Los trastornos del espectro autista (TEA) engloban una serie de trastornos del desarrollo que afectan a la comunicación y comportamiento. En su aparición intervienen factores genéticos y ambientales en combinaciones y contribuciones que los investigadores llevan intentando catalogar desde hace décadas. En algunos casos se han identificado cambios en genes que tienen gran relevancia para la enfermedad; en otros se estima que los trastornos derivan de la combinación de múltiples genes.

En un reciente estudio, publicado en Nature Medicine, un equipo de investigadores ha abordado la complejidad biológica y clínica de los trastornos del espectro autista desde diferentes perspectivas hasta identificar una ruta molecular común en un conjunto de pacientes.

En un primer paso, el equipo consideró los datos de expresión génica en el cerebro humano, hasta identificar genes que se expresan de forma conjunta en tiempo y espacio durante el neurodesarrollo.

La frecuencia con la que se manifiestan los trastornos del espectro autista en hombres y mujeres es muy diferente, por lo que los investigadores estimaron que la expresión de los genes implicados en los TEA podría reflejar esa tendencia. Con esta idea, el siguiente paso del equipo fue seleccionar aquellos genes que muestran diferencias de expresión entre ambos sexos. A continuación, los investigadores se enfocaron en aquellos genes seleccionados que mostraban un mayor número de mutaciones en pacientes con TEA respecto al resto de personas. A partir de este proceso de selección progresiva, el equipo identificó una serie de genes relacionados tanto con el neurodesarrollo como con el metabolismo de lípidos.

Para validar la conexión entre los TEA y el metabolismo de lípidos los investigadores recurrieron a la información depositada en los historiales clínicos de más de 2 millones y medio de pacientes, entre los que se incluían 25 000 personas con TEA. El equipo comparó los niveles de lípidos en sangre y el diagnóstico de cualquier alteración en los mismos entre personas con autismo, familiares no afectados y controles. De este modo detectaron que las personas con TEA muestran niveles de lípidos alterados de forma predominante, en comparación con el resto de personas analizadas. Estos resultados fueron validados a través de la evaluación de las solicitudes de asistencia médica de más de 34 millones de personas de diversas instituciones médicas.

Incluso al excluir a personas con obesidad, diabetes y síndromes metabólicos o eliminar posibles variables que pudieran influir en los resultados como la respuesta a tratamientos, los investigadores encontraron una fuerte asociación entre los niveles de lípidos alterados y los TEA.

Estos resultados ofrecen explicación a diversas observaciones en otros trastornos del neurodesarrollo. Por ejemplo, el gen MECP2 responsable del síndrome de Rett, interviene en el metabolismo del colesterol y una proporción importante de niños con síndrome de Smith-Lemli-Opitz (entre el 50 y el 88%) tienen autismo.

Los autores del trabajo señalan que los resultados “permiten la selección de poblaciones mejor definidas para investigar de forma más profunda, y ofrecen dianas para la intervención y prevención”. Además, señalan que la identificación de subgrupos de personas con trastornos del espectro autista podría abrir una puerta hacia la medicina de precisión, al igual que ha ocurrido en el ámbito de la oncología.

Por último, los resultados del trabajo indican que la aproximación a una enfermedad compleja desde diferentes perspectivas puede identificar subtipos de pacientes que permitan un acercamiento clínico y terapéutico más preciso. “Nuestros resultados pueden ayudar a diseñar tratamientos dirigidos de precisión que actúen sobre el defecto específico subyacente al desarrollo de autismo relacionado conla dislipemia”, destaca Isaac Kohane, director del Departamento de Informática Biomédica en el Instituto Blavatnik en la Universidad de Harvard. “Conceptualmente esta es la misma pauta de trabajo que podemos aplicar a trastornos del desarrollo hereditarios complejos como el autismo y más allá. Nuestra aproximación multimodal combinando múltiples tipos de datos demuestra que no solo es posible sino también inminente”.

Artículo original: Luo Y, et al. A multidimensional precision medicine approach identifies an autism subtype characterized by dyslipidemia. Nature Medicine. 2020. Doi: https://doi.org/10.1038/s41591-020-1007-0

Fuente: Autism-Cholesterol Link. https://hms.harvard.edu/news/autism-cholesterol-link

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