúan como mediadores de la respuesta inflamatoria. Su estancia hospitalaria fue, de media, 3 veces más larga que la de los pacientes con niveles más elevados de zinc (25 días ante 8).

Con relación a la mortalidad, los niveles de zinc eran significativamente más elevados en los enfermos que sobrevivieron a la infección, 62 μ/dl, ante los 49 μ/dl de los que murieron. A la vez, 1 de 5 pacientes con niveles bajos de este elemento murieron. Por contra, aquellos que presentaban niveles más elevados a la hora de la admisión en el Hospital, sufrieron una mortalidad del 5%. El estudio revela que el incremento de una unidad de zinc en el plasma sanguíneo está directamente vinculado a la reducción de un 7% del riesgo de morir por COVID-19. El Dr. Güerri destaca que "hemos demostrado la importancia de los niveles de zinc en la sangre de los pacientes como un predictor adicional de pronóstico en COVID-19, así como su potencialidad como herramienta terapéutica de tratamiento. Por este motivo, proponemos esta variable como un nuevo parámetro para predecir la evolución de los enfermos y proponemos iniciar ensayos clínicos sobre la suplementación con zinc de los pacientes con niveles bajos ingresados con COVID-19 y la implementación de programas para suplementar con este elemento a los colectivos en riesgo de sufrir bajos niveles para reducir la afectación de la pandemia".

Imagen de izquierda a derecha: Marc Talló, Marina Vogel, Juana Díez y Rubén Vicente. Fuente: UPF.

Efecto del zinc sobre la replicación del coronavirus

El estudio ha contado con la colaboración de los grupos del Dr. Rubén Vicente u la Dra. Juana Díez en la UPF. Sus esfuerzos se han centrado en estudiar en paralelo el efecto de los niveles de zinc con la capacidad de expansión del virus, por medio de técnicas in vitro. Los resultados obtenidos corroboran que el mal pronóstico en los pacientes con bajas concentraciones de zinc está causado tanto por el efecto que su falta provoca en el desequilibrio inmune como por el incremento de la carga viral, ya que observaron que los niveles bajos de zinc promueven la expansión viral a las células infectadas.

A la vez, los resultados indican que hay que buscar un elemento que permita potenciar la actividad del zinc dentro de la célula para bloquear la replicación del virus, ya que sus estudios han demostrado que la cloroquina no puede realizar esta función, tal como se había especulado al inicio de la pandemia.

Artículo de referencia:
Vogel-González, M.; Talló-Parra, M.; Herrera-Fernández, V.; Pérez-Vilaró, G.; Chillón, M.; Nogués, X.; Gómez-Zorrilla, S.; López-Montesinos, I.; Arnau-Barrés, I.; Sorli-Redó, M.L.; et al. Low Zinc Levels at Admission Associates with Poor Clinical Outcomes in SARS-CoV-2 Infection. Nutrients 2021, 13, 562. https://doi.org/10.3390/nu13020562

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