Las células de nuestro organismo se multiplican y diferencian para poder cumplir con las distintas funciones que realizan. Estos procesos se controlan de manera rigurosa, de tal forma que si se produce un error en la replicación hay mecanismos para corregirlo y/o eliminar esa célula errónea. El cuerpo humano tiene por tanto una capacidad innata de prevenir el desarrollo de un tumor. ¿Por qué aparecen entonces?

Los tumores aparecen porque en ocasiones esos mecanismos de control fallan, a veces debido al propio envejecimiento del organismo y los cambios que promueve, a la exposición a factores desencadenantes (ej. alimentación, infecciones víricas…), a una predisposición genética, etc., permitiendo que la célula errónea siga multiplicándose y adquiera una serie de cambios. Hablamos de tumores benignos cuando, entre otras características, sus células no tienen capacidad de invadir otros tejidos. Por el contrario, los tumores malignos están formados por células con unas características especiales:

  1. Tienen gran capacidad para multiplicarse debido a que ellas mismas fabrican sus propios factores de crecimiento.
  2. Dejan de cumplir con su función en el órgano en el que aparecen.
  3. Pueden desprenderse del tumor y, a través de la circulación sanguínea, invadir otros órganos dando lugar a metástasis.
  4. Son capaces de desarrollar nuevos vasos sanguíneos en el tumor para obtener los nutrientes necesarios.
  5. Pueden evadir la acción defensora del sistema inmune con mecanismos específicos e incluso en ocasiones llegar a manipularlo.

El rol dual del sistema inmune

Cuando las células normales se convierten en neoplásicas, el sistema inmune las detecta como extrañas y pone en marcha a varios agentes inmunológicos para controlarlas. Algunos autores defienden que varios subtipos de células T (CD4+ Th1, CD8+) productoras de citoquinas tales como el interferón gamma (IFN-y) y que las células Natural Killer juegan el papel más importante en el control del crecimiento tumoral. No obstante, cabe destacar el que rol del sistema inmune es dual en el inicio y progresión de un cáncer, pues también se ha visto que los procesos inflamatorios descontrolados y crónicos pueden favorecer el desarrollo de un tumor y que precisamente dentro del microambiente tumoral se producen algunas citoquinas pro-inflamatorias.

Microinmunoterapia

La investigación en oncología sigue avanzando tanto en el conocimiento de las bases biológicas del desarrollo de los tumores como en el diseño de tratamientos eficaces y seguros, que tengan en cuenta esa dualidad del sistema inmune. En este aspecto, la microinmunoterapia, aplicada como complemento a los tratamientos convencionales, busca “reajustar” la respuesta inmunitaria para reconducirla hacia la detección y destrucción de las células cancerígenas.

Bibliografía:

Lodish H., Berk A., Zipursky S.L., Matsudaira P., Baltimore D., Darnell J. Molecular Cell Biology. Section 24.1 Tumor cells and the Onset of cáncer. 4th edition. New York: W. H. Freeman; 2000.

Zamarron B.F., Chen W. Dual Roles of Immune Cells and Their Factors in Cancer Development and Progression. Int J Biol Sci. 2011; 7(5): 651–658.

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