Impulsar la biotecnología de Vanguardia

Más allá de los fondos Next Generation y el mapa de ayudas nacional e internacional, el diseñar una adecuada estrategia de financiación a través de otros incentivos públicos es fundamental.

Hace más de 200 días se presentó el PERTE para la Salud de Vanguardia, una nueva muestra de la canalización de los fondos Next Generation EU, a través del Plan España Puede, dotado con 1.469 millones de euros entre 2021 y 2023. El sector de la biotecnología, sinónimo de Innovación, ha esperado con mucha atención el devenir y traslación en convocatorias de este singular proyecto de transformación para nuestro país.

No obstante, una vez materializado y pese a suscribir su espíritu y objetivos, encontramos algunas tipologías de empresas que no encuentran su encaje en el mismo. De esta forma, aparece en nuestra mesa con frecuencia la siguiente pregunta: ¿Cómo podemos impulsar una Biotecnología de Vanguardia?

Es bien sabido que las actividades de I+D+i requieren de una serie de esfuerzos y recursos que en ocasiones no aseguran un retorno inmediato en resultados y por ello, las empresas intensivas en I+D+i, como son las empresas del sector 'biotech', necesitan una continuidad y estrategia de financiación a corto, medio y largo plazo.

Los Next Generation EU han planteado la vía de los consorcios como el mecanismo para articular toda la inversión que procede desde Bruselas, pero más allá de para los PERTE, este contexto post-pandémico no plantea la colaboración como una opción, sino como una necesidad para encontrar la mejor financiación y recursos para empresas emergentes, especialmente las de alto componente tecnológico.

Más allá de los fondos Next Generation y el mapa de ayudas nacional e internacional, el diseñar una adecuada estrategia de financiación a través de otros incentivos públicos es fundamental. En este sentido, las bonificaciones a la seguridad social y las deducciones fiscales a la I+D+i resultan muy interesantes, al poder financiar parte de la ejecución el proyecto durante su ejecución, ya sea por un menor coste del personal cualificado (que puede llegar a ser de aprox. 9% de su coste empresa), o vía ahorro impositivo. También cabe la posibilidad de aplicar la modalidad del cashback en las deducciones fiscales, recuperando la deducción que no se ha aplicado como un “ingreso” líquido unos 2,5 años después de haber realizado la inversión.

Además de los incentivos anteriores, uno de los mecanismos que más estamos observando de interés y con mejores resultados para empresas innovadoras (especialmente en Biotecnología) es el Tax Equity. Este mecanismo se estructura en torno a una entidad denominada Agrupación de Interés Económico (AIE) y permite transferir la deducción fiscal por I+D+i de una empresa intensiva en I+D+i a un inversor. A través de esta herramienta, la parte investigadora es quien realiza el proyecto y cede el crédito fiscal a la parte inversora, que generalmente abona una gran cuota en el impuesto sobre sociedades, y de esta forma, puede minorar.

Esa AIE es la canalización para que a través de un proyecto de I+D, los perfiles intensivos en Innovación obtengan cerca de un 30% de retorno de los costes del proyecto, y que a su vez, grandes perfiles inversores empresariales o particulares puedan asociarse a proyectos transformadores. A través de este mecanismo de colaboración, las empresas investigadoras como pymes, startups, Centros de Investigación o Universidades, pueden obtener un beneficio superior al obtenido vía deducción fiscal y sobre todo, en un tiempo significativamente más corto que en el caso del cashback.

El Tax Equity implica además una mejora en la cuenta de resultados de la compañía de I+D, lo que podría suponer también una mayor accesibilidad a ayudas y subvenciones que impliquen el análisis de cuentas. Obtener los recursos necesarios para continuar innovando es la verdadera fórmula de la competitividad para este sector, en el que sus empresas en ocasiones encuentran problemas para acudir a grandes programas de financiación pública.

Mientras seguimos esperando con atención el avance y las novedades de los Fondos Next Generation EU y demandando la necesidad de que éstos recaigan en el sector biotecnológico y sanitario, contar con la estrategia adecuada que permita la óptima combinación de incentivos y herramientas como el Tax Equity es fundamental para maximizar el retorno obtenido y por tanto, poder acometer más y mejores proyectos. ¿Cómo impulsar una Biotecnología de Vanguardia? Sin duda, en la colaboración y planificación está la respuesta.