El incremento bacteriano en el tracto intestinal delgado, también conocido como SIBO por sus iniciales en inglés, se refiere a la presencia inusual de bacterias en dicho tracto. Estas bacterias suelen encontrarse en mayor número en el colon. Al consumir carbohidratos o azúcares, estas bacterias fermentan en el tracto intestinal delgado, produciendo una gran cantidad de gases que causan síntomas. Sin embargo, otros trastornos y desbalances en la flora intestinal pueden causar síntomas similares.

El tracto intestinal alberga naturalmente bacterias y otros microbios que coexisten en equilibrio en distintas proporciones, conocido como microbioma. Cuando este equilibrio se altera, se da lugar a un desbalance en la flora intestinal o disbiosis. Diversos factores, como dietas restrictivas o el consumo de antibióticos, pueden causar esta disbiosis. El SIBO es una forma de disbiosis.

Los síntomas más comunes del SIBO incluyen distensión abdominal, sensación de llenura, digestiones lentas, incremento en la producción de gases, acidez, diarrea y constipación. No obstante, otras afecciones, como el síndrome de intestino irritable o la dispepsia, también muestran síntomas similares.

¿CÓMO SE IDENTIFICA EL SIBO?

La forma más precisa de diagnosticar el SIBO es mediante un cultivo del fluido del segmento medio del tracto intestinal delgado, la sección yeyunal. No obstante, esto requiere una gastroscopia, un procedimiento invasivo. Para evitar este procedimiento, se utiliza un método indirecto que es el más popular hoy en día.

Este método implica medir, mediante el aliento exhalado, la cantidad de hidrógeno y metano, gases producidos por las bacterias durante la fermentación. Para determinar si hay una producción excesiva de estos gases, se compara el aliento en ayunas y hasta 120 minutos después de consumir carbohidratos.

Otro indicador que puede señalar la presencia de un sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado son los factores de riesgo del individuo. El SIBO es más común en ciertos pacientes, como aquellos con diabetes tipo 1 y 2, pacientes que han tenido cirugías del estómago o intestino, aquellos con enfermedad celíaca y aquellos con trastornos del sistema cerebro-intestinal.

¿CÓMO SE MANEJA EL SIBO?

El tratamiento del SIBO implica abordar las causas subyacentes. Por ejemplo, en pacientes con diabetes y SIBO, es crucial controlar los niveles de azúcar en la sangre antes de iniciar el tratamiento específico para el SIBO.

Además, en la mayoría de los casos, es necesario hacer ajustes en la dieta por un corto período para prevenir otros desbalances en la flora intestinal. En pacientes con diarrea crónica y mala absorción de nutrientes, es esencial tratar la causa y corregir las deficiencias nutricionales. Para esto, se pueden administrar antibióticos orales, en regímenes cortos o cíclicos.

Aunque el SIBO ha ganado notoriedad en años recientes, es vital consultar a un experto en salud para determinar si los síntomas son causados por el SIBO u otra afección. Automedicarse o auto-tratarse sin un diagnóstico adecuado puede agravar los síntomas o el progreso de otras enfermedades si no se trata de SIBO.

AUTORA:

Dra. Elizabeth Barba, gastroenteróloga del Servicio de Gastroenterología del Hospital Clínic Barcelona.

Fuente: Hospital Clínic de Barcelona

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