La existencia de sustancias y dispositivos que mejoran capacidades cerebrales como la memoria, el aprendizaje, la creatividad o la concentración es ya una realidad: se trata de la “neuromejora”. Sin embargo, su investigación y uso plantean muchos interrogantes: ¿deben regularse como tecnologías médicas o como dispositivos para uso recreativo? ¿Está justificada su aplicación como tratamiento preventivo del envejecimiento cerebral? ¿Se generarán desigualdades entre los ciudadanos que los utilicen y los que no?

Un equipo de investigadores liderado por Winnie Toonders, de la Universidad Radboud en Nimega (Países Bajos), considera fundamental que los investigadores y desarrolladores de estas tecnologías conozcan la opinión de la sociedad y sus diferentes grupos (consumidores, pacientes, educadores, etc.). Y que este acercamiento o diálogo no se produzca al final del proceso, cuando el producto está en el mercado, sino al principio, cuando la investigación está aún en su fase más inicial. En un artículo publicado en la revista Nanoethics, este equipo muestra los beneficios de establecer escenarios para el diálogo entre los investigadores y los diferentes grupos afectados o interesados en estas tecnologías.

En el marco del proyecto europeo Neuromejora: Investigación e Innovación Responsables (NERRI), el equipo científico ha desarrollado ejercicios de aprendizaje mutuo, en los que diferentes públicos (investigadores, usuarios potenciales, estudiantes, medios de comunicación, etc.) se reúnen para exponer sus puntos de vista, experiencias e inquietudes con respecto a la aplicación de la neuromejora en la sociedad. Desde su lanzamiento en el año 2013 y con el objetivo de iniciar un debate público sobre la neuromejora, el proyecto NERRI ha organizado más de sesenta ejercicios de aprendizaje mutuo en once ciudades europeas.

Projecte NERRI - CCS

Para fomentar un diálogo profundo, los ejercicios de aprendizaje mutuo emplean métodos innovadores desarrollados en ambientes provocadores. Así, “a través de juegos, representaciones, cafés científicos y otras dinámicas, los ejercicios de aprendizaje mutuo se convierten en la versión contemporánea de las ágoras socráticas”, comenta Gema Revuelta, coautora del estudio y directora del Centro de Estudios de Ciencia, Comunicación y Sociedad de la UPF. Y añade, “en ellos se genera un escenario en el que múltiples voces comparten distintas perspectivas, permitiendo una mejor capacidad de adaptación de las tecnologías emergentes a las expectativas y valores de la sociedad.”

Si bien las tecnologías emergentes afectarán a la cultura social, también estas tecnologías se verán afectadas por la dinámica social y cultural. Mediante su implicación, los ciudadanos se convierten en coautores y no solo en el objetivo de los cambios tecnológicos, compartiendo así la responsabilidad de nuestro futuro entre todas las personas e instituciones afectadas por los avances de la investigación y la innovación.

Artículo de referencia: Hub Zwart, Jonna Brenninkmeijer, Peter Eduard, Lotte Krabbenborg, Sheena Laursen, Gema Revuelta, Winnie Toonders. Reflection as a Deliberative and Distributed Practice: Assessing Neuro-Enhancement Technologies via Mutual Learning Exercises (MLEs). Nanoethics, Marzo 2016. DOI 10.1007/s11569-017-0287-4

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