Hace 45 años, el 25 de julio de 1978, Louise Joy Brown se convirtió en el primer bebé en nacer mediante el método de fertilización in vitro (FIV), marcando un destacado hito científico en Inglaterra. Desde entonces, cada año se celebra esta fecha como el Día Mundial del Embriólogo, y según estima el ICMART (Comité Internacional de Seguimiento de las Tecnologías de Reproducción Asistida), hasta el año 2018, más de 8 millones de bebés en todo el mundo han venido al mundo gracias a la FIV.

A lo largo de su historia, el laboratorio de Fertilización In Vitro (FIV) ha experimentado una profunda transformación. Con más de cuatro décadas de avances, las nuevas tecnologías introducidas en el campo de la FIV han superado todas las expectativas, alcanzando logros antes inimaginables. Entre estos avances destacan la criopreservación de ovocitos y embriones, la introducción de la inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI) y los trasplantes uterinos. Estos impresionantes progresos han abierto nuevas posibilidades en el tratamiento de la infertilidad y han brindado esperanza a muchas parejas que desean formar una familia.

A pesar de todos estos avances, la tasa promedio de éxito de un tratamiento de FIV, es decir, el número de embriones transferidos inicialmente que conducen a un nacimiento vivo, sigue siendo relativamente baja (30%), y los ciclos repetidos de FIV sin éxito implican una carga emocional, física y financiera significativa para las mujeres y las parejas.

La selección de embriones es uno de los pasos más desafiantes en el proceso de FIV i, aunque en la actualidad se utilizan varios métodos para identificar el embrión con el mayor potencial de implantación; ninguno de los enfoques actuales ha logrado mejorar de manera significativa las tasas de embarazo en la población general de parejas con problemas de fertilidad.

Para superar este cuello de botella, el proyecto HYLIGHT está desarrollando una tecnología robusta y fácil de usar para seleccionar, de forma no invasiva, los embriones que son más competentes para la implantación, aumentando la tasa de éxito y reduciendo el llamado «tiempo hasta el embarazo». Este innovador dispositivo de diagnóstico combina el análisis hiperespectral con la inteligencia artificial, y permite la clasificación de embriones en función de sus perfiles metabólicos, aprovechando la autofluorescencia natural de compuestos celulares clave.

Con el propósito de superar este cuello de botella, el proyecto HYLIGHT está desarrollando una tecnología robusta y fácil de usar para seleccionar, de manera no invasiva, los embriones que poseen mayor competencia para la implantación. Gracias a este avance, se espera aumentar la tasa de éxito y reducir el denominado «tiempo hasta el embarazo» en tratamientos de FIV. Este innovador dispositivo de diagnóstico combina el análisis hiperespectral con la inteligencia artificial, permitiendo la clasificación de embriones en función de sus perfiles metabólicos y aprovechando la autofluorescencia natural de compuestos celulares clave.

Samuel Ojosnegros, coordinador del proyecto HYLIGHT, abre la puerta de su laboratorio Bioingeniería para la Salud Reproductiva en el Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC) en Barcelona, y explica los detalles del proyecto.

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