El hígado graso no alcohólico es la enfermedad hepática más común en todo el mundo, que afecta cerca de un 25 % de la población mundial y que cada vez es más frecuente. Un estudio europeo con participación leridana ha encontrado, en ratones, una posible diana terapéutica para tratar esta enfermedad para la cual en la actualidad no existen medicamentos y ha identificado la proteína mitofusina 2 (Mfn2) como uno de los factores que protegen contra esta enfermedad. Esta enfermedad comporta una serie de afecciones hepáticas con diferente grado de severidad, caracterizadas por la acumulación de grasa en las células del hígado y que no son causadas por el consumo elevado de alcohol. Además, representa un espectro clínico que va desde la esteatosis simple (grasa aislada) y la esteatohepatitis (con inflamación) hasta la cirrosis y el cáncer.

La investigación ha sido liderada por el Instituto de Investigación de Barcelona (IRB Barcelona) con la participación de investigadores del grupo de Fisiopatología de la Universidad de Lleida (UdL) y responsables del Servicio de Lipidómica del Instituto de Investigación Biomédica de Lleida (IRBLleida), Reinald Pamplona y Mariona Jové.

Una de las formas más graves de hígado graso es la esteatohepatitis no alcohólica (NASH) donde la acumulación de grasa va acompañada de inflamación. En este estudio, publicado en la revista Cell, se ha observado una disminución de los niveles de la proteína mitofusina 2 en pacientes afectados por NASH, incluso en etapas iniciales.

Ejemplo visual de la diferencia entre un hígado y un hígado afectado por cáncer

Igual que pasa en humanos, la disminución de niveles de mitofusina 2 en ratones lleva al desarrollo de la enfermedad. El equipo encargado del estudio ha conseguido una notable mejora en ratones afectados por NASH al aumentar los niveles de esta proteína utilizando adenovirus, virus modificados para expresar proteínas artificialmente, e intervenir en su expresión.

El estudio, que ha sido liderado por el grupo de investigación de Antonio Zorzano del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona (IRBBarcelona), ha contado con la colaborado del Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili de Reus (IISPV), la Universitat de Barcelona (UB), el Instituto de Salud Carlos III, el Bellvitge Biomedical Research Institute (IDIBELL), el VTT Technical Research Center of Finland, la Universidad de Lisboa, el Nestlé Institute of Health Science SA (Suiza), la University of Örebro, la University of Turku and Åbo Akademi University, el Hospital Universitario de Tarragona Joan XXIII, la Universidad Rovira i Virgili (URV), la Universidad de São Paulo y el Sanford Burnham Prebys Medical Discovery Institute.

En estos momentos se estudian las diferentes vías que permitan aumentar los niveles de mitofusina 2, sin generar efectos secundarios, que podrían ser relevantes en el tratamiento de esta enfermedad.

La investigación ha sido financiada por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, la Generalitat de Catalunya, el Instituto de Salud Carlos III, el CIBERDEM, la Fundación La Caixa y el Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili.

Artículo de referencia:

Hernández-Alvarez et al., 2019, Cell177, 881-895May 2, 2019ª2019. Published by Elsevier Inc. https://doi.org/10.1016/j.cell.2019.04.010

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