Un análisis detallado del perfil inmune de mujeres embarazadas e infectadas por Plasmodium vivax indica que la inflamación ocasionada por la infección es compensada por una respuesta anti-inflamatoria, lo cual evita efectos adversos para el bebé. El estudio dirigido por ISGlobal, centro impulsado por la Fundación ”la Caixa”, también identifica a la proteína CCL11/eotaxina como posible marcador de exposición al parásito.

P. vivax es el parásito de la malaria más extendido fuera de África subsahariana y, aunque en menor grado que el P. falciparum, también representa un peligro para las mujeres embarazadas y sus bebés. La infección por P. vivax se acompaña de una respuesta inflamatoria, particularmente en casos graves. Sin embargo, no se sabe si esto también ocurre en mujeres embarazadas, cuyo sistema inmune se modifica para no dañar al feto.

Con el fin de abordar esta cuestión, un equipo internacional coordinado por Carlota Dobaño, investigadora de ISGlobal, evaluó los niveles de 31 moléculas (citocinas, quimiocinas y factores de crecimiento) en muestras de sangre de 572 mujeres embarazadas, infectadas o no, con P. vivax. El estudio se hizo en el marco del proyecto PregVax, cuyo objetivo era medir la carga e impacto sobre la salud de malaria vivax en mujeres embarazadas de cinco países endémicos (Brasil, Colombia, Guatemala, India, Papúa Nueva Guinea).

Los resultados, obtenidos a partir de muestras tomadas en diferentes momentos del embarazo y en el parto, revelan que las mujeres embarazadas infectadas tenían niveles más altos de citocinas inflamatorias y de tipo T H1 que las mujeres no infectadas. Estas diferencias sin embargo se perdieron al momento del parto y no afectaron la salud del bebé ni de la madre. También observaron un aumento de citocinas antinflamatorias (en particular, la IL-10). “Pensamos que las citocinas antinflamatorias pueden compensar la inflamación excesiva causada por el parásito y evitar así un mal desenlace del embarazo,” comenta Pilar Requena, autora senior del estudio. En cambio, los bebés de mujeres con niveles altos de IL-4 (una citocina de tipo TH2) tuvieron un menor peso al nacer, sugiriendo la importancia de generar una respuesta controlada de tipo T H1.

De los 31 marcadores estudiados, el único que demostró tener una asociación negativa con la infección fue CCL11, una quimiocina que el equipo investigador ya había encontrado disminuida en individuos expuestos a la malaria. “Esto sugiere que la CCL11, una molécula poco estudiada en el contexto de la malaria, podría usarse como marcador de infección o exposición al parásito,” señala Dobaño.

Referencia

Dobaño C, Bardají A, Arévalo-Herrera M, et al. Cytokine signatures of Plasmodium vivax infection during pregnancy and delivery outcomes. 2020. PLoS Negl Trop Dis. 2020 May 4;14(5):e0008155. doi: 10.1371/journal.pntd.0008155

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