Por qué los deportistas de élite compiten mucho más tiempo?

Pelé se retiró a los 36 años en el equipo estadounidense de fútbol “Cosmos”, Scottie Pippen hizo lo propio a los 39, en los Chicago Bulls y Miguel Induráin se bajó de la bici a los 32. Gracias a su carrera sobresaliente, todos ellos han levantado títulos y pasiones y ya forman parte de la cultura del deporte y de la memoria colectiva.

La realidad es que estos iconos del deporte son recordados por su alto nivel de competición, pero el rendimiento no se mantuvo en cotas tan altas durante los años previos a su retirada. Sin embargo, en la actualidad existen un buen número de profesionales en activo, como Roger Federer, que sigue compitiendo al más alto nivel a sus 39 años o LeBron James, que sigue siendo una referencia del baloncesto con 36 años, lo que nos hace pensar que el rendimiento de los deportistas puede prolongarse.

El rendimiento deportivo se encuentra determinado por diversos agentes que son realmente complejos y no siempre cuantificables. Pero incluso cuando lo son, algunos se escapan del control de las personas.

Hay 5 factores que intervienen en el rendimiento de los atletas y están relacionados entre sí:

El entrenamiento. Lo primero que nos viene a la mente cuando se habla de deporte es el entrenamiento físico, el desarrollo de la musculatura. La preparación del cuerpo y su acondicionamiento para la actividad física. Hay que destacar que el máximo rendimiento no solo se consigue desarrollando fuerza, elasticidad o cualquier otra cualidad física básica, sino que la técnica específica de cada disciplina es imprescindible para conseguir el mejor resultado en cada deporte.
La dieta. No es ningún secreto que mantener una dieta equilibrada permite llevar una vida sana. Está demostrado que una alimentación completa ayuda a prevenir patologías y a controlar otras como la diabetes o las enfermedades coronarias. Además posibilita la correcta regeneración de los tejidos que también facilita la recuperación del cuerpo después de realizar actividades físicas. Mantener el organismo correctamente nutrido mejora la calidad de vida, ralentiza el envejecimiento y previene las lesiones. Una mala alimentación impide el descanso durante las horas de sueño, generando también los problemas que la falta de reposo conlleva.
El estado psicológico.La capacidad que tiene una persona para focalizar su atención en la actividad física que practica es fundamental para que obtenga los mejores resultados. Hay individuos que tienen más capacidad para concentrarse que otros, pero esta habilidad se puede ver mermada por distintos agentes: el estrés y la ansiedad, el entorno de los deportistas o la presión que sufren los profesionales son algunos de los factores que distraen la atención del atleta en la práctica deportiva.
El descanso. La importancia del descanso es capital y se encuentra estrechamente ligada no sólo al rendimiento puntual, sino a medio y largo plazo. El descanso es un concepto amplio, pero se puede analizar atendiendo a dos tipos: el reposo físico y el sueño. El reposo físico se entiende como la pausa que se establece entre dos momentos de actividad física, ya sea en una misma sesión o entre diferentes sesiones deportivas, y es importante para conseguir el rendimiento más elevado -alejado de la fatiga- y para prevenir lesiones. Por otro lado, unos buenos hábitos de sueño permiten que los deportistas se recuperen correctamente y mantengan un estado de salud física óptimo y mental. La incapacidad para dormir bien aumenta el estrés, la ansiedad y el desequilibrio emocional, que a su vez potencian más aún el insomnio.
La genética. Se podría afirmar que los atletas profesionales han nacido para hacer deporte, pero no es literalmente cierto, aunque sí contiene una dosis de realidad. La antropometría es una disciplina derivada de la antropología que mide las dimensiones del cuerpo humano para catalogar grupos humanos y determinar sus diferencias y que podría servir para determinar si uno ha nacido para ser deportista, o no.

La antropometría permite conocer las medidas exactas de cada cuerpo humano y establece cuáles son las medidas estándar de la mayoría de los deportistas de élite mediante la medición de las proporciones de los profesionales actuales, por ejemplo. La antropometría es una especialidad cuya aplicación al deporte es controvertida, ya que es demasiado estricta y tiene un alcance limitado (el talento no está sujeto únicamente a la morfología del cuerpo). Por otro lado, el ADN de una persona contiene toda su información genética y se ha demostrado que algunos genes, como la Alfa Actinia 3, afectan a la estructura muscular relacionada con la velocidad. El PGC1, por su parte, tiene relación con la actividad metabólica. Sin embargo, la manifestación de los genes, es decir si un gen está activo o no, depende del entorno en el que viva el individuo y las condiciones a las que su cuerpo ha sido sometido. La dieta, el clima y los hábitos deportivos son algunas de las cosas que pueden determinar que estas manifestaciones se lleven a cabo (o no).

Como conclusión, podemos afirmar que con estos cinco factores (y otros aquí no descritos) se puede alcanzar un rendimiento más alto y mantenerlo de manera más prolongada en el tiempo. El mayor conocimiento que se tiene sobre el cuerpo humano y la creciente cantidad de disciplinas relacionadas con el deporte permiten ayudar a los profesionales a rendir más y mejor. Deportistas como Cristiano Ronaldo (36), Fernando Alonso (39) o Serena Williams (39), demuestran que, actualmente, con motivación y mucho talento se puede mantener el ritmo competitivo durante más tiempo.

Las estrellas del deporte cada vez son menos fugaces.