Hasta hace pocos años, cuando se hablaba sobre la respuesta a la comida, la comunidad científica se centraba en la respuesta digestiva y en el efecto que ésta tenía sobre los pacientes, basándose en los síntomas que mostraban. Estos estudios no tenían en cuenta las sensaciones de los individuos a la hora de ingerir los alimentos, ni otros factores, como por ejemplo, el hambre en el momento de la ingesta. Ahora en el Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR), Teodora Pribic, investigadora predoctoral proveniente de Serbia, estudia estos factores en el grupo de Fisiología y Fisiopatología Digestiva, liderado por el Dr. Fernando Azpiroz.

Teodora trabaja desde hace dos años junto al Dr. Azpiroz, en el marco del proyecto de formación europeo Neurogut. Su tesis doctoral está centrada en la relación entre las sensaciones digestivas y la actividad del sistema nervioso central. En otras palabras, analiza, mediante diversos experimentos científicos, qué factores de la comida o del propio individuo determinan la respuesta a la comida, tanto a nivel de sensaciones, como de bienestar.

“Estoy muy contenta con mi trabajo porque sé que si funciona, podremos ayudar a mucha gente”, explica Teodora. Uno de los proyectos en los que está trabajando trata sobre la relación del aroma con la ingesta de comida. “Todo el mundo está de acuerdo de que la comida tiene que ser saludable, pero para que sea saludable, tiene que ser apetecible y, en este sentido, estamos viendo que el aroma determina nuestra respuesta ante la comida”, afirma la investigadora. Por ello, está investigando cómo hacer, de manera inocua y a través del aroma, que un alimento sano sea más atractivo o, por el contrario, cómo hacer de una comida apetecible una comida más sana. Además del estudio del aroma, también investiga cómo determinar la respuesta de la comida en función del hambre, y qué circuitos cerebrales se activan en función de la comida, de entre otros estudios básicos y clínicos.

Según el Dr. Azpiroz, “el trabajo de Teodora Pribic nos permitirá ahondar en el conocimiento de los factores cognitivos y hedónicos involucrados en la respuesta a la comida”. Esto, añade, les permitirá desarrollar una serie de biomarcadores objetivos y cuantitativos para evaluar los efectos de los alimentos ingeridos, y así poder caracterizar la patofisiología de las enfermedades del tubo digestivo.

El proyecto Neurogut es el primer grupo de trabajo europeo en gastroenterología dedicado a la regulación neuronal de las funciones intestinales. Financiado por el 7ª Programa Marco de la Comisión Europea, tiene el objetivo de formar a jóvenes investigadores en el campo de la neurogastroenterología, mediante estadas de 3 años en grupos europeos de excelencia científica. Como Teodora, 15 los investigadores están realizando su tesis doctoral en este ámbito por toda Europa.

Imagen: Teodora Pribic y Dr. Fernando Azpiroz

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