La red de vigilancia de salud infantil más grande del mundo, CHAMPS, ha publicado sus primeros resultados científicos. El estudio proporciona información fidedigna sobre las causas de muerte de niños y niñas menores de cinco años, así como de bebés nacidos sin vida en cinco ciudades de África y Asia. De los cerca de mil casos analizados, el 54 % presentaban un agente infeccioso entre las causas de muerte. La investigación, publicada en la revista Lancet Global Health, está liderada por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación ”la Caixa”, la Universidad Emory de Atlanta y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.

Para llevar a cabo el estudio, se han realizado933 autopsias mínimamente invasivas en fallecidos menores de cinco años, casos de muerte neonatal y bebés nacidos sin vida en cinco distritos de Bangladesh, Kenia, Mali, Mozambique y Sudáfrica. Esta metodología de autopsia, desarrollada hace años por ISGlobal, permite determinar la causa de la muerte con una gran precisión mediante el análisis de muestras de órganos adquiridas post mortem, y no requiere personal ni equipo altamente especializados.

Entre las características de la investigación, destaca la descripción de la cadena completa de sucesos que han provocado el fallecimiento . “En lugar de centrarnos en una única causa de muerte subyacente y, a menudo, no específica, hemos descrito en detalle todos los escalones y procesos patológicos que, desde la causa subyacente, conducen a la muerte”, comenta Quique Bassat, investigador de ISGlobal que comparte la primera autoría del estudio.

En el 63 % de los casos, el equipo identificó dos o más condiciones en la cadena causal y, en el 54 %, dicha condición era una infección. “Una de las particularidades de este estudio es la granularidad de los datos que hemos obtenido. Por un lado, hemos podido identificar al o a los patógenos infecciosos involucrados, y al mismo tiempo asociarlos a las lesiones histopatológicas encontradas en los tejidos de los diferentes órganos. Esto nos da una idea casi tridimensional de los procesos que terminaron con la muerte del paciente, y de una forma menos invasiva que las técnicas de autopsia habituales”, recalca Bassat.

Uno de los hallazgos clave del estudio es el peso de la bacteria Klebsiella pneumoniae en la mortalidad infantil. “Sorprendentemente, hemos encontrado esta bacteria, que normalmente no aparece en las listas habituales de causa de muerte infantil, en un número considerable de casos de neumonía, sepsis y meningitis,” afirma el investigador. “Esta información podría impulsar el desarrollo de nuevas herramientas y estrategias para la prevención o el tratamiento de este patógeno”. Otros patógenos con un rol importante son Eschericcia coli, Acinetobacter baumannii y los citomegalovirus.

La autopsia mínimamente invasiva, aliado clave contra la mortalidad infantil

Pese al descenso de la mortalidad infantil en las últimas décadas, se estima que anualmente siguen muriendo 5,4 millones de menores de cinco años y naciendo 2,5 millones de mortinatos en todo el mundo, siendo África subsahariana y Asia meridional las regiones más afectadas. Paralelamente, en estas regiones la causa de la muerte se determina principalmente mediante entrevistas de autopsia verbal y, ocasionalmente, a través de certificados de defunción poco precisos. Aunque las autopsias diagnósticas completas poseen una precisión mucho más elevada que estas dos técnicas, plantean numerosos desafíos, como la baja aceptación cultural y religiosa -ya que pueden retrasar el entierro y alterar la fisionomía- o la necesidad de contar con personal calificado y recursos específicos. En este contexto, las autopsias mínimamente invasivas suponen una alternativa eficaz y con una aceptación social mucho mayor.

“Conocer en detalle todos los factores implicados en el fallecimiento de niños y niñas es esencial para estimar la carga de enfermedad, rastrear el progreso global y desarrollar políticas eficientes, rentables y sobre todo basadas en la evidencia para combatir la mortalidad infantil”, asegura Bassat. “Los estudios de la red CHAMPS marcarán un antes y un después en esta causa, puesto que proporcionan información crucial para el diseño e implantación deintervenciones sanitarias que salvarán vidas”, concluye.

Referencia

Allan W Taylor*, Dianna M Blau*, Quique Bassat*, Dickens Onyango, Karen Kotloff, Shams El Arifeen, Inacio Mandomando, Richard Chawana, Vicky Baillie, Victor Akelo, Milagritos Tapia, Navit Salzberg, Adama Keita, Timothy Morris, Shailesh Nair, Nega Assefa, Anna Seale, Anthony Scott, Reinhard Kaiser, Amara Jambai, Beth Barr, Emily S Gurley, Jaume Ordi, Sherif R Zaki, Samba O Sow, Farzana Islam, Afruna Rahman, Scott F Dowell, Jeffrey P Koplan, Pratima L Raghunathan, Shabir A Madhi, Robert F Breiman, for the CHAMPS Consortium. Initial findings from a novel population-based child mortality surveillance approach (CHAMPS): a descriptive study. Lancet Global Health 2020

*co-autoría primaria compartida

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