El alcohol es una sustancia adictiva que no solo puede desencadenar un trastorno por consumo de alcohol, sino incrementar el riesgo de muchas otras enfermedades. Recientes estudios demuestran que no existe una cantidad segura de alcohol y que cualquier consumo incrementa el riesgo de desarrollar enfermedades como algunos tipos de cáncer como el de esófago, hígado, intestino, colorrectal y mama. Cuanto más alto sea el consumo, más incrementa el riesgo. Pese a ello, en España, el alcohol sigue siendo la sustancia psicoactiva más consumida. La Organización Mundial de la Salud (OMS), así como otras instituciones internacionales, están proponiendo medidas de salud pública para reducir su consumo a nivel mundial.

En España, el consumo de alcohol es el 4º factor de riesgo de pérdida de salud. Produjo 15.489 muertes anuales durante el periodo 2010-2017, siendo el 74% de estas muertes en hombres. A nivel mundial, según datos de la OMS, se producen 3 millones de muertes cada año. Para reducir los daños producidos por el consumo de alcohol, la OMS así como otras instituciones han puesto en marcha diversas estrategias.

En esta línea, en España, el Ministerio de Sanidad ha actualizado los niveles de consumo de bajo riesgo de alcohol. Para medir el nivel de alcohol se utiliza la Unidad de Bebida Estándar (UBE). En España, 1 UBE equivale a 10 gramos de alcohol, que es aproximadamente el contenido de 100ml de vino (un vaso pequeño), 300 ml de cerveza (una mediana o tercio) o 30 ml de licor (un chupito).

Los límites de consumo que se consideran de bajo riesgo son de 20 g/día (2 UBE) para hombres y 10 g/día (1 UBE) para mujeres, pese a que se asume que cualquier consumo implica un riesgo. Consumir alcohol por encima de estos límites conlleva una mayor mortalidad en comparación con no beber o beber a un nivel más bajo. El Ministerio de Sanidad también ha lanzado los siguientes mensajes:

  • Consumo de alcohol: No existe un nivel de consumo seguro de alcohol.
  • Episodios de consumo intensivo de alcohol (consumo de grandes cantidades de alcohol en 4-6 horas): Se desaconsejan siempre.
  • Efectos en el organismo por tipo de bebida: Recomendar el consumo de algunas bebidas alcohólicas, como el vino o la cerveza, atribuyéndoles beneficios, no está justificado con la evidencia científica disponible.

El alcohol es una sustancia que puede desencadenar problemas de dependencia y diversos estudios han demostrado que contribuye al desarrollo de más de 200 problemas de salud como enfermedades cardiovasculares, hepáticas y neuropsiquiátricas, entre otras. También existe evidencia entre la asociación del consumo de alcohol y ciertos tipos de cáncer (como el de esófago, hígado, intestino, colorrectal y mama); de manera que cualquier nivel de consumo aumenta el riesgo.

Además, el impacto del consumo de alcohol va más allá de la salud de la persona que consume, ya que también puede producir daños a terceras personas: accidentes de tráfico, violencia, Trastornos del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF). También a la economía y a la sociedad en su conjunto debido al desempleo, pérdidas de productividad, etc.

Medidas para reducir el consumo del alcohol en otros países

No obstante, pese a las medidas del Ministerio de Sanidad de España, las normativas referentes al consumo de alcohol en otros países son mucho más exigentes. En Canadá, por ejemplo, los niveles de consumo de alcohol de bajo riesgo se establecen en 10-20 gramos de alcohol por semana. Esta cifra es 7 veces menor que el consumo recomendado en España.

También se están promoviendo otras medidas preventivas en países europeos. En Irlanda, por ejemplo, se ha lanzado un reglamento sobre el etiquetado de bebidas alcohólicas. Se propone añadir advertencias en la etiqueta de las bebidas alcohólicas indicando los riesgos para la salud. Algo similar a lo que ya se hizo con el tabaco hace años.

Cada vez existe más evidencia que indica que cualquier consumo de alcohol implica un riesgo para la salud. Promover iniciativas para la reducción del consumo de esta sustancia en la población debe ser un objetivo principal en las estrategias de salud pública de los diferentes países.

INFORMACIÓN DOCUMENTADA POR:

Dr. Hugo López. Médico Psiquiatra. Unidad de Conductas Adictivas. Servicio de Psiquiatría y Psicología. Instituto Clínic de Neurociencias. Hospital Clínic Barcelona. Coordinador del Grupo de Investigación en Adicciones del IDIBAPS.

Dra. Mercè Balcells. Médico Psiquiatra. Jefa de la Unidad de Conductas Adictivas. Servicio de Psiquiatría y Psicología. Instituto Clínic de Neurociencias. Hospital Clínic Barcelona. Grupo de Investigación en Adicciones del IDIBAPS.

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