La exposición prenatal a contaminantes orgánicos persistentes puede contribuir al desarrollo de la obesidad infantil y de trastornos metabólicos. Sin embargo, un estudio coordinado por ISGlobal, centro impulsado por Fundación ”la Caixa”, y llevado a cabo en colaboración con el Instituto Nacional Francés para la Investigación Agronómica y Medioambiental (INRAE), sugiere que el estado nutricional materno durante el embarazo puede modular estas asociaciones.

El trabajo, publicado en Environmental Health Perspectives, ha encontrado que unos niveles elevados de vitamina B12 (presente sobre todo en alimentos de origen animal, como lácteos y carne, así como en suplementos vitamínicos) podrían potenciar el efecto obesogénico de la exposición prenatal al fungicida hexaclorobenceno. En el sentido contrario, el antioxidante dietético beta-criptoxantina (presente en muchos alimentos de origen vegetal y animal, como naranjas, manzanas o la yema del huevo) podría proteger de los efectos obesogénicos asociados a los sulfonatos de perfluorooctano (PFOS).

Contaminantes y nutrientes, cruciales en la etapa prenatal

Cada vez hay más pruebas de que las agresiones ambientales y los nutrientes recibidos durante las primeras etapas del desarrollo pueden influir en la salud posterior durante la infancia. Por ejemplo, algunos contaminantes orgánicos persistentes que la madre ingiere a través de la dieta y que son capaces de bioacumularse en los tejidos grasos se han asociado a la obesidad infantil o a alteraciones metabólicas. Es el caso del plaguicida conocido como DDT, de su principal metabolito, el DDE, y del hexaclorobenceno.

El estudio ha querido ir más allá e investigar si los efectos de los contaminantes orgánicos persistentes sobre la salud pueden estar influidos por algunos nutrientes con los que comparten mecanismos de absorción, transporte y metabolismo, o que se dirigen a vías moleculares similares, es decir si pueden ser modificados por los micronutrientes lipofílicos y los omega-3 o ácidos grasos poliinsaturados que se ingieren con los alimentos. Para ello, este estudio se ha centrado en el efecto conjunto de los contaminantes orgánicos persistentes y de estos nutrientes en la etapa prenatal, y en su posible relación con el riesgo de padecer obesidad infantil.

El efecto conjunto en el desarrollo de la obesidad infantil

El equipo investigador utilizó datos de la cohorte española de nacimiento INMA (INfancia y Medio Ambiente), recogidos entre 2003 y 2008. Relacionó, por un lado, los contaminantes orgánicos persistentes y ciertos nutrientes en sangre de 1.394 mujeres durante su primer trimestre del embarazo con, por otro lado, las medidas antropométricas de sus hijos e hijas a los 7 años (el 40% de los cuales tenía sobrepeso u obesidad). Estudió seis compuestos organoclorados y cuatro sustancias per-/polifluoroalquiladas (los conocidos PFAS) y las vitaminas D, B12 y folato, los ácidos grasos poliinsaturados y los carotenoides.

“Observamos un efecto conjunto interactivo entre contaminantes ambientales y nutrientes sobre el riesgo de sobrepeso u obesidad”, explica Maribel Casas, investigadora de ISGlobal en el momento de la realización del estudio y última autora del trabajo. “A partir de los resultados obtenidos, podemos establecer la hipótesis de que una ingesta materna de vitamina B12 elevada junto con una mayor exposición al hexaclorobenceno contribuyen al sobrepeso infantil.” Además, se ha podido observar por primera vez un mayor riesgo de obesidad en los niños y niñas expuestos durante la gestación a niveles más altos de PFOS entre las madres con niveles más bajos del antioxidante beta-criptoxantina, un carotenoide.

“Se requieren más investigaciones para confirmar estos hallazgos y obtener información sobre la compleja interacción entre contaminantes y nutrientes durante el embarazo y el efecto de esta interacción en la programación metabólica del bebé”, añade Germán Cano-Sancho, investigador del INRAE y primer autor del estudio. “Será importante a la hora de identificar subgrupos de población vulnerables a contaminantes orgánicos persistentes y de establecer directrices nutricionales y suplementaciones vitamínicas más precisas en la gestación”.

Referencia

Cano-Sancho G, Warembourg Ch, Güil N, Stratakis N, Lertxundi A, Irizar A, Llop S, Lopez-Espinosa MJ, Basagaña X, González JR, Coumoul X, Fernandez-Barres S, Antignac JP, Vrijheid M, Casas M. Title: Nutritional modulation of associations between prenatal exposure to persistent organic pollutants and childhood obesity: a prospective cohort study. Environmental Health Perspectives. https://doi.org/10.1289/EHP11258

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