Investigadores de Sant Pau han publicado recientemente en el Annals of Neurology un estudio que demuestra que la presencia de depresión en los pacientes con Parkinson es un factor de riesgo en la aparición de adicciones conductuales. El trabajo ha sido liderado por el Dr. Jaume Kulisevsky, jefe del Grupo de enfermedad del Parkinson y Trastornos del movimiento del IIB Sant Pau y jefe de la Unidad de trastornos del movimiento del Servicio de Neurología del Hospital de Sant Pau, y el Dr. Juan Marín Lahoz del mismo grupo y unidad.

La enfermedad de Parkinson es conocida principalmente por los temblores y las dificultades de movilidad que genera. Muchos pacientes a los que el tratamiento les permite tener una movilidad normal, presentan adicciones conductuales como la ludopatía, la hipersexualidad o las compras compulsivas. Las consecuencias de estos trastornos pueden ser devastadoras para los pacientes y sus familias. Por este motivo, los investigadores están trabajando para identificar a los pacientes con riesgo de sufrir adicciones conductuales con el objetivo de realizar tratamientos personalizados que permitan disminuir el riesgo. La depresión es un trastorno muy frecuente en la enfermedad de Parkinson que puede llegar a afectar hasta el 40% de los pacientes en algún momento. Con frecuencia aparece algunos años antes del diagnóstico de la enfermedad. En los últimos años algunos estudios han mostrado como los síntomas de depresión eran más frecuentes en pacientes con adicciones conductuales que en aquellos que no las tenían. Sin embargo, se desconocía si la depresión era consecuencia de sufrir las adicciones o si podía ser un precursor de las adicciones. “Lo que queríamos confirmar es que la depresión juega un papel en la aparición de adicciones conductuales en la enfermedad de Parkinson, mostramos cómo la depresión precede hasta 5 años la aparición de adicciones y que el riesgo depende de otros factores, como la edad o los principales genes asociados a la enfermedad del Parkinson “, explica el Dr. Kulisevsky.

“Existían algunos marcadores de riesgo de adicciones conductuales, pero su aplicación requería técnicas complejas como el análisis de múltiples genes, por lo que hasta ahora no han supuesto ningún cambio en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson, pero la presencia de depresión es un factor de riesgo muy fácilmente identificable en una visita convencional lo que permite personalizar el tratamiento para obtener la máxima calidad de vida de cada paciente “, añade el Dr. Marín. El estudio se ha realizado en el marco del estudio PPMI (Parkinson s Progression Markers Initiative) promovido por la Fundación Michael J. Fox Foundation para el estudio del Parkinson. Este estudio hace un seguimiento de cerca de 1.500 personas en todo el mundo para entender y curar la enfermedad de Parkinson. Este proyecto se ha financiado con ayudas de la Fundación La Marató de TV3, el Fondo de Investigación en Salud y el CIBER de Enfermedades neurodegenerativas del Instituto de Salud Carlos III.

Subscribirse al Directorio
Escribir un Artículo

Últimas Noticias

Uso de RNA móviles para mejorar la asim...

El gen AtCDF3 promueve una mayor producción de az...

El diagnóstico genético neonatal mejor...

Un estudio con datos de los últimos 35 años, ind...

Más de 1.500 cambios epigenéticos en e...

Un equipo de investigadores de la Universidad Juli...

Destacadas

Eosinófilos. ¿Qué significa tener val...

by Labo'Life

En nuestro post hablamos sobre este interesante tipo de célula del si...

Horizon pone en marcha una planta punter...

by Horizon Products

Horizon ha puesto en funcionamiento una nueva planta dedicada íntegra...

Diapositiva de Fotos