Hace dos años, el Grupo de Inmunología de la Diabetes del Institut Germans Trias difundía una nueva terapia que evitaba, en ratones que espontáneamente padecen la enfermedad, la aparición de diabetes tipo 1. Gracias a aquel hallazgo y al trabajo resultante, financiado por los gobiernos catalán y español y potenciado por el mecenazgo de particulares animados por el avance, los investigadores aportan ahora un nuevo paso para conseguir, a medio plazo, una vacuna que prevenga o llegue a curar la diabetes en humanos. El descubrimiento es fruto de un estudio que publica la prestigiosa revista científica PLOS ONE, la cual ya se hizo eco de aquel primer paso.

Entonces, los investigadores evitaron que el cuerpo destruyera las células del páncreas que producen insulina ( células beta) modificando otras células del sistema inmune llamadas dendríticas. El avance era importante pero requería extraer del individuo células dendríticas y modificarlas, para después volverlas a inyectar. Un proceso complicado y costoso. Ahora han descubierto, en los estudios con ratones, que se puede conseguir el mismo efecto de una manera mucho más sencilla . Se trata de crear en el laboratorio unas nanopartículas llamadas liposomas que, al ser introducidas en el cuerpo , consiguen frenar la destrucción de las células beta, y por lo tanto, evitar la diabetes. Un sistema con muchas más posibilidades de traducirse en una vacuna para los humanos. La invención está en vías de protección industrial y se ha solicitado una patente internacional.

Gotitas de agua y grasa que se pueden fabricar a gran escala

Y es que los liposomas, ya usados como tratamiento médico en varias ocasiones, no son células, sino pequeñas gotitas de agua con una capa externa de grasa, parecida a la que recubre las células. Se pueden generar mediante un proceso altamente especializado, pero sencillo y seguro, que aporta facilidades de producción a gran escala.

La clave: células beta en proceso de muerte natural

Para el estudio de Germans Trias, los investigadores han trabajado con un grupo ICREA del Institut Català de Nanociència i Nanotecnologia (ICN2) , un Centro de Excelencia Severo Ochoa ubicado en el Campus de la UAB que aplica soluciones nanotecnológicas a retos relacionados con la biología, la energía o la tecnología . Los liposomas tienen un diámetro de entre media y una micra e imitan a las células que producen insulina cuando mueren de forma natural (apoptosis). Esta, como ya se constató en el estudio previo, es la manera de hacer que el cuerpo no destruya a las células beta, sino que las vuelva a tolerar. El grupo investigador es de los primeros del mundo que usa liposomas que imitan células en proceso de muerte natural para combatir una enfermedad autoinmunitaria, y el primero que lo hace para combatir la diabetes. En el avance también han colaborado investigadores de la Universitat de Barcelona y la Universitat de Lleida.

Próximos pasos

Después de haber demostrado que los liposomas frenan la diabetes tipo 1 en ratones, los próximos pasos serán: realizar la prueba in vitro con células humanas, hacer ensayos clínicos con personas candidatas a vacunación preventiva y curar la enfermedad combinando la vacuna con terapias regenerativas. Está previsto que los ensayos se hagan con pacientes del mismo Hospital Germans Trias. En paralelo, se prevé optimizar el producto con estudios de dosis y pauta, y abrir la posibilidad de personalizarlo. Para conseguirlo será necesario continuar obteniendo financiación mediante convocatorias competitivas de agencias públicas. Además, el grupo está buscando la colaboración activa y la inversión de la industria farmacéutica . El mecenazgo seguirá siendo importante y se estudia hacer una campaña en Badalona.

Incidencia creciente y consecuencias complicadas

La diabetes tipo 1 es una enfermedad en la que el cuerpo no identifica como propias las células beta del páncreas y las destruye. Este órgano cada vez produce menos insulina, la hormona que permite procesar la glucosa ingerida. Por esta razón, los pacientes han de hacerse varios pinchazos al día: en los dedos, para comprobar el nivel de azúcar en sangre, y en la barriga o en otras partes del cuerpo, para inyectarse insulina. Este control no siempre es fácil y excederse o quedarse corto tiene consecuencias. Las más graves son las que causa la hiperglucemia a largo plazo: problemas de la retina que pueden derivar en ceguera; insuficiencia renal; destrucción de fibras nerviosas, o el llamado pie diabético, en donde se producen llagas que pueden requer ir una amputación .

Las causas de la enfermedad no se conocen, aunque influyen factores genétic os y ambientales. Afecta aproximadamente a un 0,3% de la población y la incidencia aumenta entre un 3 y un 4% cada año. Suele aparecer en edad infantil o juvenil y no tiene cura. Así pues, la inmunoterapia se presenta como una solución para la prevención y la curación de la diabetes tipo 1.

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