El cáncer es probablemente una de las mayores pandemias que vive la humanidad, siendo la primera causa de muerte en el mundo. En 2020, se detectaron más de 19 millones de nuevos casos y se prevé que la cifra ascienda a los 30 millones en menos de 20 años. Esto supone un incremento de más del 56% en necesidades de diagnóstico en oncología. ¿Cómo puede contestar nuestro sistema a este reto sanitario descomunal? La respuesta está en el detalle, en lo que llamamos hoy la medicina personalizada de precisión.

Una decena de expertos se han reunido la semana pasada en el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) para dialogar sobre el potencial de la genómica para diagnosticar y tratar mejor a todos esos pacientes que no dejan de incrementarse en una jornada organizada por AseBio e Illumina.

La primera etapa, defendida por Josep Borras, coordinador de la Estrategia en Cáncer de Sistema Nacional de Salud (SNS) y director del Plan Oncológico en el Programa de Oncología de Precisión de Cataluña, es aceptar que esta enfermedad conlleva una multitud de alteraciones moleculares y que todas ellas tienen que estar integradas en el proceso clínico. “Tenemos que definir los paneles genómicos, integrarlos todos al SNS y establecer un seguimiento. El conocimiento científico cambia con rapidez y tenemos que tratar de ir a su ritmo”, explica.

Un repositorio de información valiosa y compartida

¿Cómo lo hacemos? El experto propone mejorar el modelo asistencial en tres ejes fundamentales. El primero es el de contar con un comité científico que sepa analizar la evidencia científica a cerca de los distintos biomarcadores y construir esos paneles. Segundo, generar centros de referencia establecidos con criterios de calidad a los que puedan recurrir los hospitales. Y finalmente, toda esta información, sagrada para la ciencia en general y para la oncología en particular, quede almacenada en repositorios de manera ordenada y sistemática. “Debe ser una fuente de conocimiento para el futuro y que los criterios de calidad sean los mismos para todo el sistema de salud para garantizar equidad entre todos los pacientes”, específica Borras. En definitiva, todos tenemos que conectarnos a una misma fuente de información.

Para diagnosticar con precisión antes de tratar

Los pacientes que llegan a un hospital deben ser reconocidos y diagnosticados con la mayor precisión posible. “Hay una heterogeneidad abrumadora en el acceso al diagnóstico molecular”, comienza Luis Paz-Ares, jefe de Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario 12 de Octubre. “Es muy diferente en función de la comunidad autónoma en la que estás y dentro de ella también, dependiendo del hospital”, añade. Aunque haya avances en muchas regiones de España, Paz-Ares insiste en que es absurdo que se apruebe un fármaco porque hay ensayos y experiencia clínica que avale su uso, pero que este no llegue al paciente porque no hemos sabido poner apellidos a su enfermedad ni conocemos la “aberración genómica” que subyace. “Puedo decir, por experiencia propia, que es mucho más fácil aumentar de un millón de euros la financiación de un departamento para un tratamiento que aumentar 100 000 en diagnóstico molecular.”, justifica. Pero, si no tenemos diagnostico apropiado, ¿cómo podremos guiar el tratamiento?

En unos hospitales más capacitados

Otro reto que viene después de todos estos pasos, es el de saber utilizar esta innovación dentro de los hospitales. Cuenta Paz Ares que, según una encuesta interna de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y valorando a lo alto, tan solo un 40% de los servicios o centros de tratamiento en España disponen de tecnologías más avanzadas como el diagnóstico molecular, teniendo en cuenta, además, que las capacidades de cada centro no cubren todos los tipos de tumores. “El acceso es todavía muy discreto, pero es verdad que hay movimiento. Desde los hospitales tenemos que reconocer que necesitamos más infraestructura tecnológica y expertise y que esto va a conllevar a cambios, a dinero y a modelos centralizados, pero sobre todo a formar a profesionales y tenemos que hacerlo bien”, advierte el experto, antes de reconocer que en nuestro país la especialidad de un bioinformático o de un genetista sigue sin ser reconocidas en el sistema sanitario.

Gracias a una financiación sólida y sostenida

Rosario Perona, subdirectora General de Evaluación y Fomento de la Investigación del ISCIII, recuerda durante el diálogo que para avanzar en este ámbito se financiaron con 30 millones de euros proyectos de medicina personalizada con la intención de implementar directamente todos estos conocimientos en el Sistema Nacional de Salud. En cada una de esas ayudas tenían que estar seis comunidades autónomas distintas: “Eso impulsó la equidad territorial”. Este año se proponen más recursos aumentado de manera significativa esa cuantía a 81,5 millones de euros. “Para nosotros, la colaboración con la industria es importante, porque detrás hay una empresa que puede llevar esa investigación al paciente”, admite. Para ella, como portavoz del ISCIII, la herramienta más prometedora que ha llegado al ecosistema para tratar el cáncer han sido las terapias CAR-T.

Y a una colaboración estrecha

La importancia de la colaboración con la empresa vuelve varias veces en boca de los oncólogos. Se habla de industrialización de los diagnósticos clínicos y de capacidad de escalabilidad de esas innovaciones que se cuecen en los laboratorios. “Hay un desarrollo continuo en Europa y debemos entender que en este barco estamos juntos remando al mismo nivel”, comienza Jesús García Foncillas, director Instituto Oncológico Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz. “Tenemos que transcender del ámbito clínico para que cualquier paciente tenga acceso a ello”, apunta. Además, según sus palabras, cuando se hace esa selección, uniendo fuerzas y conocimientos, gracias a la medicina de precisión, el SNS ahorra recursos porque se utilizan indicaciones correctas para un paciente concreto: “Necesitamos cada vez más sutileza”.

La frase que ha cerrado este desayuno ha sido un perfecto resumen de las necesidades del sector y de la mentalidad que todos los agentes deben seguir para avanzar y consolidar el SNS: “Si quieres ir rápido ve solo, si quieres llegar lejos ve acompañado”. En definitiva, necesitamos homogeneidad y colaboración. La pandemia ya nos enseñó que ambos conceptos nos sacaron de la mayor crisis sanitaria vivida en la historia moderna.

En AseBio estan comprometidos con el diagnóstico avanzado y trabajan cada día en ello con su Grupo de Trabajo de 'Medicina personalizada y diagnóstico avanzado', coordinado por Rocío Arroyo, CEO de Amadix.

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