El parásito de la malaria Plasmodium vivax es capaz de adherirse a células del bazo humano mediante la expresión de proteínas llamadas variantes . Estas son las conclusiones de un estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación ”la Caixa” y el Instituto Germans Trias i Pujol (IGTP). Los resultados, publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), sugieren que esto podría representar un reto adicional a la eliminación de la enfermedad.

La malaria por P. vivax es la malaria más común fuera del continente africano y provoca unos 7,5 millones de casos cada año. A pesar de que se le considera menos letal que la malaria por P. falciparum, puede causar síntomas graves e incluso la muerte. Uno de los enigmas de la infección por P. vivax es que los síntomas graves pueden ocurrir a pesar de un número bajo de parásitos circulando en la sangre. Estudios recientes sugieren que esto se debe a que los parásitos pueden “esconderse” en el bazo, cuestionando el dogma que la única función del bazo en malaria es la eliminación de glóbulos rojos infectados por el parásito.

En este estudio, el equipo liderado por Carmen Fernández-Becerra y Hernando A del Portillo se propuso estudiar el rol del bazo en la infección por P. vivax. Para ello, infectaron a monos que carecían o no de bazo, y compararon la expresión de más de 5.000 genes por parásitos recuperados de dichos animales. Los análisis identificaron 67 genes cuya expresión depende de la presencia del bazo. La mayoría de dichos genes se pueden agrupar en familias de proteínas variantes. El equipo investigador demostró que la expresión de uno de los genes perteneciente a la llamada familia variante VIR, promueve la adherencia del parásito a células del bazo humano , pero no a células de pulmón. Los autores también demostraron que estas proteínas son reconocidas por nuestro sistema inmune. Encontraron anticuerpos contra estas proteínas en muestras de suero de 383 niñas y niños de Papúa Nueva Guinea diagnosticados con la enfermedad. Además, los anticuerpos contra una de ellas (la proteína HYP1) estaban asociados a una protección contra la aparición de episodios clínicos durante el periodo de seguimiento.

“Estos resultados indican que el bazo juega un rol doble en la patología de malaria,” dice Hernando A del Portillo, investigador ICREA en ISGlobal. De un lado es el órgano donde se destruyen glóbulos rojos infectados; de otro lado es un nicho donde los glóbulos rojos infectados pueden adherirse, explicando así el bajo número de parásitos circulantes en la malaria causada por P. vivax. Estos hallazgos pueden ayudar a descubrir nuevas dianas de vacunas, así como nuevos marcadores de exposición ,” añade.

“Esto también significa que, junto con la médula ósea, el bazo puede ser otro órgano donde el parasito anida, dificultando la eliminación de estas infecciones crípticas,” añade Carmen Fernández-Becerra, primera autora del estudio.

Referencia

Fernandez-Becerra C, Bernabeu M, Castellanos A, et al. Plasmodium vivax spleen-dependent genes encode antigens associated with cythoadhesion and clinical protection . PNAS doi:10.1073/pnas.1920596117

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