El doctor David Jiménez, del Instituto Ramón y Cajal de Investigación Sanitaria y neumólogo del Hospital Universitario Ramón y Cajal junto al doctor Javier de Miguel del Servicio de Neumología del Hospital Universitario Gregorio Marañón han realizado un estudio que analiza las tendencias en la mortalidad de los pacientes con tromboembolia de pulmón, que es la tercera causa de muerte cardiovascular, sólo por detrás del ictus y del infarto agudo de miocardio.

Para el estudio, ambos investigadores han usado datos del registro internacional RIETE analizando las tendencias en la mortalidad de los pacientes con tromboembolia de pulmón –TEP- durante los años 2001-2013. El estudio ha sido publicado en el número de enero de Journal of the American College of Cardiology -J Am CollCardiol. 2016; 67(2): 162-170-que es la revista cardiológica con mayor factor de impacto del mundo -16,503-.

“Se trata de un estudio observacional en el que se demuestra que en los últimos años se han producido cambios en el manejo de los pacientes con tromboembolia pulmonar, según las recomendaciones de las guías nacionales e internacionales, lo que se ha acompañado de una disminución de la mortalidad a lo largo del tiempo, tanto por la propia embolia pulmonar como por todas las causas”, señala el Dr. De Miguel.

Menos ingresos y menos mortalidadLos investigadores del registro RIETE -internistas, neumólogos, hematólogos y cirujanos vasculares-, dirigidos por el doctor Manuel Monreal, incluyen en el registro a pacientes con diagnóstico confirmado de trombosis venosa profunda y/o TEP. El Dr. Jiménez analizó la información de 23.858 pacientes con TEP procedentes de 136 hospitales de todo el mundo.

Los investigadores del estudio comprobaron que los pacientes con TEP permanecen cada vez menos días ingresados en el hospital -14 días en 2001 vs. 9 días en 2013-. Se observa una tendencia estadísticamente significativa a un mayor uso de heparinas (anticoagulantes) de bajo peso molecular, de tratamiento trombolítico y de embolectomía quirúrgica. Estos cambios en el manejo de los pacientes se acompañan de una reducción significativa de la mortalidad por todas las causas y de la mortalidad por la propia TEP.

Los resultados de este estudio son muy importantes; la TEP constituye la tercera causa de muerte cardiovascular, sólo por detrás del ictus y del infarto agudo de miocardio, y se asocia a una morbimortalidad y gasto sanitario significativos. Este estudio, editorializado por los Dres. Stavros Konstantinides y Valentín Fuster, confirma que los clínicos “cada vez tratan mejor a los pacientes con TEP” según señala el Dr. Jiménez.

Manejo de la TEP en el futuroEntre los años 2009-2013 se han publicado los ensayos clínicos que han demostrado la eficacia y seguridad de los anticoagulantes orales de acción directa. Los Dres. Jiménez y De Miguel señalan que la facilidad de uso de estos medicamentos permitirá la reducción de la estancia hospitalaria de los pacientes con TEP, e incluso el tratamiento ambulatorio de algunos de ellos -es decir, desde el mismo Servicio de Urgencias-. Los autores del estudio anticipan que la introducción progresiva de estos anticoagulantes en la práctica clínica mejorará aún más el pronóstico de los pacientes con esta enfermedad.

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