La Clínica Universidad de Navarra apuesta por la implantación de prótesis de cadera con cirugías mínimamente invasivas por la vía anterior (por la parte de delante de la ingle). Gracias a esta técnica, la recuperación es mucho más rápida que por el procedimiento convencional, al mismo tiempo que se minimiza el dolor, el tamaño de la incisión y la estancia hospitalaria.

Las intervenciones convencionales para tratar la cadera (realizadas por vía posterior, es decir, a través del glúteo) suponen desinsertar (quitar) los músculos para poder implantar la prótesis de cadera, por lo que posteriormente es necesario reconstruir esa musculatura. “Sin embargo, con esta técnica el cirujano accede entre los músculos, sin dañarlos, respetando los elementos anatómicos del cuerpo”, explica el Dr. Juan Ramón Prieto, especialista de la Clínica Universidad de Navarra en Madrid.

De hecho, estas novedosas cirugías permiten al paciente recibir el alta poco tiempo después de la intervención. “A las cuatro horas de la cirugía, el paciente ya puede andar con muletas y a las 48 horas podrá volver a casa con una recuperación muy avanzada respecto a la reducción del dolor y a la mayor autonomía. Con la técnica tradicional, el alta hospitalaria se prolonga incluso hasta el séptimo día”, explica.

Además, con el procedimiento convencional, tras la intervención, el paciente debe evitar determinados movimientos porque podrían provocar una luxación (descolocación) de la prótesis, algo que no sucede con esta técnica mínimamente invasiva porque, al no desinsertar los músculos, estos conservan su estabilidad.

“Esta técnica es muy novedosa para los pacientes deportistas, porque podrán continuar con su actividad física sin restricción de movimientos tras la intervención (aunque tendrán que evitar los deportes de contacto) y también para personas con obesidad, porque la acumulación de grasa en la región inguinal es menor que en la parte posterior”, asegura.

Cirugías mínimamente invasivas para la cadera

“El progresivo aumento del uso de las prótesis de cadera – actualmente en España se colocan unos 35.000 al año– hace necesario investigar nuevos tratamientos que mejoren la calidad de vida de los pacientes”, indica el Dr. Juan Ramón Prieto.

El especialista, recientemente incorporado a la Clínica Universidad de Navarra, ha trabajado durante los últimos años en el Hospital Universitario de Saint Etienne (Francia) donde se formó y se especializó en esta cirugía. “Es una técnica muy complicada de aprender para el cirujano, y requiere una formación y preparación específica, pero las ventajas para el paciente son infinitas”, asegura.

“En algunos hospitales españoles ya se realizan técnicas mini invasivas para tratar la cadera, pero la novedad del procedimiento por la vía anterior es que es una cirugía más precisa (porque permite la realización de radiografías intraoperatorias más fiables), se disminuye el sangrado intra y postoperatorio y la cicatriz es más estética”, añade.

José Manuel M.: “He vivido dos intervenciones totalmente diferentes”

José Manuel M. llegó a la Clínica Universidad de Navarra en Madrid el pasado 25 de enero para operarse de la cadera derecha con esta novedosa técnica. Un año y medio antes, en verano de 2016, le habían intervenido de la otra cadera, la izquierda, con el procedimiento habitual (por la vía posterior) y estaba seguro de que la situación sería parecida: fuertes dolores, varias noches de hospital (incluso una de ellas en la UCI) y prácticamente inmóvil durante varias semanas.

“Con la primera operación de cadera lo pasé muy mal, por eso, cuando el Dr. Silberberg, codirector de Cirugía Ortopédica y Traumatología, me comentó que existía la posibilidad de ser intervenido con una técnica menos invasiva que la convencional, acepté confiando plenamente en sus conocimientos y experiencia profesional”, explica José Manuel.

Con la puesta en marcha del nuevo hospital en Madrid, el Dr. Juan Ramón Prieto, experto en la implantación de la prótesis por la vía anterior, se acababa de incorporar al proyecto. “El doctor me contó las ventajas que suponía para el paciente y, de hecho, lo pude comprobar por mí mismo: he vivido dos operaciones totalmente diferentes”, añade.

“Con el primer posoperatorio, pasé casi tres semanas con fuertes dolores. En cambio, en la última operación, solo tuve ligeras molestias justo después de la intervención, pero a las tres horas ya podía caminar. Además, solo estuve una noche en el hospital, aunque si hubiese sido por mí, me habría vuelto a casa, porque me encontraba muy bien”.

Su mujer, María José, ha estado a su lado durante las dos operaciones: “En la Clínica me ha asombrado muchísimo la implicación del personal de enfermería, estaba totalmente pendiente de las necesidades de mi marido, algo que no vivimos durante la otra operación”, explica. “Para el acompañante es un alivio, porque muchas veces nos toca implicarnos en el posoperatorio, pero esta vez me sentí muy tranquila porque se encargaba de todo el personal de la Clínica”, añade.

“Me encuentro fenomenal, esta vez ha sido totalmente diferente. Como tenía la experiencia previa de la otra cadera, pensaba que viviría la misma situación, pero esta intervención no ha tenido nada que ver”, indica José Manuel.

Imagen: Los traumatólogos de la Clínica en Madrid, Juan Ramón Prieto y Javier Silberberg (director), con el paciente intervenido de prótesis de cadera.

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